Bildu cree que un nuevo estatus para el País Vasco no vendrá con la negociación de la investidura
BILBAO, 25
El portavoz de EH Bildu en las Juntas Generales de Bizkaia, Iker Casanova, ha advertido de que un nuevo estatus para Euskadi «difícilmente va a venir de la mano de la acción de un único partido» ni puede ser «un elemento de la pugna partidista», y tampoco se va a «cambiar el marco a través de la negociación para presupuestos o una investidura». Asimismo, ha afirmado que un gobierno progresista en el Estado es «condición sine qua non» para que «cualquier cosa positiva».
En una entrevista concedida a Radio Popular-Herri Irrratia, recogida por Europa Press, el representante de EH Bildu ha dicho ver «cierto punto de angustia» en la celebración del Aberri Eguna de PNV este pasado domingo, en un contexto de «cierta debilidad» de la formación jeltzale, que «empieza a sentir un poco una presión» tras los resultados electorales de la coalición soberanista.
En esta línea, ha señalado que, «a la vista de que Euskal Herria Bildu parece que emerge como una alternativa real», el PNV «recupera la cuestión territorial» y, por ejemplo, «Puigdemont, que era un apestado, ahora es una persona con la que se van a reunir» y «enarbola las banderas del derecho a decidir otra vez».
Por su parte, Casanova ha reiterado que su formación reivindica la necesidad de «un acuerdo político previo en este país» –en el que el PNV «es una fuerza imprescindible para articular las mayorías necesarias»– y «siempre tendrá encima de la mesa la oferta de acordar unas bases políticas para dar el salto hacia un nuevo escenario».
«Eso no se va a conseguir en una negociación de legislatura, esto se conseguirá cuando este país decida qué modelo de relación quiere tener con el Estado y tenga capacidad política, de forma articulada y de forma coordinada, de defender ese modelo ante el Estado», ha insistido.
Según ha precisado, que EH Bildu busca «establecer sobre términos democráticos la relación con el Estado y que sea la ciudadanía de este pueblo quien determine cuál es esa relación», algo que «se puede hablar en términos de encaje pero también se puede hablar en términos de derecho a decidir cómo se encaja y si se encaja o no se quiere encajar».
Tras criticar que «algunos movimientos parece que son más bien banderas electoralistas o banderas partidistas, más que voluntad de articular dinámicas serias», ha insistido en que, «si este país va a conseguir un nuevo estatus y que en el estado de español se reconozca, eso difícilmente va a venir de la mano de una acción de un único partido» y no se va a «cambiar el marco a través de una negociación para unos presupuestos o para una investidura».
«Eso es algo mucho más profundo, mucho más estratégico que requiere un trabajo más a fondo y eso un partido solo, ni el PNV ni Euskal Herria Bildu por separado, están en condiciones de conseguirlo», ha insistido.
Por tanto, ha reiterado que, «si realmente se quiere avanzar en esa dirección alcanzar y construir mayores cotas de soberanía, no se puede entender como un elemento de la pugna partista entre el EH Bildu y el del PNV, sino que se tiene que entender como una propuesta de trabajo en conjunto y con más fuerzas políticas y sociales».
Respecto a la posibilidad de que esta propuesta se aceptara en el Estado, ha indicado que se ha visto «cómo cosas que parecían complicadas, obligado por la necesidad, el Partido Socialista parece que está dispuesto a afrontarlas» y tanto en términos sociales como de reconocimiento de la plurinacionalidad del Estado «ha dado pasos», si bien ha admitido que «en el Estado español todavía existe una actitud bastante refractaria hacia ese reconocimiento de la plurinacionalidad».
«Pero todas las transformaciones empiezan con la voluntad de emprenderlas. Yo creo que hay que empezar a hacer una pedagogía también en el propio Estado español y que eso de forma natural se está dando», ha agregado.
En esta línea, ha subrayado que «solo puede ser un estado plenamente normalizado cuando todos los elementos territoriales que lo compongan estén ahí porque quieren estar y tengan un estatus acordado en el cual se sientan cómodos. Si no, el estado español está condenado a una permanente inestabilidad y a un drenaje de energías colectivas en el sostenimiento impositivo de un modelo que genera respuesta en la periferia y que no es un modelo que se haya sentado ni se vaya a sentar nunca».
En palabras de Casanova, «o se afronta ese tema desde la voluntad de grandes acuerdos integradores, o seguirá siempre en esas tensiones».
INVESTIDURA
Respecto a la investidura del próximo presidente del Gobierno, ha indicado que, si bien «las perspectivas apuntan a una posible investidura» de Pedro Sánchez, no se puede «dar por hecha» y «todas las posibilidades están abiertas».
El representante de EH Bildu ha subrayado que en Euskadi, en los comicios del 23 de julio, «el 90% de los votos que se emitieron fueron votos para que no gobernara la derecha/extrema derecha» y la «única alternativa» es que gobierne Pedro Sánchez.
EH Bildu entiende el escenario surgido de los comicios «como una ventana de oportunidad», de modo que «de la mano de un gobierno progresista pueden pasar cosas» y también «no pasar», pero, con un gobierno de «la extrema derecha», pasarían «en la dirección equivocada».
Por ello, ha señalado Casanova, EH Bildu se ha comprometido a «cerrar el paso a la derecha del gobierno central». Asimismo, ha advertido a las fuerzas que «han activado desde el minuto uno una especie de subasta o de lista de deseos para garantizar esa investidura» de que «para que pase cualquier cosa positiva es condición sine qua non que se conforme un gobierno lo más progresista posible».
A partir de ahí, ha añadido, EH Bildu tiene «una agenda» y será «exigente» a la hora de reclamar al ejecutivo el cumplimiento de «los máximos aspectos posibles».
Tras una legislatura en la que EH Bildu ha sido «exigente» y ha conseguido «resultados», Casanova cree que en este próximo mandato, dado que «las mayorías son mucho más ajustadas y prácticamente para sacar cualquier cosa adelante hace falta la concurrencia de todo el mundo, que no sea Partido Popular o Vox», eso «obligará a que los consensos se ensanchen y quizás en algunos aspectos no se pueda llegar tan lejos en materia social».