UPN dice que Chivite va «de la mano encantada» con Bildu y el PSN le contesta que «no tiene cintura política»
PAMPLONA, 14
El portavoz de UPN en el Parlamento de Navarra, Javier Esparza, ha criticado esta tarde que la candidata socialista María Chivite «va de la mano, encantada» con EH Bildu, mientras que el representante del PSN, Ramón Alzórriz, le ha contestado al líder regionalista que «no tiene cintura política» y que basa su discurso en «ETA y Bildu».
En su intervención en el debate de investidura, en la contrarréplica a Chivite, Esparza ha destacado que «su Gobierno perdió 25.000 votos» y ha destacado que «hay una mayoría absoluta de UPN y PSN, que eso sí es estabilidad, no lo que está planteando». En este sentido, ha afirmado que PSN y Geroa Bai «no se pueden ni ver».
Ha recordado que Chivite en 2015 «con Bildu no iba a ningún sitio» y hoy va «de la mano, encantada de que la hagan presidenta». Una coalición que «viene a segar el desarrollo y el régimen foral». Ha afirmado que UPN hará una oposición «haciendo propuestas» pero sin callarse. Ha llamado «fascistas» a EH Bildu y les ha acusado de ser «unos pesebreros más» con el objetivo de «sacar a sus presos de la cárcel».
ESPARZA LLAMA FASCISTA A BILDU Y LE ACUSA DE SER «PESEBREROS»
Por su parte, el socialista Ramón Alzórriz, ha replicado a Esparza que «no tiene cintura política» y le ha reprochado que siga con un discurso basado en el «apocalipsis» y «ETA y Bildu». Ha reconocido las diferencias entre los socios pero ha alegado que «aún siendo diferentes» son capaces de poner los intereses de la sociedad navarra por delante de cualquier otra cosa.
El socialista ha dicho a EH Bildu que «son necesarios» pero ha señalado que el PSN es imprescindible: «por lo tanto, hay que seguir dialogando en lo que nos une». Ha destacado que «el PSN va a seguir defendiendo Navarra tal y como es» y ha señalado a la coalición abertzale que «es muy peligroso creerse más fuerte de lo que son».
Desde EH Bildu, Laura Aznal ha aclarado a María Chivite que ella ha hablado de una «agenda progresista común»: «no he dicho una agenda soberanista, con las prioridades de todos, también las nuestras; una hoja de ruta para sentar la Navarra del futuro».
Ha añadido que éste no sería el acuerdo de gobierno que su formación firmaría, pero «no ha sido posible la participación de Bildu». Ha criticado así el tratamiento del euskera, y ha manifestado que «todavía hay mucho que avanzar en esta materia». «Los derechos de los euskaldunes no se ven en la norma de consenso», ha dicho, para criticar que «ha habido una guerra de sillones» entre los socios de gobierno.
Uxue Barkos, representante de Geroa Bai, ha admitido que los tres socios de gobierno han perdido apoyos en las urnas, «pero no los suficientes». Por el contrario, ha señalado que a UPN las urnas «no le mueven de la situación en la que está después de tres convocatorias» por no ser capaz de «poner fin a una forma de excluir a una parte de la sociedad».
En cuanto a la asunción del departamento de Salud, ha resaltado que no es «un regalo» sino «un reto» para «superar los problemas que afectan más que ningún otro a la sociedad navarra». Finalmente, ha emplazado a Chivite a que «tome el mando y las riendas» para «tejer confianza» entre los socios y que «nos encontremos exentos de las dificultades que hubo» la pasada legislatura.
El representante del PP, Javier García, ha señalado que a Chivite «le falta ambición» y ha opinado que habrá «falta de estabilidad» estos cuatro años. Ha calificado de «socio vital» para el nuevo gobierno a EH Bildu y le ha preguntado a la candidata socialista si «es consciente de lo que significa la afirmación que ha dicho la portavoz de EH Bildu de que esta legislatura vienen a segar » y «del precio que vamos a pagar los navarros».
«Detrás de la palabra progresismo, se esconden las cesiones al nacionalismo, el chantaje de los grupos que le van a apoyar esta legislatura», ha expuesto, para indicar que «las cesiones a Bildu las iremos viendo».
A su vez, Begoña Alfaro, de Contigo-Zurekin, no ha querido entrar en el «cruce de reproches» porque «nos gustaría que sea el gobierno más ambicioso en cuanto a transformaciones sociales, y con reproches difícilmente podemos caminar juntas». Ha recalcado que «en 2023 ya no es suficiente con hablar de cambio; los retos a los que nos enfrentamos requieren más valentía y rotundidad».
Ha defendido que el nuevo Ejecutivo «va a ser plural, como reflejo de la sociedad, y desde nuestras posiciones, sin negarlas, toca remar en el mismo sentido». Ha llamado a estar «a la altura» y trabajar «por la estabilidad». «Alejémonos de las palabras gruesas, los discursos de odio, huyamos de la polarización», ha emplazado.
Finalmente, desde Vox, Maite Nosti ha manifestado que «siento que vayamos a tener una presidenta con una mentalidad tan cerrada a otras ideologías». «Nosotros no odiamos a nadie, los únicos que odian son Bildu y ahora parece que ustedes nos odian», le ha dicho.