El Rey alerta de que fuera de la Constitución «no hay democracia ni convivencia» y apela al respeto entre instituciones
Reivindica los «principios» demostrados frente al terrorismo y la defensa de los valores constitucionales cuando han estado en peligro
Recalca que es un «deber moral de todos» evitar que el «germen de la discordia» se instale entre los españoles
El Rey Felipe VI ha dejado claro en su tradicional discurso de Navidad que al margen de la Constitución «no hay ni democracia ni convivencia» posibles, al tiempo que ha reivindicado el rol constitucional que las instituciones tienen encomendado y la necesidad de que no solo estas lo cumplan, sino de que respeten al resto en su cometido.
El monarca ha reconocido que aunque hay otros temas que preocupan a los españoles, entre los que ha citado «la inaceptable violencia contra la mujer» o el acceso a la vivienda para los jóvenes y no ha mencionado otros como la guerra en Ucrania o el actual conflicto en Oriente Próximo, su deseo era hablar sobre la Constitución y España, porque «tienen mucho que ver con el desarrollo de nuestra vida colectiva».
Como ya en sus últimos discursos, entre ellos el pronunciado el 29 de noviembre con motivo de la inauguración solemne de la XV Legislatura, Don Felipe ha hecho una firme defensa de la Constitución, que este 2023 ha alcanzado su 45 cumpleaños, para dejar claro que la Carta Magna constituye la pieza clave en la democracia actual.
«Fuera del respeto a la Constitución no hay democracia ni convivencia posibles; no hay libertades sino imposición; no hay ley, sino arbitrariedad», ha sostenido tajante el Rey, en pleno debate en torno a la ley de amnistía presentada por el Gobierno a cambio del respaldo de los independentistas catalanes a la investidura de Pedro Sánchez, pero sin mencionar esta cuestión en ningún momento en su discurso.
«Fuera de la Constitución no hay una España en paz y libertad», ha alertado, defendiendo que es precisamente la Carta Magna la que permite a los españoles «expresarse libremente, recibir una educación, tener un empleo, o protegerse de la enfermedad». También es garantía, ha dicho, «para que la vida de los españoles pueda seguir discurriendo con confianza, con estabilidad, con certidumbre».
Pero, ha añadido Felipe VI, «para que la Constitución desarrolle plenamente su cometido no solo se requiere que la respetemos, sino también que conservemos su identidad, lo que la define, lo que significa» así como «su razón de ser como pacto colectivo de todos», y también que «preservemos su integridad como lugar de reconocimiento mutuo, de aceptación y encuentro» entre todos los españoles.
DEFENSA DE LA LAS INSTITUCIONES, TAMBIÉN LA CORONA
En un momento en el que su papel ha sido puesto en cuestión durante el proceso de formación de Gobierno y en el que también parece estar en el punto de mira el poder judicial, el Rey ha dejado claro que para hacer frente al futuro «todas las instituciones del Estado», incluida la Corona, tienen el «deber» de actuar «con la mayor responsabilidad y procurar siempre los intereses generales de todos los españoles con lealtad a la Constitución».
«Cada institución, empezando por el Rey –ha sostenido–, debe situarse en el lugar que constitucionalmente le corresponde, ejercer las funciones que le estén atribuidas y cumplir con las obligaciones y deberes que la Constitución le señala», ha recalcado el monarca.
A renglón seguido, ha puntualizado que también deben respetar «a las demás instituciones en el ejercicio de sus propias competencias y contribuir mutuamente a su fortalecimiento y a su prestigio», así como «velar siempre por el buen nombre, la dignidad y el respeto a nuestro país». UNIDAD FRENTE A LA DISCORDIA
Por otra parte, el Rey ha reivindicado la unidad, incidiendo en que es «con el esfuerzo colectivo y con las actitudes solidarias como se construyen las grandes obras» que trascienden a las personas y perduran en el tiempo. «Es así como un país progresa», ha recalcado.
La Constitución, ha dicho Don Felipe, permitió «superar la división, que ha sido causa de muchos errores en nuestra historia, que abrió heridas, fracturó afectos y distanció a las personas». Por ello, ha añadido, «evitar que nunca el germen de la discordia se instale entre nosotros es un deber moral que tenemos todos» y que «no nos lo podemos permitir».
La Constitución «ha sido el mayor éxito político» de la historia reciente de España y supuso «la culminación de un proceso que mereció una admiración y un reconocimiento internacional extraordinarios» y permitió «construir y consolidar una democracia plena, abierta e integradora, un Estado social y democrático de derecho, que ha asegurado nuestra convivencia y que nos ha permitido superar diversas y graves crisis en los últimos años».
Hace casi medio siglo, los españoles «aprobamos una visión compartida de España que reconoce el derecho de todos a sentirse y a ser respetados en su propia personalidad y en su cultura, con sus lenguas, tradiciones e instituciones», ha recordado.
PRINCIPIOS FRENTE A ETA Y ATAQUES CONSTITUCIÓN
Hoy en día, ha incidido el monarca, «España es una sociedad fuerte» que ha demostrado solidaridad frente a la adversidad, que ha sabido tener «un comportamiento cívico» para superar la COVID-29, que ha sabido demostrar «coraje, dignidad y principios frente al terrorismo» de ETA y que ha defendido sus «valores constitucionales cuando estos han estado en cuestión o se han puesto en peligro», ha añadido, en aparente alusión a los acontecimientos en torno al 1-O en Cataluña.
Y todo ello, ha destacado, los españoles lo han hecho «juntos y de acuerdo con el marco constitucional» puesto que «la razón última de nuestros éxitos y progresos en la historia reciente ha sido precisamente la unidad de nuestro país, basada en nuestros valores democráticos y en la cohesión, en los vínculos sólidos del Estado con nuestras comunidades autónomas y en la solidaridad entre todas ellas».
«No tengo duda de que la unidad será también la clave para que podamos afrontar con éxito los serios y complejos retos de futuro a los que España se enfrenta hoy», ha reconocido el monarca, para quien los españoles deberían «tomar mayor conciencia del gran país que tenemos, para así sentirlo más y cuidarlo entre todos».
Solo así, ha dicho Don Felipe, los españoles podrán cumplir con la «obligación» de la que habló en su reciente discurso ante las Cortes de «garantizar a las jóvenes generaciones el legado de una España unida, cohesionada, con voluntad de entendimiento y sólida en sus convicciones democráticas, cívicas y morales».
El legado también, ha proseguido, de «una España respetada, de una nación querida, en la que puedan continuar desarrollando sus vidas de manera libre, de manera segura en un entorno de estabilidad y confianza».
«España seguirá adelante», ha augurado el Rey, y lo hará «con determinación, con esperanza». «Lo haremos juntos, conscientes de nuestra realidad histórica actual, de nuestra verdad como nación», ha añadido, prometiendo que en ese camino «estará siempre la Corona» no solo porque como Rey ha dicho que es su «deber» sino porque también es su «convicción».