Experto destaca que cada vez hay más tratamientos para controlar el cáncer de próstata a largo plazo

Los últimos avances han permitido que cada vez haya más tratamientos que permiten controlar el cáncer de próstata a largo plazo, mejorando la calidad de vida del paciente, según ha asegurado el director médico de ROC Clinic y director del Departamento de Urología de HM Hospitales en Madrid, Javier Romero-Otero.

Con motivo del Día Europeo de la Salud Prostática, que se celebra el 15 de septiembre, el experto ha recordado que el cáncer de próstata es el más frecuente en los hombres.

En España, se diagnostican más de 30.000 nuevos casos el año, lo que ocasiona alrededor de 6.000 muertes. En este sentido, la prevención es clave para tomar medidas oportunas ante la aparición de un tumor que no presenta síntomas en sus etapas iniciales, ya que, si se diagnostica a tiempo, tiene una alta probabilidad de curación y un pronóstico muy favorable.

«Es llamativo que, pese a que el hombre tiene menor esperanza de vida que la mujer y padece más enfermedades que ella, visite mucho menos al médico. Hasta los 15 años, acudimos con la misma frecuencia al médico, seguramente porque la responsabilidad recae sobre los progenitores. Sin embargo, pasada esa edad, mientras que la mujer ha asimilado la necesidad de controlar su salud y adopta el hábito de visitar al ginecólogo, el hombre no toma la misma conciencia sobre su salud», ha destacado Romero-Otero.

Con la edad, la próstata sufre diferentes cambios que pueden ir asociados o no a problemas de salud en el hombre. Entre los más frecuentes están el aumento de tamaño, que se infecte o que sufra un proceso tumoral.

Asimismo, los tres trastornos principales son la prostatitis, la hiperplasia prostática benigna (HPB) y el cáncer de próstata.

La prostatitis es la inflamación de la próstata y puede ser causada por infecciones bacterianas o no bacterianas. Esta patología puede afectar a hombres de cualquier edad, aunque es más común en jóvenes y de mediana edad. Los síntomas incluyen dolor en la zona pélvica, dificultad para orinar, necesidad frecuente de ir al baño y malestar general.

Por su parte, la hiperplasia prostática benigna se caracteriza por el crecimiento no canceroso de la glándula prostática y suele ser una condición muy común en varones mayores de 45 años, afectando el 40 por ciento de ellos. Esta patología tiene como consecuencia la obstrucción del flujo de la orina y presenta síntomas como debilidad en el flujo de la orina, dificultad para orinar, urgencia urinaria o necesidad de orinar de manera más frecuente de lo habitual y sensación de no vaciar completamente la vejiga.

En el caso del cáncer de próstata, se trata del tumor más frecuente en hombres y la tercera causa de mortalidad por cáncer en varones, solo por detrás del de pulmón y el colorrectal, según datos de la Asociación Española Contra el Cáncer.

La detección precoz, especialmente en el cáncer de próstata, es clave para poder tomar las medidas oportunas e iniciar el tratamiento más adecuado con el objetivo de curar la enfermedad, aliviando la sintomatología y mejorando, por tanto, la calidad de vida de los pacientes.

«En la actualidad, afortunadamente, existen avances que permiten detectar áreas sospechosas de cáncer que hasta ahora era imposible ver, como la resonancia nuclear magnética multiparamétrica de próstata y la biopsia prostática por fusión de imágenes, con la que se consigue tomar muestras dirigidas a esas zonas de sospecha de tumor, siendo una prueba diagnóstica mucho más precisa», ha explicado el subdirector médico de ROC Clinic y experto en cáncer de próstata, Juan Justo Quintas.

Con la precisión de estas pruebas diagnósticas, los especialistas pueden diseñar un tratamiento personalizado para cada paciente con cáncer de próstata, desde la vigilancia activa para tumores con buen pronóstico y no agresivos, pasando por la terapia focal que actúa únicamente sobre el foco tumoral en aquellos tumores con buen pronóstico que pueden tratarse localmente, hasta la cirugía mínimamente invasiva como la prostatectomía radical robótica en tumores con mayor agresividad.

Para tratar le hiperplasia benigna de próstata existen diferentes opciones terapéuticas que permiten aliviar la obstrucción. En este sentido, en casos de sintomatología leve o moderada se puede optar por un tratamiento médico o farmacológico. Sin embargo, para pacientes en los que el aumento del volumen de la próstata provoque síntomas importantes e, incluso, complicaciones, es recomendable optar por un tratamiento quirúrgico.

«Los urólogos tenemos la obligación de diseñar un tratamiento individualizado para cada paciente, ofreciéndole la mejor solución según su enfermedad, pero también teniendo en cuenta su edad y estilo de vida», ha indicado Romero-Otero.

Por último, el tratamiento de la prostatitis crónica o dolor pélvico crónico del varón debe hacerse de forma individualizada y supervisada por un especialista en esta enfermedad. Habitualmente, no existe una terapia única eficaz y el tratamiento debe ser multimodal, probando distintas opciones terapéuticas para dar con la más adecuada en cada caso.

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