María Chivite no logra la investidura en la primera votación y espera al martes para ser presidenta
Como estaba previsto, ha recibido el apoyo de PSN, Geroa y Contigo, UPN, PPN y Vox han votado en contra y EH Bildu se ha abstenido
PAMPLONA, 14
La candidata socialista María Chivite no ha logrado ser investida presidenta de Navarra en la primera votación del debate de su investidura, celebrado este lunes, al recibir el voto en contra de UPN, PPN y Vox, 20 votos en total, frente a los 21 apoyos que ha sumado de PSN, Geroa Bai y Contigo Navarra. EH Bildu se ha abstenido. Esta primera votación requería de mayoría absoluta (26 parlamentarios).
La votación ha tenido lugar a las 17.20 horas y ha sido secreta. Cada uno de los representantes de la Cámara ha depositado su voto, tras ser llamados por orden alfabético, con un sí/bai o no/ez en una urna. El resultado ha sido el previsible, con 21 votos a favor de que Chivite sea presidenta, 20 en contra y 9 abstenciones.
De esta forma, tal y como estaba previsto, María Chivite tendrá que esperar 24 horas a que se produzca la segunda votación, en la que es suficiente la mayoría simple. Será, por tanto, a las 17.20 horas. En este caso, la anunciada abstención de EH Bildu posibilitará la investidura. María Chivite sumaría 21 votos a favor, 20 en contra y nueve abstenciones.
La candidata socialista ha dedicado este lunes 40 minutos para presentar su programa político tras el acuerdo alcanzado entre PSN, Geroa Bai y Contigo-Zurekin y que se selló finalmente el pasado 8 de agosto. Seguidamente, en la sesión de la mañana, se han producido las intervenciones de los grupos, que ha sido respondida por la presidenta en funciones en la jornada de tarde, antes de la votación.
María Chivite ha defendido el acuerdo programático alcanzado entre PSN, Geroa Bai y Contigo Navarra, que ha calificado de «transparente y honesto», y ha manifestado que liderará un gobierno estable, desde la «centralidad», un ejecutivo feminista y para «todos» los navarros.
Según ha dicho, «este acuerdo parte de un compromiso con la ciudadanía que, en las pasadas elecciones del 28 de mayo, apoyó que una mayoría parlamentaria estuviera representada por formaciones progresistas». «Con ese pronunciamiento, y siendo la candidata de la formación progresista más votada, me comprometí a trabajar para construir un nuevo gobierno de progreso para esta comunidad», ha expuesto.
La candidata ha señalado que el contexto actual es de «emergencia democrática» por «la amenaza de involución que viene de formaciones de derechas que ya están actuando con recortes de derechos y llevando a las políticas públicas el negacionismo de la violencia de género, del cambio climático y de la diversidad, por citar solo algunos ejemplos».
La socialista ha manifestado que pretende «seguir siendo» la presidenta de «todos» los navarros y que liderará «un gobierno de mayoría social, en la centralidad política, capaz de dialogar y acordar, de escuchar, de atender y de entender; un gobierno estable».
Por su parte, el portavoz de UPN en el Parlamento de Navarra, Javier Esparza, ha asegurado que el nuevo Gobierno foral «nace roto tras un bochornoso espectáculo de acusaciones cruzadas, amenazas, puñaladas y baile de sillas» en las negociaciones entre PSN, Geroa Bai y Contigo-Zurekin, y ha señalado que se ha dado «un ambiente que muestra la nula confianza» que hay entre los socios y que «anticipa la inestabilidad que va a regir la actual legislatura».
Desde las filas socialistas, Ramón Alzórriz ha manifestado que «el Gobierno liderado por María Chivite va a ser un baluarte frente a esos ataques orquestados, en los que participan esas formaciones de derechas y toda su maquinaria mediática, política y judicial». A su juicio, el acuerdo entre las tres formaciones es «un modelo de gobierno serio y riguroso que respeta la identidad de Navarra, que resguarda y amplía su autogobierno».
La portavoz de EH Bildu, Laura Aznal, ha asegurado que su grupo es «responsable» para facilitar la investidura de la socialista María Chivite como presidenta de Navarra, pero ha advertido de que EH Bildu quiere que esta legislatura sea «un punto de inflexión». «No vamos a renunciar a nada y tendremos que hablar de todo», ha dicho, para advertir de que «vamos a seguir espigando todo lo que podamos, pero a esta legislatura venimos a segar».
Uxue Barkos, de Geroa Bai, ha trasladado a Chivite que, «entre los retos que va a tener, está el de dotar de la mayor estabilidad posible al Gobierno y en sus acuerdos con el Parlamento» y ha subrayado que «tendrá que fortalecer los acuerdos y mediar para el interés general de la sociedad en los desacuerdos». Según ha comentado, Chivite «deberá tejer confianza donde ha quedado quebrada, porque esa será la base de un gobierno fuerte y estable».
El portavoz del PPN, Javier García, ha asegurado que el nuevo gobierno de Chivite va a ser «continuista en las concesiones a los abertzales y en la inacción en temas fundamentales». Por eso le ha llamado a «reconsiderar sus políticas» y le ha tendido la mano para que sus políticas «no dependan, o al menos estén lo más alejadas posible, de la izquierda abertzale».
Por su parte, la portavoz de Contigo-Zurekin, Begoña Alfaro, ha señalado a la candidata socialista María Chivite que los tres votos de la coalición a su investidura no son «un cheque en blanco», sino «el inicio de un camino en donde el debate entre las diferentes fuerzas que conformamos el espacio progresista nos va a enriquecer a todos y a todas, y sobre todo, a la ciudadanía navarra». Y ha señalado que les hubiera gustado «un acuerdo mucho más ambicioso, más audaz, más valiente».
Finalmente, la portavoz de Vox en el Parlamento de Navarra, Maite Nosti, ha asegurado que Chivite y sus socios «no están trabajando para el bienestar de los navarros» sino para «la regresión total de la sociedad navarra» para que «una vez arruinada, le sea más factible integrarla en Euskal Herria». «No le interesa más que el poder y el reparto de sillones», ha añadido.