El CPFCM asegura que la fisioterapia reduce el dolor crónico y el deterioro físico de los pacientes con hemofilia
Con motivo del Día Mundial de la Hemofilia, que se celebra el próximo lunes, 17 de abril, el Colegio Profesional de Fisioterapeutas de la Comunidad de Madrid (CPFCM), recuerda que la fisioterapia puede ayudar a mejorar la calidad de vida de los pacientes con artropatía hemofílica, mejorando el dolor crónico y la funcionalidad.
La labor de prevención desde edades tempranas, mediante un abordaje físico y educativo, debe ser una de las principales acciones de la fisioterapia en los niños y jóvenes con hemofilia.
«La fisioterapia es, junto a los nuevos tratamientos farmacológicos, una herramienta segura y eficaz para mejorar el dolor crónico que limita las actividades de la vida diaria de estas personas, facilitando que puedan adquirir el máximo desarrollo físico y funcional», indica Rubén Cuesta Barriuso, miembro del CPFCM y fisioterapeuta con experiencia clínica e investigadora en hemofilia.
El presidente de la Federación Española de Hemofilia (FEDHEMO), Daniel Aníbal García, afirma que «la fisioterapia no puede revertir ni evitar el proceso degenerativo de la artropatía hemofílica como consecuencia de hemartrosis repetidas, pero contribuye notablemente a reducir las consecuencias, principalmente el dolor crónico y la pérdida de movilidad».
Por su parte, el miembro del CPFCM y experto en hemofilia, Rubén Ucero Lozano, incide en la importancia de «hacer hincapié en la individualización de los tratamientos de fisioterapia, el abordaje desde edades tempranas y la formación a padres de niños con hemofilia y pacientes adolescentes» para complementar los tratamientos farmacológicos.
La hemofilia es una enfermedad hereditaria y recesiva, ligada al cromosoma X, que se caracteriza por la ausencia o carencia de alguno de los factores de la coagulación, de manera que la sangre no se coagula de manera adecuada. La prevalencia de esta patología hace que sea considerada como enfermedad rara o poco frecuente. En España hay unas 3.000 personas con hemofilia, según datos de la Federación Española de Hemofilia (FEDHEMO).
El 90 por ciento de las personas con hemofilia severa tienen hemorragias en el sistema musculoesquelético, tanto a nivel muscular como articular. El 80 por ciento de estos pacientes presentan hemartrosis o sangrado articular, que causa hipertrofia sinovial -genera dolor y puede evolucionar hacia una atrofia- y daño en el cartílago. Estos sangrados suelen afectar a las articulaciones de carga, fundamentalmente rodillas, codos y tobillos.
La repetición de hemorragias en una misma articulación induce el desarrollo de artropatía hemofílica, que provoca dolor y la limitación de movimientos. Este deterioro articular constituye la principal secuela física invalidante y discapacitante en los pacientes con hemofilia, es la primera causa de morbilidad y repercute sobre la calidad de vida de los pacientes.