La AEDV apuesta por los centros de referencia para atender a los pacientes con linfomas cutáneos
El Grupo Español de Linfomas Cutáneos (GELC) de la Academia Española de Dermatología y Venerología (AEDV) ha recordado que los linfomas cutáneos son un grupo poco frecuente que se presentan en la piel y su diagnóstico suele suponer todo un reto clínico-patológico, por este motivo insiste en la importancia de contar con equipos multidisciplinares bien formados en la patología y en la creación de centros de referencia.
Durante el 1º Curso de Linfomas Cutáneos Lo que el dermatólogo debe saber , celebrado por la AEDV con el apoyo de Kyowa Kirin, se han reunido varios expertos para destacar este tipo de centros. «Desde el Grupo Español de Linfomas Cutáneos se está analizando la viabilidad de disponer de centros de referencia a nivel nacional para atender integralmente a estos pacientes», ha revelado la coordinadora de la unidad de Linfomas Cutáneos, Dermatología M-Q y Venereología Hospital Universitario Virgen del Rocío (Sevilla), Mercedes Morillo.
«Sin duda, es necesario contar con equipos formados por dermatólogos, patólogos, hematólogos, oncólogos radioterapeutas, psicólogos y otros, que tengan conocimientos profundos en el tema para procurar la mejor atención posible a nuestros pacientes», ha indicado Rosa Izu, del servicio de Dermatología en el Hospital de Basurto (Bilbao).
Por este motivo, Cristina Muniesa, del servicio de Dermatología en el Hospital de Viladecans y el Hospital Universitari de Bellvitge (Barcelona), considera que «la puesta en marcha del curso es fundamental, ya que hasta la fecha no existía ninguno centrado en este tema. Dirigido a dermatólogos residentes de tercer o cuarto año y adjuntos interesados en este campo, el curso nace con el objetivo de dar a conocer la clasificación, estadificación y el manejo terapéutico a través de una base clara teórica y de casos clínicos interactivos impartidos por especialistas referentes en cada tema».
Concretamente, el curso ha puesto el foco en los linfomas cutáneos de células T (LCCT) y B (LCCB). Los LCCT son los más frecuentes y afectan a cerca de 240 personas por cada millón en Europa. La micosis fungoide (MF) es el subtipo más común y supone casi el 60 por ciento de todos los LCCT. Por otro lado, el síndrome de Sézary (SS) representa menos del 5 por ciento. Ambas manifestaciones se producen en adultos, se presentan característicamente en pacientes de más de 60 años y tienen un predominio masculino. En su conjunto, son los más frecuentes y representan el 55 por ciento del total de linfomas cutáneos.
Desde la AEDV aseguran que es básico que el paciente con linfoma cutáneo complejo sea atendido por profesionales con conocimiento en esta enfermedad. En este sentido, Muniesa ha destaca que «su baja prevalencia y su difícil manejo, sumado a que las lesiones que presentan no son patognómicas, puede verse reflejado en un retraso diagnóstico sustancial», a lo que se suma la posibilidad de confundir algunos linfomas con otras entidades.
Así, «la MF puede simular eccemas cutáneos o psoriasis y la eritrodermia del SS puede ser indistinguible de la que ocurre en la dermatitis atópica o en la psoriasis. De este modo, se ha visto que la media de retraso diagnóstico de los pacientes con micosis fungoide en sus fases iniciales está en torno a los tres años», ha añadido Morillo.
Por todo ello, «el principal reto del diagnóstico es lograr que sea correcto y precoz, ya que permitirá mejorar las probabilidades de éxito en los tratamientos para lo que son imprescindibles dos aspectos. Por un lado, que el especialista en Dermatología conozca y piense en los linfomas cutáneos y, por otro, que se realice un buen estudio histológico y de biología molecular de las biopsias de piel», ha comentado Morillo.
Para los expertos, aunque todavía hay que continuar trabajando para acortar el viaje hasta el diagnóstico, destacan que «en España contamos con un excelente registro de linfomas cutáneos primarios y una guía multidisciplinar muy útil para el abordaje diagnóstico y terapéutico de los mismos, realizado por el Grupo Español de Linfomas Cutáneos de la AEDV, junto con las sociedades españolas de Anatomía Patológica, Oncología Radioterapéutica y por el Grupo Español de Linfomas y Trasplantes de Médula Ósea (GELTAMO). Además, en cada hospital solemos tener nuestros propios protocolos por la idiosincrasia propia de cada centro. No obstante, ante la variabilidad clínica que se presenta en estas enfermedades, es habitual individualizar el enfoque», ha finalizado Morillo.