Experto asegura que las terapias con luz podrán combatir cualquier cáncer en unos 15 años
El director del curso International School on Light Sciences and Technologies: Light in Health and Medicine , que se celebra esta semana en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP), José Miguel López-Higuera, ha asegurado que las terapias llevadas a cabo con técnicas de luz podrán combatir el cáncer y la metástasis en unos 15 años.
«Va a ser uno de los temas del mañana», ha señalado el catedrático responsable del Grupo de Ingeniería Fotónica en la Universidad de Cantabria, ya que, «con terapias activadas con luz, se puede atacar el cáncer de manera directa e indirecta», matando exclusivamente a las células malignas de estos tumores y respetando a las sanas.
Además, ha afirmado que será posible, porque «está ya prácticamente demostrado» y «funciona muy bien», combatir la metástasis a través de estos procesos que darán lugar a «nanomedicinas» específicas para un tipo de célula, que «ellas solas identificarán dónde están las células cancerígenas». «Puede sonar a ciencia ficción hoy día», pero podría comercializarse «en unos 15 años», ha estimado, aunque los plazos dependerán de muchos factores.
Así lo ha señalado en una rueda de prensa para presentar el curso sobre Ciencias fotónicas para la vida real que se está desarrollando en la UIMP, en la que ha estado acompañado por la directora del Instituto de Investigación de la Luz y la Salud en el Hospital Monte Sinaí de Nueva York (Estados Unidos), Mariana G. Figueiro; y por la directora del Centro de Ciencias Visuales de la Universidad de Rochester, también en Nueva York, Susana Marcos.
En este curso, que contará con varias charlas con 17 expertos del ámbito y dos mesas redondas, se tratan temáticas en torno a la aplicación de la luz en la salud y la medicina en un periodo de la historia en el que el conocimiento en este ámbito es «muy grande», hasta el punto de poder controlar el cerebro de un ser vivo sin contacto físico y por ende sin daño, incluso pudiéndose manipular deliberadamente para hacer sentir al sujeto estudiado diferentes sensaciones.
De hecho, según ha indicado López-Higuera, varios investigadores, fundamentalmente en Estados Unidos (donde está más avanzada esta técnica), han alertado ya de la necesidad de una regulación teniendo en cuenta los «derechos del cerebro», para saber qué se puede hacer y qué no, porque «en el futuro podría llegar a utilizarse para manipularnos» y es importante «actuar antes de que sea tarde».
Por su parte, Susana Marcos ha explicado que la fotónica está suponiendo grandes avances y aportando muchas facilidades en el estudio de la visión y del ojo. Y es que, por ejemplo, algunos de estos métodos de estudio del ojo provienen de la Astronomía, para ver las estrellas en alta resolución.
Marcos ha detallado que algunas de las condiciones oculares que se investigan y se tratan con técnicas lumínicas son la miopía, que afecta a un 30% de la población en países occidentales y a un 90% en lugares como Singapur o Hong Kong, donde es «una especie de epidemia» y que puede deberse a la falta de exposición a la luz, entre otros factores.
También se corrige con estas técnicas de luz la presbicia, que afecta al 100% de las personas por encima de 45 o 50 años, así como las cataratas por envejecimiento en el que el cristalino del ojo se opacifica.
Mariana G. Figueiro ha destacado que el uso de la luz para tratar las enfermedades está «mejorando la calidad de vida de los pacientes», y ha puesto como ejemplo a personas enfermas de Alzheimer, cáncer o Parkinson, con quienes suele tratar, a las que se les aplican diferentes intensidades de luz en la retina del ojo o en el espacio en el que se encuentran dependiendo del momento del día, lo que resulta en una mejora, entre otras cosas, del sueño y o de la capacidad cognitiva.