Expertos destacan que revisar los pies planos en niños es «clave» para evitar problemas articulares cuando sean adultos

VALÈNCIA, 13

Revisar los pies planos en niños –una afección muy común en la población infantil que implica la desaparición o la no formación del arco plantares– es «clave» para evitar problemas articulares cuando sean adultos, según ha señalado el responsable de la unidad de Podoactiva del Hospital Vithas Valencia 9 de Octubre, Jairo Casal.

Al respecto, ha apuntado que puede ser «difícil de diferenciar» de la evolución de un pie normal, ya que en «un gran porcentaje de niños existe aplanamiento del arco longitudinal sin que la movilidad del tobillo se resienta». Lo mas frecuente es encontrar con un pie plano flexible desde el comienzo de la fase de la marcha del niño y que estos evolucionen formando el arco plantar hacia los 10-14 años.

No obstante, desataca que mientras los huesos de los niños continúen creciendo se puede mejorar la anatomía del pie y que la edad máxima para revertir este cuadro es a los 14 años. «Solamente en los casos de pies planos rígidos que provocan dolores y alteraciones en la marcha de los niños, se puede aconsejar un tratamiento quirúrgico», indica.

Sin embargo, es posible que algunas personas no lleguen nunca a tener bien formado el arco plantar. Es entonces cuando se habla pie plano idiopático o del adulto. También puede suceder que, debido a algunas patologías como la diabetes o a una lesión del tendón tibial posterior, los músculos intrínsecos del pie y los ligamentos articulares pierdan su tono y su funcionalidad y se desarrolle pie plano en la edad adulta.

Las personas con «pie plano tienen más probabilidades de desarrollar algún problema relacionado con la movilidad del pie, porque se trata de una deformidad que puede alterar la función articular del pie a nivel del tarso (huesos centrales del pie), por eso es importante corregirlo».

PROBLEMA EN EDAD INFANTIL

Así, explica que el rasgo característico es observar un aumento de la huella plantar al pisar en una superficie plana, lo que se apreciará en la exploración por parte de podólogo. Además, se acompaña habitualmente de valgo del retropié, que es cuando el talón mira y se dirige hacia fuera. Esta desviación puede apreciarse porque los niños que la padecen deforman rápidamente los zapatos, torciéndolos por la parte posterior y desgastando el tacón más de un lado. Por ello, son niños que tiene tendencia a caminar poco o que al correr muestran una cierta torpeza y se suelen caer con facilidad».

El tratamiento de este tipo de pie plano flexible implica el diseño de unos soportes plantares o plantillas a la medida del pie del niño, que se obtienen mediante un molde del pie, y realización de ejercicios de rehabilitación que potencien el tono muscular. Al respecto, advierte que las botas ortopédicas limitan el movimiento del tobillo y no deja que la musculatura y los ligamentos del pie se desarrollen correctamente, por lo que a no ser que sea indicado por el médico o el podólogo, no debe recurrirse a ellas.

De este modo, el consejo básico para evitar o recuperar un pie plano es detectarlo lo antes posible y acudir al especialista para empezar la terapia inmediatamente. Asimismo, para facilitar la tonificación de la musculatura plantar, aconseja caminar con el pie descalzo por superficies irregulares para que el pie tenga que adaptarse al terreno; caminar de puntillas; jugar con una pelota; recoger pequeños objetos con los dedos de los pies; practicar deporte; elegir correctamente los zapatos y acudir a revisiones.

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