La semFYC pide a las consejerías que planifiquen la cobertura de plazas para no contratar a médicos sin especialidad
La Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC) y sus sociedades federadas de Medicina Familiar y Comunitaria han instado al ministerio de Sanidad y a las administraciones y gestores competentes a tomar las medidas oportunas en materia de contratación de profesionales para «no incurrir en prácticas ilegales como es la incorporación de graduados sin titulación homologada o sin título de especialistas ocupando plaza de especialista».
La semFYC considera necesaria una planificación con suficiente antelación de la cobertura de plazas para evitar la contratación de egresados -graduados sin MIR- y médicos no homologados que, «en el peor de los casos, podrían acabar ocupando temporalmente plazas de médicos que son tutores de residentes de cuarto año».
Según semFYC, la cobertura de plazas de Medicina Familiar y Comunitaria durante el próximo periodo vacacional de verano de 2024 podría convertirse en «una tormenta perfecta», por el hecho de que este año los residentes de cuarto año (R4) terminan su proceso formativo en septiembre, en lugar de en mayo. Se trata de la promoción que, de forma extraordinaria, inició su periodo MIR en otoño a causa de la pandemia de Covid-19.
La semFYC y sus sociedades federadas han coincidido que estas dos circunstancias, la contratación de egresados, o no homologados, y la asunción de la tutorización de R4 por parte de estos, son líneas rojas para la especialidad. Igualmente, se estima que en ningún caso sería procedente la contratación de médicos que todavía no han finalizado el periodo formativo, con actividad y responsabilidad de adjuntos.
La semFYC y las 17 sociedades federadas de Medicina Familiar y Comunitaria de las distintas comunidades autónomas recuerdan que la contratación de egresados «es una clara falta de valoración hacia el colectivo de jóvenes médicos y médicas de familia, a quienes deberían ofrecer contratos de alta calidad, con condiciones laborales justas y sin precariedad», señalan consensuadamente estas sociedades.
Según manifiestan conjuntamente los miembros de la Junta Permanente de la semFYC y las presidencias de las sociedades federadas, este tipo de prácticas «implican una degradación de la especialidad a los ojos de los médicos y las médicas en formación, lo que desacredita la disciplina médica ante el alumnado universitario.
PIDEN SEGURIDAD PARA LOS PACIENTES
Según semFYC, «más allá de las ilegalidad que supone este tipo de contrataciones -hay que tener en cuenta que el Real Decreto vigente durante el período de excepcionalidad pandémico que cubría la legalidad de ese tipo de contrataciones expiró según lo previsto- hay un elemento añadido a la contratación de personas que no han completado su especialidad». En estos casos se considera que la interrupción de la formación se haría presuponiendo una competencia profesional suficiente para responder a las necesidades sanitarias de la población (cuando todavía no se ha terminado el proceso de adquisición competencial) y privándolos del derecho a la formación que el examen MIR otorga. En este sentido se debe garantizar el cumplimiento íntegro del contrato de médicos en formación, sin trasladarles una responsabilidad profesional que no deben asumir, apuntan desde la sociedad.
Desde el punto de vista como sociedad científica, esto abre la puerta a posibles errores médicos con consecuencias imprevisibles para los pacientes, para su entorno, y para los propios profesionales en formación, indican. Además, aseguran que hay que considerar el riesgo que representa para los graduados en Medicina sin especialidad y los profesionales no homologados el ejercer en puestos para los cuales no tienen la formación reglamentaria adecuada.
Para semFYC, esto afecta a la seguridad jurídica de los profesionales involucrados, incluso en casos en los que algunos de ellos puedan supervisar a médicos residentes. Las contrataciones de recién egresados y graduados sin MIR puede llegar a desembocar en situaciones «rocambolescas injustificables» como que los residentes de cuarto año tengan más competencias que los profesionales contratados, dado que, en pocas semanas, estos residentes se convertirán en jóvenes médicos de familia, ha puesto como ejemplo la sociedad.