El JEMAD llama a la industria militar a evitar competencias «fratricidas» y llegar a un pacto de desarrollo coordinado

Llama a mejorar la fragmentación del tejido industrial, la capacidad de producción y tiempos de respuesta

El Jefe de Estado Mayor de la Defensa (JEMAD), almirante general Teodoro López Calderón, ha llamado este miércoles a la industria militar a buscar un pacto de desarrollo coordinado que beneficie su «eficacia, innovación y competitividad», evitando «competencias fratricidas» entre ellas.

El JEMAD ha lanzado este mensaje ante los máximos representantes de todas las industrias de seguridad y defensa en España y el extranjero, reunidas esta semana en FEINDEF, la principal feria del sector que celebra anualmente en Ifema, en Madrid.

El jefe de la cúpula militar ha celebrado el incremento presupuestario en defensa, lo que hace que la demanda esté «asegurada» y ofrezca a la industria española una oportunidad para crecer y consolidarse como actor «de mayor relevancia nacional e internacional».

Sin embargo, ha avisado de que el «mayor enemigo» es la competencia dentro de España, siendo «conveniente» un acuerdo entre las empresas que garantice su desarrollo conjunto. «Quizá este sea el principal reto de la industria de defensa a corto plazo y que es necesario afrontar con decisión y rapidez», ha emplazado.

Sin embargo, López Calderón ha señalado más «desafíos» para la industria militar durante su conferencia, que cree que deben superarse para aprovechar al máximo la «oportunidad» que se abre durante los próximos años con el optimista escenario financiero.

En este marco, ha reconocido que el sistema presupuestario y contractual español «no es el más adecuado» para el sector, con «complejos y largos procesos de licitación» y una «rigidez de procedimiento» que dificulta la agilidad que muchos casos adquieren las adquisiciones de sistemas militares.

Además, ha apuntado que el sector empresarial español de seguridad y defensa debe evolucionar para responder «en tiempo y de forma competitiva» a los desafíos que se planteen. Y esto, ha subrayado, debe hacerlo «lo antes posible» debido a que su posición de salida en comparación con otros países europeos «no es la mejor» debido a dos décadas de falta de inversión.

También ha hablado de la «excesiva fragmentación» del tejido industrial español y europeo, lo que eleva los costes de desarrollo y producción. Según ha reivindicado, las empresas deben dimensionarse para adecuar su capacidad de producción y reducir los tiempos de respuesta ante las necesidades que está generando la guerra de Ucrania.

Con ello, el JEMAD ha instado a la industria militar a contar con un tejido productivo que permita alimentar el mantenimiento del tempo de las operaciones, así como acordar los tiempos de diseño, desarrollo y experimentación, «que hacen que las entregas de determinados sistemas se demoren demasiados años».

A su juicio, también es necesario facilitar el proceso de sostenimiento y puesta al día de los sistemas; así como contar con producción nacional en determinadas capacidades críticas o sensibles para la defensa nacional.

MÁS PERSONAL Y MEJOR PREPARADO

En cualquier caso, el JEMAD ha incidido en que las Fuerzas Armadas también necesidad contar con más personal y mejor preparado para hacer frente a los nuevos desafíos que se abren, como el ámbito ciber o las nuevas tecnologías.

En este contexto ha puesto como ejemplo la guerra de Ucrania, que cree que ha demostrado que los Ejércitos no pueden configurarse exclusivamente de «pequeñas unidades, modulares y expedicionarias» confiadas únicamente a la superioridad tecnológica de un número limitado de sistemas de armas.

«También se requiere cierta masa y sobre todo adecuados stock de armamento, munición y repuestos y personal necesario que asegure un esfuerzo sostenido en el tiempo del combate convencional de alta intensidad –ha explicado–. La superioridad tecnológica es necesaria pero no suficiente para la superioridad en el enfrentamiento».

MANTENER Y RECUPERAR CAPACIDADES

En este marco, ha explicado que el primer reto es conseguir que las capacidades militares con las que ya cuentan las Fuerzas Armadas estén «apropiadamente alistadas» para el combate de alta intensidad, garantizando sus sostenimiento y actualización de sistemas.

También hace falta, ha incidido López Calderón, recuperar capacidades que se han perdido como consecuencia de los años en los que la financiación no era suficiente para garantizar su reemplazo. Y de forma paralela, cree que es imprescindible mejorar los sistemas de obtención y análisis de información e inteligencia.

El escenario de Ucrania «ha mostrado claramente» que la superioridad de fuerzas no es «eficaz» si no se cuenta también con la inteligencia adecuada y un mando y control efectivos.