La Policía investiga si el exfutbolista Rivaldo y la hermana de Neymar financiaron los ataques del 8 de enero
La Policía Federal de Brasil investiga si el exfutbolista Rivaldo y la hermana de Neymar, Rafaella Santos, financiaron de alguna forma los ataques del 8 de enero, después de que varios detenidos hayan contado que se encuentran entre los donantes, según les reveló uno de los organizadores, el cantante de góspel Salomao Vieira.
Sobre Vieria pesa una orden de prisión por organizar y financiar a través de donaciones –la Policía investiga movimientos en sus cuentas por aquel entonces de hasta 2 millones de reales (380.000 euros)– los llamados campamentos golpistas, desde los que salieron centenares de personas rumbo a las sedes del Congreso, el Tribunal Supremo y el Palacio del Planalto, en Brasilia.
Se cree que Vieria se encuentra escondido en Paraguay, donde el mes pasado fueron detenidas tres personas que participaron en los ataques del 8 de enero por la Interpol, a petición de las autoridades brasileñas, cuenta la revista Veja .
A su vuelta a Brasil uno de estos detenidos contó a la Policía que convivió un tiempo en Paraguay con Vieria, quien le reveló la identidad de algunos de estos supuestos donantes, entre ellos Rivaldo y la propia Santos. El exfutbolista, añadió, entregó unos 50.000 reales (9.500 euros).
A través de sus abogados, Rivaldo confirmó que entregó dinero a Vieria, pero que la cantidad no excedía de los 2.000 reales (380 euros) y que fue destinado a «personas necesitadas de la iglesia», mientras que la defensa de Santos afirma que ella no transfirió dinero alguno al cantante de góspel.
Rivaldo es uno de los varios deportistas brasileños que declararon públicamente su apoyo a Bolsonaro, llegando incluso a participar en su campaña. El día de su derrota en las elecciones, comparó aquello con el descalabro que sufrió Brasil en la final del Mundial de 1998, cuando Francia les endosó un 3-0. Santos al igual que su hermano Neymar también expresó su apoyo público al expresidente.
Vieira al igual que otros imputados, también prófugos, como los blogueros Oswaldo Eustáquio y Allan dos Santos, publicaron en sus redes sociales por aquel entonces los comprobantes de compra de los suministros y provisiones que se enviaban a los campamentos, desde los que se pedía al Ejército un golpe de Estado.