Beka Finance advierte de un escenario más duro para los mercados en 2024 y apunta a bonos de calidad
Beka Finance ha presentado este miércoles sus perspectivas de mercado de cara a 2024 y han cargado contra la euforia del mercado al alertar de un escenario económico más duro, razón por lo que han apuntado en su estrategia de inversión hacia la renta fija de alta calidad.
En la presentación ante los medios dirigida por el economista jefe de la entidad, David Azcona, han ahondado que su escenario base para el próximo año es el de una recesión global y una inflación más persistente que, en contra de lo que prevé el mercado, hará que la política monetaria sea más dura.
En ese sentido, Azcona ha detallado que, tras un 2023 mejor de lo esperado por el impulso fiscal de políticas como las Bidenomics de EEUU y, en menor medida, por los niveles de consumo, se impone ahora una realidad en la que «estamos muy avanzados en el deterioro macroeconómico».
Además, de acuerdo a su previsión de que en las economías desarrolladas la inflación se mantendrá en niveles en torno al 3,5% –lejos de los niveles objetivos del 2%–, tanto la Reserva Federal (Fed) de EEUU como el Banco Central Europeo (BCE) sólo llevarían a cabo recortes de 50 puntos básicos a partir del ecuador del año, por lo que terminarían 2024 con tasas de referencia en niveles del 4%.
En ese contexto, marcadamente en contra del optimismo del mercado que apuesta por bajadas tempranas y de más de 100 puntos, Azcona ha advertido que «algún accidente se puede producir, tanto a nivel de crecimiento como en el sistema financiero», con especial atención en la banca regional estadounidense.
A la hora de argumentar ese escenario, Azcona ha aducido que, de acuerdo a la serie histórica que estudia el comienzo de los ciclos de endurecimiento monetario y su traducción en recesión, la caída de la actividad económica y el mayor pico de volatilidad llegaría en la mitad de 2024, dado que el presente ciclo de subidas dio inicio en la primavera de 2022.
También ha citado, ligado a esto, a la Fed de Chicago, según la cual la mitad del ajuste monetario, por sus consecuencias en términos de PIB y empleo, todavía no ha llegado. Además, la retirada constante de liquidez y reducción de balance de los bancos centrales implicarán un empeoramiento de la economía.
Además de la inflación, desde Beka Finance han apuntado que los otros pivotes que condicionarán a los bancos centrales en sus decisiones de política monetaria y, en consecuencia, a toda la economía, se centrarán en la evolución de los salarios y las tasas de desempleo, que previsiblemente resistirán y apoyarán la idea de una política monetaria más dura.
Con todo, si bien esos son los argumentos para sostener que la política monetaria será dura, Azcona ha comentado la conversación latente en Estados Unidos sobre la confluencia de la Fed y el Tesoro de EEUU, pues ésta última tendrá que hacer frente a vencimientos de deuda el próximo año y, en ese sentido, se vería beneficiada por una política monetaria más suave.
Conectado a esto, Azcona ha puesto el foco en que «ni el ente público ni el privado han hecho los deberes para resolver los niveles de apalancamiento», ya ha recordado que para 2024 el gasto público irá a menos.
Por otra parte, el ejecutivo ha señalado también como elementos a seguir las elecciones presidenciales de EEUU («la economía y la llegada o no de la recesión condicionará el resultado») y los riesgos geopolíticos, que el mercado estaría estimando a la baja y que no hay que obviar a la vista de incidentes como los del Mar Rojo y los rebeldes hutíes, que han propiciado que las navieras recalculen sus rutas.
ESTRATEGIA DE INVERSIÓN
Beka Finance, ante esa visión macroecónomica de cara a 2024, ha expresado su preferencia por la renta fija de alta calidad y con duración de cuatro años por ese escenario previsto de una política monetaria más dura pero que tendrá que conjugarse con una contracción económica más severa, en tanto que además las compañías tendrán que salir el próximo mercado al mercado y hacer frente a esos costes de financiación.
En detrimento a la deuda -de compañías robustas, con balances saneados, etc.- se encuentra la renta variable, ya que no comparten la previsión del mercado de que los beneficios empresariales resistirán, sino que se verán reducidos con caídas del 6% de promedio.
De manera más concreta, Azcona ha aducido que, incluso aunque los costes de financiación (por una política monetaria más suave) y los costes laborales (por una desaceleración del mercado laboral) se vieran reducidos, no creen que pueden verse compensado por el lado de las ventas y de los ingresos de las empresas, por lo que ante todo se impone la cautela.
El analista sénior de renta variable, José Miguel Fernández, ha profundizado que en su estrategia bursátil se centrarán por tanto en valores defensivos con capacidad de flujos de ingresos constantes.
«Estos sectores suelen ser menos sensibles a las fluctuaciones económicas, y en un escenario de recortes de tipos de interés, podrían beneficiarse de una mayor estabilidad de ingresos y una reducción en los costes financieros», ha sostenido Fernández. Además, a largo plazo ha recomendado evitar la exposición a renta variable estadounidense.
Por sectores, Fernández ha señalado su preferencia por el farmacéutico, como Sanofi y ha apuntado a Novo Nordisk, aunque de ésta recelan por sus elevados múltiplos; también han apuntado al sector tecnológico, especialmente a la industria de semiconductores por el papel que ejercerá de cara a la Inteligencia Artificial (IA) y ha mencionado nombres como la alemana Infineon (otras más conocidas, como Nvidia, presentan valoraciones demasiado caras).
Además, Fernández ha remarcado que en este sector (el tecnológico) «la demanda va a ser superior a la oferta en los próximos años», en tanto que también ha apuntado a la industria del software, la «parte más defensiva de la tecnología» y que tiene capacidad de ingresos recurrentes. También ha salido a la palestra la ciberseguridad y su querencia por compañías como la californiana Palo Alto.
El directivo también ha puesto la vista en el sector de la defensa y la aeronáutica (como el grupo francés Thales), mientras que en España han expresado su gusto por compañías que presenten buenos dividendos y han citado nombres como Banco Santander, BBVA e Iberdrola.
Finalmente, desde la firma han llamado la atención de cara a 2024 sobre los activos alternativos (infraestructuras, real state, etc.), ya que prevén que el peso de esta clase de activos aumente hasta niveles objetivo de largo plazo, próximos al 20%, en las carteras de los inversores.