Expertos piden humanizar más los cuidados de larga duración
Expertos nacionales e internacionales, reunidos en la jornada sobre Cuidados de larga duración , organizada por la Fundación Ramón Areces y la Cátedra José María Martín Patino de la Cultura del Encuentro de la Universidad Pontificia Comillas, han destacado la necesidad de humanizar más los cuidados de larga duración.
«Tener un hogar para llamarlo propio y una vida significativa no disminuye a medida que envejecemos. Es algo que se vuelve cada vez más importante», ha comentado la investigadora del centro de cuidados de la demencia de la Universidad de Worcester, Teresa Atkinson.
Según ha detallado la experta, los hallazgos encontrados en la Asociación para Estudios de la Demencia para la que trabaja tienen un alcance «mucho mayor» hacia otras personas que igualmente requieren de estos cuidados».
Por su parte, el profesor de Política de atención médica en Harvard Medical School, David Grabowski, ha reconocido cómo el sector de cuidados a largo plazo de Estados Unidos ha sufrido durante mucho tiempo por la falta de innovación. «Las razones de este problema incluyen baja inversión pública, un sistema de pago fragmentado, una falta de política y poca capacidad de respuesta a la demanda por parte de los mayores», ha añadido.
Dicho esto, ha recordado la devastación que causó la pandemia de Covid-19 en Estados Unidos en los sistemas de atención a largo plazo y se ha referido a dos innovaciones de atención a largo plazo que ha estudiado. «La adopción generalizada tanto de la telemedicina como de unos modelos de casas pequeñas Green House de atención domiciliaria podría haber protegido tanto a los residentes como al personal. Ambos modelos están asociados con una mejor calidad en los cuidados, pero aún están poco adoptados», ha lamentado.
Al mismo tiempo, el coordinador para España del ENASS (Expert Network for analytical support in social policies) de la Comisión Europea, Gregorio Rodríguez Cabrero, ha explicado que la mejora de la calidad de los cuidados de larga duración y su control es un reto pendiente en el Sistema para la Autonomía y Atención a la Dependencia.
Para Rodríguez Cabero, a pesar de los avances logrados durante los últimos años en la personalización de los cuidados y en la evaluación de los resultados, queda un «largo recorrido» por recorrer en varios aspectos para humanizar más estos cuidados.
«En primer lugar, en lo que se refiere a la mejora de la calidad, es necesario incrementar la intensidad de las prestaciones actuales, al mismo tiempo que se redefine el actual catálogo de servicios y prestaciones bajo la lógica de atención integral a las personas. En segundo lugar, en cuanto al control de la calidad, la realidad es que los sistemas de calidad autonómicos son, además de heterogéneos entre sí, más normativos y de control de inputs que dirigidos a medir la calidad de vida. Y finalmente en tercer lugar, en lo referente a la evaluación de la calidad, son necesarios instrumentos e instituciones que permitan intercambiar buenas prácticas y sistemas de indicadores con el fin de definir protocolos comunes de evaluación a nivel supraterritorial», ha explicado.
Y, finalmente, en tercer lugar, en lo referente a la evaluación de la calidad, ha comentado que son necesarios instrumentos e instituciones que permitan intercambiar buenas prácticas y sistemas de indicadores con el fin de definir protocolos comunes de evaluación a nivel supraterritorial.
«Es clave la necesidad de definir el buen cuidado desde un enmarque ético. Es una necesidad que, en nuestro país, tras la pandemia ocasionada por la Covid-19, va cobrando un mayor protagonismo», ha enfatizado la psicóloga y gerontóloga del Principado de Asturias, Teresa Martínez.
Este enfoque, conocido como Atención centrada en la persona , en el ámbito de los cuidados a personas con discapacidad o dependencia, realiza, en este sentido, aportaciones de gran valor hacia una mayor humanización de estos cuidados.
«En primer lugar, parte de la mirada/consideración de la persona con discapacidad o que precisa cuidados como alguien siempre valioso y merecedor de respeto. En segundo lugar, considera que cuidar es mucho más que dispensar tareas, que el cuidado significa acompañar y apoyar vidas que merezcan la pena. Y en tercer lugar, asume el enfoque de derechos y especialmente el apoyo a la autodeterminación personal, entendiendo que el hecho de tener una discapacidad y precisar cuidados no puede implicar perder el control de la propia vida», ha enfatizado.
En segundo lugar, Martínez ha hablado de los centros en los que se dispensan estos cuidados de larga duración. «Las organizaciones y los centros requieren ser transformados, avanzando hacia modelos menos jerárquicos, con mayor autonomía e implicación de los equipos de atención cotidiana. Las personas que conviven en un centro residencial precisan de espacios e intervenciones que cuiden y fomenten las relaciones interpersonales basadas en la confianza. Los profesionales necesitan ser dotados de recursos suficientes, de mejores salarios y de un mayor reconocimiento social. Pero esto solo no es suficiente. Es indispensable trabajar desde la formación reflexiva, desde la supervisión de los equipos, avanzando en el encuentro de lo que podemos definir como una nueva mirada al cuidado», ha destacado Martínez.
Por último, el fundador del proyecto The Hogeweyk en los Países Bajos, Eloy van Hal, ha presentado su modelo que ofrece una comunidad para todas las personas que viven con demencia avanzada. «Es una idea simple pero compleja en nuestra sociedad medicalizada. Un concepto basado en siete pilares interrelacionados, con un enfoque más humano y holístico en la atención y el apoyo a una persona que vive con demencia», ha zanjado.