La Asamblea de Madrid aparta la crispación para celebrar sus 40 años y poner en valor los logros de su autonomía
Aguirre da la nota discordante al cargar contra las «alianzas» de los «seculares enemigos de la concordia» en su intervención
La Asamblea de Madrid ha acogido este viernes el Pleno institucional del 40 aniversario de la Cámara regional y ha puesto en suspenso la habitual crispación política que llena los jueves el hemiciclo para sustituirla por los recuerdos y las voces de los protagonistas de los logros y transformaciones que ha vivido la autonomía en sus cuatro décadas de andadura.
En esta jornada atípica en la Cámara de Vallecas se han dado cita, entre otros, alcaldes y concejales de los ayuntamientos; el delegado del Gobierno en Madrid, Francisco Martín; la presidenta de la Federación Madrileña de Municipios, Judith Piquet; el presidente de CEIM, Miguel Garrido; y representantes de organizaciones sindicales.
Así, con una tribuna repleta y con los expresidentes regionales Joaquín Leguina, Alberto Ruiz-Gallardón, Esperanza Aguirre, Cristina Cifuentes y Pedro Rollán situados en el centro del hemiciclo, ha dado comienzo, algo más tarde de las 12 horas, este Pleno extraordinario, con un minuto de silencio por las tres mujeres asesinadas en la región este mes a manos de sus exparejas.
Tras ello, el presidente de la Asamblea, Enrique Ossorio, ha arrancado la sesión con un discurso en el que ha reivindicado la capacidad del pueblo madrileño de «levantarse y anteponerse a lo malo».
Ha recordado el escenario en el que comenzaban los «primeros pasos» de la autonomía en 1983, marcado por la «ilusión» de los cambios en política con el arranque de la democracia pero también por la llegada de la heroína, la crisis económica o la etapa más dura de ETA. Pero junto a las sombras, ha destacado también cómo se convirtió en «epicentro cultural» de España y los madrileños luchaban por «dejar atrás los tristes años 70».
RECUERDO A LOS PORTAVOCES
Tras la lectura del acuerdo de la Mesa relativo a las medallas conmemorativas como reconocimiento a la función representativa desarrollada por los diputados, se ha procedido a nombrar a los portavoces de los grupos parlamentarios que obtuvieron representación en la Cámara desde su constitución. Así, han aparecido en las pantallas fotografías de cada uno, entre las risas y aplausos por los cambios del paso del tiempo.
Tras esto, han tomado la palabra los portavoces de los grupos parlamentarios por orden de menor a mayor representación. La líder de Vox, Rocío Monasterio, ha aprovechado su intervención para cargar contra el Estado de las Autonomías porque considera que esta división por regiones ha consolidado «las diferencias» en vez de haber asegurado «la igualdad y la unidad».
En este punto, ha sostenido que Madrid «no puede ser ajena a su culpa de haber participado en crear fronteras imaginarias» y ha pedido no persistir «en el error de querer ser el motor económico de España sin trabajar en la idea eterna» de que deben «ser motor moral de la regeneración de España». «Es desde aquí, desde Madrid, donde debemos comenzar la obra magna de reconstruir la igualdad de todos los españoles», ha defendido.
En su intervención, Juan Lobato (PSOE) ha mostrado su «obsesión» por «recuperar el respeto y la educación» tanto en este hemiciclo como «en la política madrileña y nacional», al hilo de lo cual ha rechazado que desde la Comunidad no se invite al Gobierno de España de los actos previstos para conmemorar los 45 años desde la aprobación de la Constitución.
El portavoz socialista se ha referido también a los 40 años de vida de este Parlamento y de la Comunidad, cuatro décadas «con luces y sombras» en las que, pese a todo, «nunca Madrid ni España han dejado de avanzar» incluso «en los capítulos más negativos», algo que ha explicado en que «por encima de las personas está la institución».
Por su parte, su homóloga de Más Madrid, Manuel Bergerot, ha reivindicado Madrid como tierra de acogida y ha pedido que las instituciones estén «a la altura de los madrileños» y de los retos de futuro.
Es por ello que ha pedido que se incluyan en el Estatuto palabras como LGTBI, diversidad, feminismo y clima; ejes que cree que deben marcar la mirada a futuro de la autonomía y garantizar «la promesa de que el gobierno y las instituciones protejan a los madrileños».
El portavoz del PP, Carlos Díaz-Pache, ha defendido los avances conseguidos por la región durante 40 años y ha defendido que Madrid «representa lo contrario del nacionalismo porque este lugar, donde se cruzan los caminos y donde el mar no se puede concebir, jamás reivindica un espíritu excluyente e identitario sino abierto y plural, de acogida y de libertad».
«Madrid no ha dejado nunca de tender puentes y derriban muros y así va a seguir siendo», ha sostenido, al tiempo en el que ha hecho un llamamiento a defender la democracia con «uñas y dientes» frente a aquellos que «la atacan desde todos los flancos para debilitar» el país y «tratar de cambiarlo por la puerta de atrás».
Finalizadas las intervenciones, los expresidentes de la Asamblea y los de la Comunidad de Madrid han recibido de manos de Ossorio una moneda conmemorativa. En representación de los primeros han tomado la palabra Pedro Díez (III Legislatura) y Juan Val-Halen (IV Legislatura).
Ambos han coincidido en subrayar la fortaleza de la Constitución Española y han reivindicado el respeto político. De hecho, han loado el nivel de los debates entre Leguina y Ruiz-Gallardón, presentes ambos a escasos metros de la tribuna.
DE LAS «BATALLITAS» DE LEGUINA A LA LEALTAD «A ESPAÑA» DE AYUSO
El turno de los expresidentes de la Comunidad de Madrid ha comenzado con su primer presidente Joaquín Leguina (1983-1995), quien ha contado «batallitas», cómo él las ha calificado, sobre la Asamblea y el proceso de transformación de Vallecas con la nueva sede, además de pedir que suene más el himno autonómico.
Su sucesor, «con mayoría absoluta» como se ha encargado de recordar Leguina, Alberto Ruiz-Gallardón (1995-2003) ha sacado pecho de la «historia de éxito» de la región en estos 40 años y ha subrayado que no tiene un «hecho diferencial» y que por lo tanto en el hemiciclo no hay «discursos identitarios» sino un «sentido de servicio público a los ciudadanos».
La nota discordante la ha traído Esperanza Aguirre (2003-2012), quien ha aprovechado su intervención para apelar al «espíritu constitucional» frente a las «alianzas» de los «seculares enemigos de la concordia» y ha llamado a luchar contra aquellos que quieren «levantar muros» y «acabar con la Constitución y la España de todos».
Frente a ello Cristina Cifuentes (2015-2018) ha optado por rogar a los diputados que sus diferencias ideológicas «no impidan la concordia» y ha reconocido sentirse emocionada al volver a una Cámara donde pasó 29 años y que abandonó de forma abrupta por el conocido como caso máster .
La última en tomar la palabra ha sido la actual presidenta, Isabel Díaz Ayuso, quien en un discurso institucional, ha destacado que Madrid es una comunidad «leal», que está «al servicio de España», y ha puesto en valor la función de control al Gobierno regional que se realiza desde la Asamblea de Madrid.
«El gran acierto de este parlamento, en estas cuatro décadas, ha sido comprender que el músculo de Madrid estaba en su sociedad civil, sus ciudadanos, empresas, asociaciones, entidades de todo tipo, en todos y cada uno de los madrileños», ha remarcado, al tiempo que ha destacado que la autonomía es «un factor de estabilidad y de cohesión» para España, una región «leal».