CS se despide del Congreso tras ocho años en los que llegó a ser tercer partido y socio de investidura de PP y PSOE
La dirección de Ciudadanos ha decidido no concurrir a las elecciones generales del 23 de julio, con lo que dice adiós a ocho años de representación en el Congreso, donde llegó a ser la tercera fuerza política del hemiciclo y fue socio de investidura tanto del socialista Pedro Sánchez como del popular Mariano Rajoy, aunque no llegó a entrar en el Gobierno.
Ciudadanos-Partido de la Ciudadanía nació en Barcelona en el año 2006, fundado por un grupo de intelectuales, profesores universitarios y profesionales de diversos campos, varios de ellos procedentes del PSC. Concebida como una fuerza de ámbito catalán, su acción estaba orientada a combatir el nacionalismo catalán.
El congreso fundacional de Ciudadanos tuvo lugar en julio de ese año y eligió como presidente a un joven abogado de 26 años, Albert Rivera. Se presentó a las elecciones al Parlamento de Cataluña en 2006 y, cartel de campaña con Rivera desnudo mediante, logró tres escaños, convirtiéndose en la sexta fuerza política allí.
La siguiente cita electoral importante para Ciudadanos fueron las elecciones municipales de 2007. Consiguieron un total de 13 concejales en diversos municipios catalanes.
Y llegaron las primeras generales, las de 2008. Ciudadanos presentó listas en todas las circunscripciones españolas y puso en marcha un proceso de elaboración del programa electoral en el que agrupaciones, afiliados y cualquier persona con acceso a internet pudo formular propuestas. Rivera fue el cabeza de lista por Barcelona y Fernando Landecho por Madrid. Sin embargo, lograron el 0,18% de los votos y no obtuvieron representación.
Continuaron presentándose a las sucesivas citas electorales, pero sin éxito. Por ejemplo, se presentaron a los comicios del Parlamento Europeo en 2009, en coalición con el partido irlándés Libertas. Aquí es donde aparecen algunas de las caras que quedarían indisolublemente ligadas al partido, como la de José Manuel Villegas, número dos de esa candidatura y posteriormente secretario general de la formación.
LA EXPANSIÓN NACIONAL, EN 2015
Fue en 2015 cuando comenzó la expansión nacional de Ciudadanos. En las elecciones autonómicas de ese año obtuvo 1,2 millones de votos en las 13 comunidades y Ceuta y Melilla. En las municipales se acercó al millón y medio de votos, ocupando el espacio de UPyD.
La popularidad de Ciudadanos no dejaba de crecer. En las generales de ese año, con un turbulento clima político de fondo y el bipartidismo debilitado, el partido naranja ya obtuvo más de 3,5 millones de votos, logró 40 diputados y se convirtió en la cuarta fuerza política del hemiciclo.
Aquellas elecciones las ganó el PP, pero ante la negativa de Mariano Rajoy a someterse a la investidura, Rivera alcanzó un acuerdo con el socialista Pedro Sánchez, el llamado Pacto del Abrazo , que finalmente no prosperó por el No del PP y de Podemos. Este fracaso llevó a la repetición de las elecciones y los nuevos comicios tuvieron lugar en junio de 2016.
En esas generales, Ciudadanos sufrió un retroceso y se quedó en 3,1 millones de votos que se tradujeron en 32 escaños. En la nueva legislatura Rivera se descantó por apoyar a Rajoy, que esta vez consiguió ser investido para un gobierno en minoría con apoyo externo de los naranjas .
RUPTURA CON RAJOY Y PUGNA POR LIDERAR LA DERECHA
La sentencia del caso Gürtel marcó la ruptura de Ciudadanos con el PP hasta el punto de que Rivera anunció en mayo de 2018 que dejaba de apoyar al Gobierno Rajoy y reclamó elecciones anticipadas. Pero el PSOE se adelantó registrando una moción de censura que salió adelante gracias al apoyo de la mayoría de la Cámara Baja y llevó a Pedro Sánchez a la Moncloa.
Casi un año después, Sánchez convocó elecciones generales anticipadas para el 28 de abril de 2019, que ganó el PSOE. Ciudadanos consiguió el mejor resultado de su historia (57 diputados) y se convirtió a la tercera fuerza política de España, pisando los talones al PP. La fragmentación del Congreso hizo obligatorias negociaciones para formar gobierno, pero los partidos políticos fueron incapaces.
Rivera ya se había negado a dar su apoyo a Sánchez en la campaña electoral y fue endureciendo su discurso, intentando acabar con la hegemonía del PP en el centro derecha. En mayo de 2019 llegaron las autonómicas y municipales y Ciudadanos volvió a ser la tercera fuerza, pero sus pactos con el PP permitieron a los Pablo Casado asegurarse gobiernos que daban por perdidos en Murcia, Madrid y Castilla y León, así como en numerosas capitales de provincia.
La incapacidad de los partidos políticos para llegar a un acuerdo en el Congreso llevó a la repetición de las elecciones generales el 10 de noviembre y, esta vez, Ciudadanos pagó un alto precio, pese a que en algunas encuestas le pronosticaban un sorpasso al PP. No sólo no superó a los populares , sino que sufrió un duro golpe: perdió 2,5 millones de votos y únicamente obtuvo diez escaños.
El batacazo llevó a Rivera a dimitir y fue sustituido por Inés Arrimadas, un activo valioso para el partido y que venía de haber ganado las elecciones catalanas de 2017, aunque no llegó a presentarse a la investidura al sumar mayoría los independentistas.
FRACASOS Y MÁS FRACASOS
Desde aquella cita se han sucedido los fracasos. Uno de los más sonados fue el desplome de las elecciones catalanas de febrero de 2021, donde perdió cerca de un millón de votos, 30 escaños y pasó de primera a séptima fuerza, por detrás de Vox. El resultado fue uno de los golpes más duros para el partido.
Apenas un mes después, las cosas siguieron poniéndose feas. En Murcia, en marzo de 2021, los naranjas se aliaron con el PSOE para echar al PP del gobierno murciano y del ejecutivo municipal de Murcia. El presidente autonómico, el popular Fernando López-Miras, logró que varios diputados de CS y otros previamente expulsados de Vox votaran en contra de la moción de censura, impidiendo que prosperase. Como consecuencia, CS perdió el poder en Murcia y tuvo que ver, además, cómo tres de sus diputados se convertían en tránsfugas.
Como un dominó, la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, aprovechó para convocar elecciones anticipadas e Ignacio Aguado, entonces vicepresidente, acabó por dejar la política y la lista Ciudadanos encabezada por Edmundo Bal se quedó sin representación.
Esa ruptura anticipada se repitió en Castilla y León, donde Francisco Igea fue destituido del Gobierno autonómico y solo pudo revalidar un escaño. Y en Andalucía Ciudadanos se quedó fuera del Parlamento y su hasta entonces líder, Juan Marín, acabó fichado por el PP.
EL DESCALABRO EN ANDALUCÍA Y LA REFUNDACIÓN
Las elecciones de Andalucía precipitaron un proceso de refundación que la formación ya tenía en mente. El descalabro aceleró los planes de los naranjas , acosados por las sucesivas debacles electorales.
La refundación incluía unas primarias que mostraron las costuras del partido naranja . El portavoz adjunto, Edmundo Bal, se enfrentó a la lista amadrinada por Arrimadas y, a la postre, ganadora del proceso. La VI Asamblea General de mediados de enero puso el broche final al proceso de refundación y ratificó a la nueva Ejecutiva, encabezada por Patricia Guasp y Adrián Vázquez.
Arrimadas continuó al frente del grupo parlamentario, algo que nunca se puso en duda porque la dirección la considera un «referente» y Bal continuó como portavoz adjunto. Desde entonces ha habido paz en Ciudadanos y la nueva Ejecutiva se puso a trabajar en las citas electorales de 2023.
Pero la debacle del domingo, que significó la desaparición de los naranjas de todos los parlamentos autonómicos en liza y la pérdida del 85% de sus concejales y relevantes plazas como la Vicealcaldía en el Ayuntamiento de Madrid, ha puesto de manifiesto su falta de apoyo en la sociedad. «El mensaje de las elecciones ha sido muy claro», ha resumido Adrián Vázquez al anunciar este martes la retirada.