Batet dice que la derrota de ETA fue una victoria de todos y llama a honrar a las víctimas, sin tergiversaciones
La presidenta del Congreso, la socialista Meritxell Batet, ha subrayado que la sociedad «derrotó» a ETA hace 12 años, lo que fue «una victoria de la democracia» que está «en el haber de todos», y ha instado a mantener vivo el recuerdo de las víctimas del terrorismo, pero sin «tergiversaciones».
En su discurso del homenaje anual del Parlamento a las víctimas del terrorismo, Batet ha remarcado que España vive tiempos sin «los estragos de la violencia terrorista», en los que «la amenaza del yihadismo se ha desvanecido» y el terrorismo ha dejado de estar entre las máximas preocupaciones de la ciudadanía. «Lo hemos hecho bien», es su conclusión.
Ahora bien, ha remarcado que la «derrota» de ETA es «una victoria de la democracia que cuenta en el haber de todos», pero que también requiere no olvidar «la deuda» de la sociedad con las víctimas del terrorismo, ya que ellas fueron quienes sufrieron en primera persona los ataques dirigidos contra todos.
«El recuerdo y homenaje a las víctimas contribuye a mantener vivo todo lo que hemos aprendido como ciudadanos sobre el valor insustituible de la paz y la libertad y de los esfuerzos que requiere su defensa y la protección de todos –ha dicho–. Algo que no sólo debemos recordar, sino también transmitir a las nuevas generaciones».
FIDELIDAD A LOS HECHOS
A su juicio, «conocer el pasado es resistir al olvido, propiciar un espíritu de acción audaz y una herramienta para construir algo mejor», pero eso exige tener en cuenta «el peso de los hechos» y evitar «tergiversaciones»: «La fidelidad a la verdad y evitar cualquier forma de tergiversación es algo que siempre han reivindicado las asociaciones de víctimas, con acierto, porque la memoria solo puede construirse desde la realidad de los hechos», ha apuntado.
Batet ha querido dejar claro que el Parlamento no sólo es «la casa de la palabra», sino también, «y muy especialmente, la casa de la escucha», porque para representar a los ciudadanos hay que escucharlos y también al oponente político.
«Para mí este acto solemne cumple fundamentalmente esa misión esencial del Parlamento: escuchar. Escuchar la voz de las víctimas, escuchar su dolor y escuchar su esperanza –ha remachado–. Y lo hacemos mirando al futuro porque atesorar el valor de lo que hemos hecho como sociedad nos da fuerzas para defender la democracia frente a cualquier amenaza, como lo hemos hecho frente a la violencia terrorista, manteniendo el deber ético con las víctimas: memoria, justicia y reparación».