La UIMP rinde homenaje a Almudena Grandes y su apuesta «por la cultura y el compromiso» con la sociedad
Los tradicionales Martes Literarios de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) han arrancado hoy con un homenaje a la escritora Almudena Grandes y a su apuesta «por la cultura y el compromiso» a la hora de «entender la realidad y la sociedad en la que vivimos».
Una autora que supo «llamar la atención» sobre el «momento difícil» y la «degradación» de la democracia que la pandemia «iluminó», pero que siempre quiso «seguir apostando por la esperanza».
Así lo ha expresado el director del Instituto Cervantes y viudo de la escritora madrileña, Luis García Montero, durante la rueda de prensa para presentar el inicio de esta actividad cultural de los Cursos de Verano de la UIMP, institución que fue para Almudena Grandes un «lugar de felicidad», tal y como ha afirmado Juan Cerezo, editor y director de la editorial Tusquets.
García Montero, para quien es un «honor» poder realizar este homenaje a la autora de, entre otras novelas, Las edades de Lulú o Los pacientes del doctor García , ha explicado que en el curso se lleva a cabo «un panorama general sobre la significación de Almudena» que permite reflexionar sobre la cultura y sobre la personalidad de la autora como novelista, pero también como escritora de artículos periodísticos.
Y es que para el director del Instituto Cervantes, «el mejor homenaje a Almudena es responder a lo que ella significó», que fue esa apuesta por la cultura y ese compromiso a la hora de entender la sociedad.
Por ello, se ha detenido para hablar del último libro que Almudena Grandes escribió, Todo va a mejorar , una obra con la que «tuvo que contestar desde la literatura a todo lo que se había puesto encima de la mesa» con la pandemia del coronavirus.
«Si ella ya había utilizado la ficción para conocer el presente desde la memoria del pasado, ahora utilizó el presente para intentar comprender los peligros que estaban degradando a la democracia» y que la pandemia «iluminó», como el surgimiento del «totalitarismo», el «deterioro» de la política o las «mentiras y los bulos», ha relatado García Montero, quien ha asegurado que «muchas de las cosas que ella anunciaba las hemos podido ver».
Todo va a mejorar es una obra que Almudena Grandes escribió pero que no pudo finalizar por su fallecimiento en noviembre de 2021, por lo que encargó la escritura del capítulo final, con una serie de pautas, al propio Luis García Montero, y ayudado por Juan Cerezo, terminaron la novela e incluyeron un epílogo en la novela explicando este proceso.
Almudena Grandes tenía la intención de que ese Todo va a mejorar que da nombre a su libro diese «una vuelta de tuerca», pasando de ser «una manipulación política para dominar la realidad» a una «realidad de la condición humana y del debate político», porque ella «mantenía siempre que la esperanza y la alegría eran unas forma de resistencia», ha destacado García Montero.
De la también autora de Malena es un nombre de tango , ha puesto en valor además su «conciencia literaria» a la hora de abordar las adaptaciones al cine o a la televisión de sus novelas.
Según ha dicho, Grandes tenía claro que ella quería ser escritora antes que famosa, razón por la que siempre comprendió que debía dejar espacio a los directores o guionistas en los procesos de adaptación de sus historias, que a juicio de García Montero y de Cerezo, tienen siempre tramas interesantes para el formato cinematográfico y «muy ambiciosas, con muchos personajes y grandes escenarios».
También han detallado cómo la escritora siempre incluía en sus libros las fuentes o referencias que había investigado para crear sus historias de ficción basadas en hechos reales, poniendo así en valor el trabajo de historiadores españoles que habían tratado esos temas previamente.
Y ese respeto también se lo guardaba a grandes escritores clásicos como Homero, cuya novela La Odisea , en concreto una versión para niños que le regaló su abuelo, le hizo enamorarse de la lectura; o a Cervantes, a raíz del cual surgió una anécdota con Joaquín Sabina y Benjamín Prado, quienes en casa de Almudena Grandes comenzaron a poner pegas al estilo del autor de Don Quijote , a lo que la escritora, al oírlo desde la cocina, les respondió que «si querían comer, tenían que callarse, porque no tenían ni idea».
Finalmente, el periodista y coordinador de los Martes Literarios, Guillermo Balbona, ha señalado que este homenaje es «casi como una deuda» hacia Almudena Grandes, quien siempre «generaba mucha empatía» con sus palabras y su literatura entre sus lectores.
El homenaje a Almudena Grandes se completará en la primera sesión del ciclo de los Martes Literarios, que tendrá lugar a partir de las 19.00 horas en el Paraninfo de la Magdalena.
El ciclo de los Martes Literarios continuará a lo largo de los Cursos de Verano con figuras como Lidia Jorge (4 de julio), Edurne Portela (11 de julio), Francisco López Serrano (18 de julio), Luis Landero (1 de agosto), Álvaro Pombo (8 de agosto), Gustavo Martín Garzo (15 de agosto), Orlando Figes (22 de agosto), Miguel Ángel Hernández (29 de agosto) y Santiago Roncagliolo (5 de septiembre).