La pérdida de control del cuerpo y la falta de libido son problemas frecuentes en las personas con esclerosis múltiple
La pérdida de control del cuerpo y la falta de libido son problemas frecuentes en las personas con esclerosis múltiple (EM), según han evidenciado diferentes estudios mencionados por expertos de la farmacéutica Roche.
Y es que, los brotes que provocan los síntomas de la enfermedad, como la pérdida de control sobre su cuerpo o la disminución de la libido, generan mucha incertidumbre, causando un impacto negativo en su imagen y autoestima. De hecho, la prevalencia de disfunción sexual entre la población con EM es de más de un 43 por ciento.
Aunque las dudas y tabúes sobre la sexualidad son habituales en la sociedad, cuando se convive con una enfermedad crónica como es la EM la situación es mucho más compleja. En este contexto, Roche Pacientes ha creado un espacio en el que el experto en psicología y sexología José Bustamante Bellmunt, a través de diferentes vídeos y en un lenguaje claro, habla sobre aspectos como los problemas de la falta de deseo, los tipos de disfunción sexual, y las alteraciones en la fase de excitación. Asimismo, se aborda el tema de la pareja y los mitos sobre la sexualidad, así como del impacto de la sexualidad en la enfermedad, respondiendo así a muchas de las dudas que tienen los afectados.
«En Roche estamos muy comprometidos con las enfermedades neurológicas, por lo que apoyar a estas personas, a través de diferentes recursos, es una muestra más de nuestro objetivo por mejorar su calidad de vida. Este tipo de iniciativas no solo ayudan a resolver dudas que puedan surgir en torno a una enfermedad, sino que dan visibilidad a la realidad de estas personas, a las barreras a las que se enfrentan y, en este caso, a romper tabúes a la hora de hablar de cosas que a veces generan tanto pudor como es la sexualidad», ha dicho la directora médica de Roche Farma España, Beatriz Pérez Sanz.
Las diferentes alteraciones que van a ir percibiendo las personas que padecen EM dependen de la evolución de la enfermedad, y algunas de ellas pueden implicar directamente a la respuesta sexual, provocando que algunos pacientes no vivan la sexualidad de la misma manera que lo hacían antes. «Con estos videos pretendemos facilitar información y responder a algunas de las muchas cuestiones que más demandan los propios pacientes y las asociaciones de pacientes, ya que suele ser un tema que en la consulta no se llega a tratar por vergüenza», ha dicho este experto.
Existe una clasificación para los diferentes síntomas según su grado de afección: primarias, secundarias y terciarias. «Hablamos de disfunciones sexuales primarias cuando hacemos referencia a todos aquellos problemas que pueden devenir directamente del daño neurológico que provoca la enfermedad. Incluyen síntomas como la pérdida de deseo, la disminución sensorial de genitales, la alteración en la respuesta de excitación, tanto en hombres como en mujeres, o la dificultad para alcanzar el orgasmo entre otras cosas», ha informado Bellmunt.
En relación a las disfunciones sexuales secundarias, el experto ha comentado que están asociadas a los síntomas de la EM que no afectan directamente a la sexualidad, pero que acaban o pueden acabar alterándola. «Aquí estarían la fatiga, la incontinencia urinaria o fecal, la debilidad muscular o cualquier otra alteración del cuerpo que puede tener de manera indirecta algún tipo de impacto negativo sobre la forma de vivir la sexualidad», ha apostillado.
Por último, dentro de esta clasificación se encuentran las disfunciones sexuales terciarias que hacen referencia a todos aquellos síntomas de tipo psicológico o social. «Estos síntomas intervienen también en la manera en la que viven la sexualidad estas personas, como son la falta de autoestima, el estado de ánimo bajo, los trastornos de ansiedad, la dificultad para aceptar la enfermedad o los roles sexuales atribuidos dentro de una relación de pareja. Estos pueden ser factores determinantes a la hora de vivir de una manera plena la sexualidad», ha indicado.
En las mujeres, además de los problemas anteriormente citados, pueden aparecer sequedad vaginal, disminución del tono de los músculos vaginales e ingurgitación del clítoris. Por su parte, en los hombres además de los síntomas generales, se pueden presentar disfunción eréctil y problemas con la eyaculación.
«Por todo ello, es importante prestar atención a cualquier síntoma que pueda aparecer y consultar a los expertos, con el fin de mejorar las relaciones íntimas. No debemos centrarnos en los aspectos negativos y lo más recomendable es acudir siempre a los profesionales sanitarios y a las asociaciones de pacientes para que cualquier persona reciba el apoyo que necesita, sin ocultar ni minimizar cualquier preocupación. De esta manera, se ayuda a desmentir bulos, falsos mitos y pensamientos intrusivos», ha zanjado el experto.