Buhari se despide de la Presidencia de Nigeria con un recuerdo para las secuestradas de Chibok
Asegura que ha hecho de Nigeria «un país mejor» pero reconoce el «sufrimiento» causado por sus duras políticas económicas
El presidente saliente de Nigeria, Muhammadu Buhari, se ha despedido este domingo de la población en la víspera de la entrega del testigo de mando a su aliado, Bola Tinubu, haciendo un balance positivo de su mandato al tiempo que ha reconocido el dañino impacto de sus políticas económicas y su incapacidad para traer a casa a todas las chicas secuestradas en Chibok en 2014, símbolo de la violencia en el país.
«Puedo decir con toda confianza que dejo el poder en una Nigeria que se encuentra mejor en 2023 que en 2015», ha hecho saber Buhari en su discurso ante la nación. «Hemos incrementado la capacidad de la población más desfavorecida y la población rural para ganarse la vida, hemos entregado más alimentos para nuestras aldeas y diversificado las oportunidades para ganarse la vida», ha añadido.
Sin embargo, Buhari también ha pedido disculpas por algunas «decisiones difíciles», sobre todo las adoptadas en el ámbito económico durante la pandemia de COVID-19. Si bien ha señalado que la mayoría de ellas «rindieron los resultados deseados», también ha reconocido que otras «provocaron un dolor y un sufrimiento temporales».
El presidente saliente dedicó un momento especial para recordar a las decenas de mujeres secuestradas en Chibok un año antes de que asumiera el poder y por el actual escenario de violencia en el país, donde grupos de «bandidos», especializados en el secuestro y la extorsión, continúan operando con relativa libertad a pesar de los esfuerzos de las autoridades.
«Todavía sigo sufriendo por nuestros hijos, por aquellos que siguen bajo cautiverio. Lloro con sus padres, con sus amigos y con sus familiares, con todos aquellos que han perdido a sus seres queridos en estos días de bandidaje y matanzas sin sentido», ha añadido en su discurso, recogido por los principales medios nigerianos.
ONG como Human Rights Watch (HRW) disputan las afirmaciones de Buhari al describir a Nigeria como un país que «no ha logrado garantizar los derechos económicos y sociales para todos». Según la Oficina Nacional de Estadísticas de Nigeria, aproximadamente 133 millones de personas en el país viven en la pobreza en un país donde la desigualdad también ha alcanzado niveles extremos a medida que la brecha entre ricos y pobres «continúa ampliándose a un ritmo alarmante», entiende HRW.
La ONG indica que el país carece de un sistema de seguridad social funcional y capacitado para proteger a la población de las crisis económicas y de etapas de inseguridad económica personal como las que ocurren durante la vejez, el desempleo, la enfermedad o el parto.
Tinubu asumirá el poder este próximo lunes en un escenario, además, de disputa electoral, dado que sus principales rivales en las últimas elecciones, el exvicepresidente Atiku Abubakar, del Partido Democrático de los Pueblos, y el laborista Peter Obi, están ahora mismo inmersos en un proceso de reclamación tras denunciar fraude electoral en numerosas circunscripciones del país.