La OPAQ dice que no hay pruebas sobre el uso de armas químicas en dos ataques contra el Ejército de Siria en 2017
La Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ) ha indicado que «no hay motivos razonables» para determinar que dos ataques registrados en julio y agosto de 2017 en Jarbit Masasné fueron perpetrados con armamento químico, tras las acusaciones de Siria contra rebeldes por el supuesto uso de estas armas contra sus soldados en la zona.
El Gobierno de siria trasladó a la OPAQ el 26 de octubre de 2017 que se había registrado «un ataque con mortero con gas venenoso» contra sus posiciones en Jarbit Masasné, situada en la provincia de Hama, tras lo que reclamó al organismo que investigara ambos incidentes.
La Misión de Investigación de la OPAQ ha indicado que la información recabada sobre los incidentes a través de diferentes fuentes, incluidas entrevistas a testigos, vídeos y fotografías de informes médicos no dan pie a concluir que se produjo un ataque con armamento químico.
«A partir del examen de todos los datos obtenidos y recopilados y del análisis de todas las pruebas, la Misión de Investigación concluye que no hay motivos razonables para determinar que se usaron productos químicos como arma en ninguno de los dos incidentes», ha manifestado.
Asimismo, ha subrayado que abordó con Damasco algunas «inconsistencias» halladas durante la investigación y ha añadido que su informe «ha sido compartido con los estados parte de la Convención para la Prohibición de las Armas Químicas». Por último, ha sido trasladado al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas a través del secretario general del organismo, António Guterres.
Las autoridades sirias afirmaron que siete soldados tuvieron que ser hospitalizados con diversos síntomas que incluían dificultad para respirar, espasmos musculares y expulsión de espuma por la boca tras sendos ataques, tras lo que afirmó que en el mismo se había empleado gas cloro.
La Misión de Investigación de la OPAQ ha emitido hasta la fecha 20 informes sobre 73 incidentes en los que supuestamente se han usado armas químicas en el marco de la guerra en Siria, desatada en 2011 a raíz de la violenta represión de las manifestaciones prodemocráticas en el país al hilo de la Primavera Árabe .
El organismo ha concluido que estas armas se han usado o probablemente se han usado en 20 casos, incluidos catorce con cloro, tres con sarín y tres con gas mostaza. La OPAQ ha apuntado al Gobierno sirio como principal responsable de estos incidentes, si bien achacó al grupo yihadista Estado Islámico un ataque con gas mostaza en 2015.
Damasco ha negado el uso de armas químicas y ha recalcado que entregó sus arsenales a raíz del acuerdo alcanzado en 2013 tras un ataque con gas sarín en el suburbio de Ghuta, en los alrededores de la capital siria y entonces controlado por los rebeldes, que se saldó con la muerte de cientos de personas.