El diagnóstico de infertilidad puede llevar a la negación inicial y generar frustración, según una experta
El diagnóstico de infertilidad genera «el duelo de la salud reproductiva, que generalmente conlleva distintas etapas a nivel psicológico, en las que se pasa del shock o la negación inicial a la rabia, la impotencia, la frustración», según ha informado la miembro del Comité Permanente del Grupo de Interés por la Psicología de la Sociedad Española de Fertilidad (SEF), Raquel Urteaga.
«Tras esto, negociamos, de alguna manera, con nosotras mismas, con el entorno, a veces con la pareja, con el médico. ¿Y qué se puede hacer?, vamos buscando opciones y en la mayor parte de los casos, las pacientes aceptan recurrir al proceso para intentarlo», ha añadido Urteaga, que ha incidido en la importancia de contar con apoyo psicológico especializado para ayudar a gestionar todas estas emociones.
Para la especialista «el diagnóstico de infertilidad es uno de los momentos más complicados en el viaje emocional de las personas que quieren tener un hijo y no lo logran de manera natural», aunque hay que tener en cuenta que también hay otros a lo largo de este recorrido «como la fase anterior, en la que se acumulan meses de fracasos reproductivos y aquella en la que, en pleno proceso, se cambia de una técnica a otra de mayor complejidad porque, con la utilizada, no se consigue el embarazo».
Con motivo del Día Mundial de la Fertilidad, que se celebra el 4 de junio, la compañía de ciencia y tecnología, Merck, ha organizado el encuentro La fertilidad: un viaje por explorar , en el que ha ofrecido, junto a la SEF, recomendaciones que pueden ayudar a las mujeres que requieren ayuda reproductiva a mitigar las emociones que les produce el proceso.
Entre los consejos, han indicado que ante este diagnóstico las mujeres «se permitan sentir las emociones que surjan», además de no «perder de vista el objetivo» y «buscar ayuda psicológica especializada desde el principio». También recomiendan «fomentar el autocuidado, practicar la asertividad y buscar información veraz procedente de fuentes médicas».
Asimismo, las mujeres que acuden ayuda profesional para concebir reconocen que se necesitarían una mayor atención psicológica, así lo recoge la encuesta realizada por Merck Primeros pasos hacia la maternidad , que señala que el 41 por ciento de las encuestadas que han vivido esta experiencia considera que este es el principal aspecto a mejorar del tratamiento.
Según Raquel Urteaga, se recurre a las unidades de psicología de reproducción asistida generalmente tarde. «La ayuda médica a la paciente debe englobar tanto la parte física como la parte psicológica. Cuerpo y mente somos uno, no nos podemos dividir» y ha apuntado, «en los tratamientos de reproducción, todos ponemos el foco en la mujer porque, obviamente, lleva toda la carga física y una gran carga emocional, pero no olvidemos que las parejas, para aquellas que la tienen, también sufren, pero de manera diferente y en muchas ocasiones, están incomprendidas».
Durante el encuentro ha participado la actriz, Miriam Giovanelli, quien ha contado su experiencia. «Aun sintiéndome absolutamente apoyada y sostenida por mi entorno recurrí a terapia. Tuve que aprender a transitar por este proceso como nunca antes lo había hecho, dedicando tiempo físico y mental a lo que provocaba mi sufrimiento. Sin duda, ha sido un viaje emocional que me ha aportado nuevas herramientas que sigo utilizando a día de hoy», ha asegurado la actriz.