La OMS llama a «invertir las predicciones» que auguran un aumento del 55% de casos de cáncer de hígado en todo el mundo
Con motivo del Día Mundial contra la Hepatitis, que se celebra este viernes, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha hecho hincapié en la necesidad de acercar la atención a las comunidades e invertir las predicciones según las cuales las tasas de cáncer de hígado aumentarán en todo el mundo un 55 por ciento en los próximos 20 años.
La hepatitis, una infección vírica que afecta al hígado, mata actualmente a más de 100.000 personas al año en la Región Europea de la OMS. En todo el mundo, cada 40 segundos alguien pierde la vida a causa de la hepatitis B o C. Para la OMS es «una cifra asombrosa», sobre todo teniendo en cuenta que la mayoría de estas muertes «podrían haberse evitado».
Lo que todas las infecciones por hepatitis tienen en común es la inflamación que causan en el hígado, y las más comunes causadas por las hepatitis B y C pueden provocar graves problemas de salud como cáncer de hígado, cirrosis hepática e insuficiencia hepática, esta última mortal.
Para lograr la eliminación de la hepatitis en 2030, las nuevas infecciones por hepatitis B y C deben reducirse en un 40 por ciento en todo el mundo.
VACUNACIÓN, DIAGNÓSTICO PRECOZ Y TRATAMIENTO
Para reducir el riesgo de cáncer de hígado, la vacunación previene la hepatitis B, y el diagnóstico y tratamiento precoces desempeñan un papel fundamental para frenar la progresión de las hepatitis B y C.
El cáncer de hígado es la tercera causa más frecuente de muerte por cáncer en todo el mundo, y los principales factores de riesgo modificables del cáncer primario de hígado son la infección por los virus de la hepatitis B o C.
Sin embargo, hay mucho estigma en torno a la hepatitis, y esto debe abordarse a escala local, nacional y regional. «El estigma impide a menudo que las personas busquen pruebas, tratamiento y apoyo a tiempo, lo que perpetúa el ciclo de la infección y repercute en los esfuerzos de salud pública, incluida la salud sexual y reproductiva, la atención prenatal, las pruebas y el tratamiento de las hepatitis víricas y el cribado del cáncer de hígado», señala el director regional de la OMS para Europa, Hans Henri P. Kluge.
Por eso, ha llamado a fomentar «una mayor comprensión, empatía y conocimiento» en todo el sector sanitario y la sociedad en su conjunto, a fin de crear un entorno en el que las personas afectadas por hepatitis no sean estigmatizadas, sino apoyadas, lo que contribuirá a salvar vidas.
«El impacto de las medidas de prevención eficaces, incluida la vacunación contra la hepatitis B, ha llevado a una reducción de la transmisión de enfermedades relacionadas con la hepatitis B y C a lo largo de los años», ha afirmado la directora del Centro Europeo para la Prevención y el Control de las Enfermedades (ECDC), Andrea Ammon.
Sin embargo, la carga de la infección crónica por hepatitis B y C en la Unión Europea/Espacio Económico Europeo sigue siendo «considerable», según Ammon, con una estimación de 5,4 millones de infecciones crónicas, con la mayoría de estas infecciones sin diagnosticar y no vinculadas a la atención.
Además, muchos de los que son diagnosticados ya padecen cirrosis o cáncer de hígado en el momento de su diagnóstico, y las muertes por cáncer de hígado han ido en aumento. «Para hacer frente a esta carga de morbilidad y alcanzar los objetivos de eliminación, tenemos que intensificar urgentemente nuestros esfuerzos para hacer frente a estas infecciones e introducir enfoques más innovadores y eficaces para el diagnóstico y el tratamiento», ha apuntado la directora del ECDC
INTERVENCIONES OPORTUNAS PARA PROTEGER VIDAS
Las revisiones periódicas y el acceso a pruebas de diagnóstico asequibles son esenciales para identificar las infecciones en una fase temprana. Las intervenciones oportunas, incluidas las terapias antivirales, pueden suprimir eficazmente la replicación viral, ralentizar la progresión de la enfermedad y disminuir el riesgo de desarrollo de cáncer de hígado.
Los programas de divulgación comunitaria y la información precisa sobre la transmisión, la prevención y los recursos disponibles desempeñan un papel clave a la hora de disipar mitos e ideas erróneas.
«La hepatitis afecta a millones de vidas, familias y comunidades en toda la región y en todo el mundo. Si abordamos las causas profundas y aplicamos estrategias eficaces, podemos evitar sufrimientos innecesarios, muertes prematuras y la carga económica que suponen la hepatitis y el cáncer de hígado», ha dicho por su parte el doctor Nino Berdzuli, director de la División de Programas de Salud por Países de la OMS Europa.
«La buena noticia es que la reducción de las infecciones por hepatitis B en los niños es una de las pocas metas sanitarias de los Objetivos de Desarrollo Sostenible que va por buen camino. Ahora tenemos que dar un paso más y trabajar para eliminar las hepatitis B y C», ha añadido.
LO QUE HAY QUE SABER: EL ABC DE LA HEPATITIS
La OMS recuerda que se puede evitar la hepatitis A teniendo cuidado con la comida y la bebida. De hecho, es una amenaza siempre que el saneamiento sea deficiente o el agua insalubre. Además, el simple hecho de tocar una verdura en un mercado puede dejar hepatitis A en las manos, a la espera de entrar en el cuerpo a través de la boca. Por eso, es necesario lavarse las manos a menudo con agua y jabón.
La hepatitis A puede pasar sin tratamiento, pero un caso grave puede ser muy desagradable. La vacuna contra la hepatitis A (2 dosis con un intervalo mínimo de 6 meses) protege durante al menos 20 años.
Por otro lado, la hepatitis B se transmite cuando la sangre u otros fluidos corporales de una persona infectada entran en el cuerpo de alguien que no lo está. Las relaciones sexuales de riesgo, los tatuajes, los piercings y las manicuras en lugares poco higiénicos pueden poner en peligro.
Finalmente, la hepatitis C solo se transmite por contacto sanguíneo. Las transfusiones de sangre inseguras y los procedimientos médicos u odontológicos suponen el mayor riesgo de contraer esta enfermedad.
Tanto la B como la C suelen denominarse enfermedades silenciosas, ya que muchas personas no experimentan ningún síntoma, razón por la cual es importante someterse a pruebas si cree que puede haber estado expuesto. La vacuna contra la hepatitis B, incluida en la vacunación infantil sistemática en muchos países, ofrece la mejor protección. Si bien la hepatitis C puede curarse, actualmente no tiene vacuna.