Los portales inmobiliarios achacan la caída en compraventas sobre todo a la menor oferta
Dicen que, pese a las caídas y a falta del dato de diciembre, 2023 será el segundo mejor año en compraventa desde 2007, tras 2022
Los portales inmobiliarios señalan que el descenso del 15,1% en la compraventa de viviendas de noviembre sigue la tendencia de caídas registradas a lo largo del año, lo que estaría más relacionado con la reducción de la oferta disponible en venta que con una retracción «severa» de la demanda.
Así, el portavoz de Idealista, Francisco Iñareta, ha indicado que este retroceso interanual no está suponiendo un «descalabro» para el mercado y que «es muy probable» que los próximos datos de cierre de 2023 sitúen el volumen de operaciones ligeramente por debajo de las 600.000 unidades, el segundo mayor volumen de ventas desde el estallido de la burbuja de 2008, solo por detrás de 2022.
Por su parte, la directora de Estudios de Fotocasa, María Matos, ha señalado que, pese a la caída de noviembre y aún sin conocer el dato del mes de diciembre, ya se puede afirmar que 2023 se coronará como el segundo mejor año desde 2007, tras 2022. Asimismo, ha asegurado que 2024 comienza con «altas expectativas» en cuanto a volumen de compraventas, ya que se volverá a ver cómo el mercado se «sobreestimula».
A su vez, el director de Estudios de Pisos.com, Ferran Font, ha recalcado que las previsiones de desaceleración del mercado para 2023 «se van cumpliendo», aunque esto no se traslada a los precios, y ha pedido estar atentos a la evolución del Euríbor y la Ley de Vivienda, dos factores que «marcarán el devenir del sector».
Desde el Consejo General de los Colegios Oficiales de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria de España se destaca que esta nueva caída «era la esperada» y «no supone un síntoma de alarma».
Además, recalcan que las cifras interanuales negativas se van a seguir produciendo en los próximos meses hasta encontrar «una cierta estabilización» a mediados de 2024, cuando el mercado entrará en «una fase de equilibrio» por la «normalización de los precios y unos tipos de interés menos fluctuantes».