Neurólogos demuestran que la estimulación transcraneal eléctrica mejora la fatiga en Covid persistente

La estimulación transcraneal eléctrica mejora significativamente la fatiga física en pacientes con Covid persistente, según un ensayo clínico realizado por un grupo de neurólogos e investigadores del Hospital Clínico San Carlos y publicado en Brain Communications .

La estimulación transcraneal eléctrica «es una técnica de neuromodulación cerebral no invasiva, segura, bien tolerada y con buena adherencia al tratamiento por parte de los pacientes», afirma el neurólogo del Hospital Clínico San Carlos, Jordi A. Matías-Guiu, investigador principal.

«Consiste en la aplicación de una corriente eléctrica continua de baja intensidad a través de electrodos colocados en el cuero cabelludo que busca producir cambios en la conectividad cerebral, dado que, en estudios previos, se han visto cambios cerebrales estructurales y funcionales en el síndrome post-covid y nuestra hipótesis es que mediante esta técnica se podría producir un efecto favorable en estos pacientes», añade.

La investigación, denominada Modulación con estimulación directa transcraneal (tDCS) para el tratamiento de la fatiga persistente post-COVID , es una de las primeras que muestra resultados favorables de un tratamiento en pacientes con síndrome post-covid, ya que actualmente la enfermedad no tiene tratamiento y afecta a la vida cotidiana de las personas que lo sufren llegando, en algunos casos, a tender a la cronicidad.

En el estudio participaron 47 personas con diagnóstico de Covid persistente o de larga duración, 23 de los cuales recibieron este tratamiento, mientras que los 24 restantes recibieron un tratamiento simulado. La edad media de los participantes fue de 45,66 años y el 78 por ciento eran mujeres, ya que afecta con mayor frecuencia a mujeres en edades medias de la vida.

CORRIENTES DE BAJA INTENSIDAD PARA MEJORAR LOS SÍNTOMAS

Los pacientes que participaron en el ensayo clínico recibieron ocho sesiones de corrientes de baja intensidad durante 20 minutos al día, y fueron evaluados inmediatamente tras la última sesión y un mes después del tratamiento con la escala de medición de impacto de fatiga modificada (MFIS), «observándose una mejora considerable con reducción de la fatiga física al final del tratamiento y con persistencia de la mejora transcurrido un mes», añade Matías-Guiu.

Investigadores de los servicios de Neurología y Radiología del Clínico San Carlos demostraron, por primera vez, que las alteraciones cognitivas que persisten en personas con covid tras un año desde la infección están relacionadas a largo plazo con una afectación cerebral estructural y funcional, cuyo estudio también publicaron en la revista Brain.

Estudiaron a 122 participantes, 86 de los cuales diagnosticados con Covid persistente, que fueron evaluados mediante un amplio conjunto combinado de pruebas neuropsicológicas y resonancias magnéticas de alto campo.

En la citada investigación confirmaron que las alteraciones cerebrales presentes en personas con covid persistente y los cambios en el volumen de la sustancia gris del cerebro estaban asociadas con disfunciones cognitivas, como falta de atención y lentitud en la velocidad de procesamiento de la información. El hallazgo de estas alteraciones en la conectividad cerebral sugirió la posibilidad de aplicar el tratamiento con neuromodulación mediante estimulación eléctrica.

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