Bodegas Familiares de Rioja propone arrancar el 10% de la superficie de viñedo para hacer frente a la crisis
Aseguran que el sector ha sido «un poco bestia al hacer sus planificaciones y ahora sobran 150 millones de litros de vino
LOGROÑO, 31
El presidente de Bodegas Familiares de Rioja, Eduardo Hernáiz, ha propuesto hoy arrancar el 10% de la superficie actual de viñedo de la denominación (un total de 6.700 hectáreas) como forma de hacer frente a la crisis que atraviesa el sector vitivinícola.
Hernáiz ha ofrecido una rueda de prensa junto al vicepresidente de la entidad, Juan Carlos Sancha, en la que éste último ha pedido no tener «miedo» al arranque de viñedo. Y es que, a juicio de esta entidad, en palabras de su presidente, «sobra».
La propuesta es un arranque temporal, de entre cinco y ocho años, y selectivo, escogiendo aquel que «no se tendría que haber plantado», esto es, «en suelos con baja actitud vitícola».
La medida incluiría financiación a tres bandas del Gobierno de La Rioja, el Gobierno central y el Consejo Regulador de la Denominación Calificada Rioja, dado que, «evidentemente», ha entendido Sancha, «nadie va a arrancar viñedo sin ayuda». En concreto, la propuesta es de 10.000 euros por hectárea.
Para Hernáiz hay un exceso de volumen, desde 2019, «por la cantidad de viñedo que se ha plantado en los últimos cuarenta años». Como consecuencia, sobran 150 millones de litros.
El sector, ha visto, «ha sido un poco bestia al hacer sus planificaciones, se ha plantado mucho viñedo y se ha plantado viñedo en zonas no adecuadas para tener viñedo».
Ha recordado cómo los gobiernos «han tenido que dar ayudas en el último año tanto para la vendimia en verde como para la destilación». «Pero no sobra vino en Rioja, lo que sobra es viñedo», ha aseverado.
En concreto, «viñedo específico que se ha plantado en zonas donde nunca se debería haber plantado porque no es capaz de producir en esas zonas la calidad que nos pide el mercado».
Sancha ha recordado que se ha tomado la medida de la cosecha en verde, que es una medida «drástica que nunca se había tomado en la historia de Rioja» y «el sector ha sido valiente».
Ahora, ha visto, es necesario tomar otra medida, como es arrancar viñedo, que «nunca se ha tomado, y que parece que es el ogro, porque arrancar nuestro viñedo es arrancar nuestro patrimonio».
«Pero», ha señalado, «la cosa es tan grave que tenemos que decidir entre mantener nuestro patrimonio vitícola y mantener nuestro patrimonio humano».
«Tenemos que ayudar a esos viticultores que tienen en el viñedo su fondo de pensión con medidas para revalorizar el viñedo para que no siga habiendo precios indignos de uva y vino de Rioja», ha dicho.
Y es que, «a pesar de todos los esfuerzos que se han hecho», ha relatado, «no se ha conseguido reducir el ratio que existía en el 2022» y «es muy probable acabemos el año» 2023 «con las mismas existencias» que ese año.
RENDIMIENDOS DE PRODUCCIÓN Y VINO DE MESA
El vicepresidente ha explicado que su propuesta radica en que la medida de arranque de viñedo conviva con las ya puestas en marcha (de vendimia en verde y destilación) y, además, se complemente con un descenso de los rendimientos de producción y de transformación.
Por otro lado, ha visto que «hay otra medida fundamental», porque, ha considerado, «no puede ser que estemos destilando vino de rioja y permitamos entrar en las bodegas vino de mesa». Por tanto, ha visto que esto hay que «cortarlo de manera radical».
«Es insostenible, no tiene sentido que estemos haciendo vendimia en verde y que estemos ajustando los rendimientos para el viticultor y que al mismo tiempo permitamos que se esté entrando uva de rioja para vino de mesa», ha resaltado.
Para Sancha, «hay dos posturas a la hora de salir de esta crisis». «Una postura que es lanzarme a vender más, y eso condena a precios de uva baratos y a vender botellas con precios ínfimos en el mercado; o vender menos y con más calidad, y para eso hay que reducir las hectáreas».
La propuesta de arranque, alcanzada en asamblea en Bodegas Familiares, es que «sólo se puedan arrancar aquellos viñedos que tengan menos de cuarenta años» que, además, estén en suelos «de baja actitud vitícola» porque, a su juicio, en Rioja se ha cometido «un error estratégico histórico», como es «no haber intervenido en la tipología del suelo».
«Nunca nos vamos a arrepentir de haber arrancado ese viñedo malo, entre comillas, ese viñedo que no tiene actitud vitícola de calidad, porque eso va a ser mejorar la imagen y la calidad de los viñedos de Rioja para el futuro», ha asegurado.
La propuesta, que ya salió a debate en el Parlamento de La Rioja, ha sido remitida tanto a la consejera riojana, Noemí Manzanos, como al Ministerio de Agricultura y al Consejo Regulador de la DOCa Rioja.