Brasil presenta su candidatura a la Presidencia del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático
El Gobierno de Brasil ha presentado a Thelma Krug como candidata para la Presidencia del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) de cara al periodo entre los años 2023 y 2027, durante el séptimo ciclo de evaluación del organismo.
El nombramiento del jefe de la IPCC tendrá lugar durante la 59ª Sesión Plenaria del organismo, que se celebrará entre el 24 y 28 de julio en la capital de Kenia, Nairobi. De confirmarse su elección, Krug será la primera mujer y primera representante latinoamericana en presidir la institución.
Con esta candidatura, el Gobierno brasileño busca demostrar la «prioridad» que le da a los «esfuerzos globales para combatir el cambio climático»; una postura también reflejada en la candidatura de la ciudad de Belém para albergar la 30ª edición de la Cumbre del Clima (COP30) en 2025.
Licenciada en matemáticas por la Universidad Roosevelt de Chicago, en Estados Unidos, y doctoranda en estadística espacial por la Universidad británica de Sheffield, Krug cuenta con una «amplia experiencia en temas de cambio climático», según detalla un comunicado conjunto de varios ministerios del Ejecutivo brasileño.
Krug fue secretaria del Ministerio de Ciencia y Tecnología entre 2001 y 2003, y del de Medio Ambiente de 2007 a 2008, donde también ocupó el cargo de directora desde 2016 a 2017. En el IPCC, Krug copresidió durante dos ciclos de evaluación (2002 a 2015) el Grupo de Trabajo sobre Inventarios Nacionales de Gases de Efecto Invernadero y ostenta desde 2015 una de las vicepresidencias de la institución.
El IPCC, creado en 1988 por el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente y la Organización Meteorológica Mundial, es el organismo de la ONU encargado de evaluar la ciencia relacionada con el cambio climático. Su formación fue «decisiva para alertar sobre las implicancias y posibles riesgos» del cambio climático.
A lo largo de más de tres décadas, el organismo ha fortalecido la evidencia científica ante los cuestionamientos de sectores escépticos sobre la contribución del hombre al calentamiento global, lo que ha permitido «alcanzar ambiciosos hitos internacionales», como el Protocolo de Kioto de 1997, el Acuerdo de París de 2015. Este papel clave le sirvió en 2007 para hacerse con el premio Nobel de la Paz.