Expertos abogan por integrar los cuidados paliativos en todo el proceso de la enfermedad renal crónica
La Sociedad Española de Cuidados Paliativos (SECPAL) y la Sociedad Española de Nefrología (SEN) abogan por integrar los cuidados paliativos en todo el proceso de la enfermedad renal crónica (ERC), ya que «está asociada a una gran carga sintomática y tiene un alto impacto en las personas afectadas, que muchas veces deben enfrentarse a malas noticias y situaciones complejas».
Ante esta realidad, plantear el manejo de estos pacientes desde una perspectiva de cuidados integrales resulta «muy beneficioso» y «mejora de forma considerable su bienestar y su calidad de vida», según ambas organizaciones.
«La mirada paliativa debería implantarse desde el diagnóstico de la ERC, en toda la trayectoria de la enfermedad y hasta el final de los días del paciente. Y es prioritaria, por supuesto, en personas que no se van a someter a diálisis, en la retirada del tratamiento renal sustitutivo (TRS) y en aquellos pacientes que presentan un gran sufrimiento como consecuencia de la enfermedad», explica la doctora Rosa Sánchez, coordinadora del Grupo de Trabajo de Cuidados de Soporte y Paliativos Renales (CSPR) y jefa del servicio de Nefrología del Hospital General de Villalba (Madrid).
Como destacan desde el Grupo de Trabajo de CSPR, los beneficios de incorporar programas de cuidados paliativos renales en Nefrología son «incuestionables», y derivan «en una atención más humana centrada en el paciente y en la familia, en el tratamiento óptimo de los síntomas físicos y psicológicos y, en definitiva, en el alivio del sufrimiento que produce una enfermedad tan dura».
En este sentido, el doctor Juan Pablo Leiva, médico del equipo de Cuidados Paliativos del Hospital Santa Marina de Bilbao y presidente de SECPAL, recuerda que la ERCA es «una patología compleja, no solo por la pérdida de la función vital de los riñones, sino por las importantes implicaciones de las distintas opciones de tratamiento renal sustitutivo (TRS) disponibles en el momento actual: trasplante, hemodiálisis y diálisis peritoneal».
Por ello, indica, «es preciso que los nefrólogos aprendan sobre cuidados paliativos y los paliativistas aprendan sobre las características del TRS y la trayectoria de la enfermedad renal».
Para Leiva, un programa de cuidados paliativos especialmente dirigido a las patologías renales crónicas supone «un claro ejemplo de cómo deben ir creándose modelos de atención paliativa adaptados a las peculiaridades de cada enfermedad que garanticen una respuesta adecuada y de calidad a las necesidades de cada paciente y alivie su sufrimiento y el de sus seres queridos».
LA ATENCIÓN PALIATIVA, CLAVE EN EL TRATAMIENTO RENAL CONSERVADOR
Aunque por el momento no existen registros formales que permitan conocer la cifra de pacientes que se encuentran en la fase final de la enfermedad y que, por indicación médica o por decisión propia, no inician diálisis o dejan de recibir terapia renal sustitutiva, el llamado «manejo renal conservador» es una opción más de tratamiento en determinados casos de ERC avanzada (ERCA), fundamentalmente en pacientes ancianos que presentan factores de mal pronóstico, deterioro funcional y elevada comorbilidad.
«La mayoría de los servicios de Nefrología del país ya disponen de consulta de ERCA conservadora y trabajan en coordinación con los equipos de Cuidados Paliativos», indica la doctora Sánchez, quien subraya que el tratamiento conservador debe ir acompañado de un programa de atención paliativa «que asegure la calidad y la continuidad en los cuidados». Este abordaje, añaden los expertos, también es necesario en «todo el recorrido de incertidumbre que implica el trasplante renal».