Un simulador de conducción ayuda en la rehabilitación de daño cerebral de más de cien pacientes
Un simulador de conducción ha ayudado hasta el momento a más de cien personas en su proceso de rehabilitación en la Unidad de Daño Cerebral del Hospital Beata María Ana de Madrid.
«Las personas que tienen una lesión cerebral se encuentran de forma súbita con su actividad cognitiva y/o física muy afectada y esto tiene un gran impacto en sus vidas. Desde la Unidad de Daño Cerebral trabajamos para que los pacientes puedan retomar sus actividades cotidianas y el simulador ayuda a rehabilitar y a entrenar a pacientes para volver a llevar a cabo acciones tan usuales como la conducción», ha explicado el coordinador de la Unidad de Daño Cerebral, Marcos Ríos.
La Unidad de Daño Cerebral del Hospital Beata María Ana desarrolla programas de tratamiento transdisciplinares en los que intervienen distintas especialidades como neurología, fisioterapia, terapia ocupacional, neuropsicología o investigación.
En el área de terapia ocupacional, el simulador de la marca Hyundai se emplea de manera conjunta con otro tipo de terapias, gracias a ello, los profesionales pueden detectar limitaciones de los pacientes, ejercitar la funcionalidad de distintas áreas del cerebro y proporcionar prácticas de conducción en un entorno seguro.
Según Hyundai, las características de este simulador permiten adaptarlo en función de las necesidades de los pacientes con sus múltiples escenarios, así como con sus perspectivas y pantallas, que proporcionan sensaciones de conducción muy similares a la realidad y facilitan el proceso de recuperación de las capacidades para manejar un vehículo.
«Es un orgullo aportar al hospital un nuevo recurso para la recapacitación de personas con daños neurológicos. Los resultados que se están obteniendo nos impulsan a seguir trabajando y esforzándonos en desarrollar soluciones innovadoras para mejorar la vida de las personas, que son el motor de nuestra compañía», ha asegurado el director general de Hyundai Motor España, Leopoldo Satrústegui.
La compañía ha informado que el simulador cuenta con modalidades de uso más sencillas, como las de un videojuego, y otras más complicadas como la perspectiva de una moto, que requiere de una anticipación y velocidad de procesamiento mucho más alta.
El simulador tiene diferentes usos atendiendo a dos grandes objetivos principales: la recapacitación para la conducción y la psicoterapia. De los pacientes que lo utilizan, aproximadamente el 70 por ciento lo hace como parte de su rehabilitación para volver a conducir y, de ese grupo, los que finalmente consiguen volver a conducir representan más de la mitad.
Dependiendo de las necesidades y capacidades de cada paciente, se ajustan los parámetros «por ejemplo, es mucho más fácil a nivel auditivo reconocer el ruido del propio motor para facilitar el cambio de las propias marchas. Hay pacientes a los que les exigimos ese feedback auditivo para que sean capaces de hacer un cambio de marchas naturalmente y solo con el ruido del motor. Otros pacientes tienen que estar pendientes del tacómetro: de la aceleración, del nivel de marcha en que están y tiene que estar constantemente cambiando el foco de atención audiovisual de la carretera a la parte del control del propio vehículo», ha añadido la terapeuta ocupacional, Teresa Boccanera.
Asimismo, para aquellos pacientes que precisarán un vehículo adaptado, el simulador también se utiliza para detectar sus necesidades a la hora de diseñarlo.
En el caso de la psicoterapia, el simulador tiene un objetivo emocional y lúdico. Los profesionales de la unidad lo utilizan como herramienta para tratar afecciones como el síndrome de estrés postraumático. En los casos en los que cumple un objetivo lúdico, se utiliza como aliciente para animar a los pacientes a participar en otras fases del proceso de rehabilitación.