El 80% de los pacientes con leucemia linfocítica crónica no presenta ningún síntoma y el 50% no necesita tratamiento
El 80 por ciento de los pacientes con leucemia linfocítica crónica no presenta ninguna manifestación de su enfermedad y el 40-50 por ciento de los pacientes no necesitará recibir tratamiento, aunque sí un seguimiento, según ha apuntado la hematóloga del Hospital Universitario Marqués de Valdecilla, Lucrecia Yáñez, en el V Curso práctico para el conocimiento y tratamiento de la leucemia linfocítica crónica celebrado en Santander.
La Jornada ha sido organizada por La Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) y el Grupo Español de Leucemia Linfocítica Crónica (GELLC), de la Sociedad Española de Hematología y Hemoterapia (SEHH).
«La leucemia linfocítica crónica es la leucemia más frecuente de todos los tipos de leucemias que existen. Para el 50-60 por ciento de pacientes que sí tiene que tratarse, debemos destacar que su tratamiento ha cambiado radicalmente en los últimos diez años», ha añadido la experta.
Gracias a los avances terapéuticos, la leucemia ya no se trata con quimioterapia, sino con tratamientos dirigidos específicamente a las alteraciones previamente detectadas a través de estudios biológicos.
«Ahora conseguimos controlar mucho mejor la enfermedad, con menos efectos secundarios y diferentes a los que teníamos antes y, aproximadamente, el 80 por ciento de los pacientes no presenta ninguna manifestación de su enfermedad y puede llevar una vida plena y normal», ha añadido.
Tanto la doctora Yáñez como el presidente del GELLC y jefe del Servicio de Hematología del Hospital Universitario Vall d Hebron, el doctor Francesc Bosch, han destacado la necesidad de trabajar con equipos multidisciplinares.
«El hematólogo centraliza el tratamiento y seguimiento de los pacientes en colaboración con otros especialistas desde, entre otros, el farmacéutico hospitalario, que controla todos los medicamentos que pueda estar tomando el paciente en ese momento, o el cardiólogo, al tratarse, normalmente, de pacientes mayores de 70 años, que pueden padecer otras enfermedades que interfieren en el tratamiento concreto de la LLC. Todos ellos nos ayudan a lo hora de decidir cuál es la mejor opción, con la menor toxicidad posible», ha explicado Lucrecia Yáñez.
La LLC es un cáncer hematológico que se origina en los linfocitos producidos en la médula ósea y órganos linfoides secundarios. Las células cancerosas se acumulan lentamente, lo que provoca que muchos pacientes no presenten síntomas hasta pasados varios años. Con el paso del tiempo, estas células leucémicas crecen y se propagan a otras partes del cuerpo, incluyendo los ganglios linfáticos, el hígado y el bazo.
La incidencia global es de 4-5 casos por 100.000 habitantes y año, y aumenta de forma muy marcada con la edad. Es una enfermedad que afecta fundamentalmente a gente mayor, con una mediana de edad al diagnóstico alrededor de los 70 años.