Las cántabras tardan cuatro años más que los cántabros en comprar una vivienda, según UGT
Los menores salarios y más contratos a tiempo parcial explican esta brecha de género
Las mujeres tardan en España tres años y nueve meses más de media que los hombres en adquirir una vivienda en solitario, para lo que necesitan destinar el 30% de su salario bruto, según ha denunciado UGT, que añade que esta circunstancia es debida a los sueldos, el tipo de contrato, el lugar de residencia o el sector en el que se trabaje. «En general, tienen las de perder», lamentan.
En Cantabria la diferencia es aún mayor a la del conjunto del país, ya que las mujeres de esta región tardan más de cuatro años que los hombres en comprar una vivienda: 19,24 años frente a 15,21.
El cálculo se ha realizado teniendo en cuenta los últimos salarios medios brutos desagregados por sexo correspondientes a 2021 –facilitados por el Instituto Nacional de Estadística (INE), a través de la Encuesta Anual de Estructura Salarial– y los precios medios para vivienda nueva y de segunda mano que recoge el INE para este mismo año.
Por comunidades, en Murcia es donde se produce mayor brecha de género en materia de vivienda frente a Canarias, donde menor brecha se registra, según el sindicato. Cantabria es la cuarta comunidad donde mayor diferencia hay.
En esta región, el precio medio de la vivienda según el estudio es de 124.303 euros, y el salario bruto promedio anual es de 21.532 euros en el caso de las mujeres y 27.233 en el caso de los hombres.
Otros factores como el sector y la diferencia salarial también influyen en la diferencia entre ambos sexos a la hora de adquirir una vivienda. «La horquilla oscila de 9 años más en actividades administrativas y servicios auxiliares a casi 5 años en actividades profesionales, científicas y técnicas», apunta UGT.
El sindicato añade que trabajar a tiempo parcial dificulta el acceso a una vivienda en solitario. «En España dos millones de mujeres y algo más de medio millón de hombres trabajan con este tipo de jornada laboral. Para hacer frente al precio de la vivienda, se encuentran ante una doble tesitura o viven en condiciones ínfimas o están abocadas a depender de otra persona», denuncia.
Asimismo, añade que debido a esta situación descrita anteriormente, muchos jóvenes están prolongando durante años el alojamiento en pisos compartidos de alquiler, «a precios incluso más altos de lo que puede costar una cuota mensual de una hipoteca».
Por todo ello, UGT considera que «hay que seguir incidiendo en la estabilidad laboral, avanzar en la subida del Salario Mínimo Interprofesional y garantizar contratos a tiempo parcial voluntarios, con condiciones salariales adecuadas, que puede ser la mitad más un 10% del SMI a jornada completa». Además, exige «cumplir con los preceptos constitucionales de un trabajo y una vivienda digna», entre otras reclamaciones.