Washington pide «integridad» de cara a la segunda vuelta de las elecciones de Guatemala
El Gobierno de Estados Unidos ha pedido «integridad» durante el proceso para la segunda vuelta de las elecciones presidenciales en Guatemala, en las que se enfrentan Sandra Torres, que partía como favorita, y un sorprendente Bernardo Arévalo.
El subsecretario de asuntos del hemisferio occidental del Departamento de Estado norteamericano, Brian Nichols, ha indicado que Washington continuará «observando de cerca el proceso electoral de Guatemala previo a la segunda vuelta en agosto»: «Estados Unidos apoya la integridad del proceso permitido por la Constitución guatemalteca».
Nichols ha indicado que «Estados Unidos felicita al pueblo de Guatemala por ejercer sus derechos democráticos durante las elecciones generales del 25 de junio y aplaude a los votantes guatemaltecos por su compromiso con la democracia».
Asimismo, ha aprovechado la ocasión para aplaudir que Guatemala haya solicitado y recibido «un número histórico de observadores para sus elecciones, incluidas las misiones de observación electoral de la Organización de Estados Americanos (OEA) y la Unión Europea (UE).
El subsecretario ha agregado que considera que estas misiones «seguirán siendo cruciales en el periodo previo a la segunda vuelta y durante la misma».
Torres, de la Unidad Nacional de la Esperanza (UNE), logró el 15,7 por ciento de los apoyos, rozando los 866.000 votos. Le sigue un Arévalo, del Movimiento Semilla, con cerca de 649.000 votos, lo que supone el 11,8 por ciento de los mismos, después de partir, según los sondeos, entre la séptima o la octava fuerza entre las predicciones de los electores.
Hasta un total de 21 candidaturas han concurrido a estas elecciones, marcadas nuevamente por el tradicional hastío de un pueblo guatemalteco, acostumbrado a votar como castigo en contra del oficialismo. Más de 955.000 electores votaron en blanco –17,3 por ciento–, mientras que 384.500 papeletas fueron nulas –7 por ciento–. En total, han votado 5,4 millones de los 9,3 millones que hay inscritos en el censo electoral, lo que significa un 40 por ciento de abstención.