La inversión en TIC, I+D y activos productivos alcanza un peso del 50%, igual al de la inversión inmobiliaria
Las inversiones en Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC), Investigación y Desarrollo (I+D) y activos productivos como maquinaria y equipos alcanzaron un peso del 50% de la inversión total realizada en España en 2022, igualando la destinada a activos inmobiliarios, según el informe El stock de capital en España y sus comunidades autónomas , publicado por el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (Ivie) y la Fundación BBVA.
La inversión en activos no inmobiliarios ha aumentado 18 puntos porcentuales en los últimos 15 años, pasando de suponer el 32% en 2007 al 50% en 2022. En particular, la inversión en TIC, I+D y otros activos inmateriales casi se ha duplicado en este periodo, alcanzando un peso del 21%.
Solo en los últimos dos años, la inversión en maquinaria y equipos ha aumentado un 17,9% en España, mientras el avance ha sido más lento en los sistemas de transporte, pues estos se han visto más afectados por las restricciones de movilidad impuestas durante la pandemia.
Así, la inversión inmobiliaria en España ha pasado de suponer el 68% en 2007 al 50% en 2022, aunque el país ha sido una de las naciones europeas que más tarde han efectuado esta transición.
Sin embargo, dada su larga vida útil, los activos inmobiliarios siguen suponiendo el grueso del stock de capital acumulado en España, con la vivienda representando el 54% del total, mientras los activos más productivos (TIC, I+D y otros recursos inmateriales) solo ocupan el 32%.
LA INVERSIÓN CRECE UN 5%
La inversión bruta en España aumentó un 5% en 2022, hasta los 260.191 millones de euros, superando la caída de casi el 10% que experimentó en 2020. Sin embargo, descontando los efectos de la inflación, las cifras de inversión registradas en el último año aún no alcanzaron los niveles previos a la pandemia.
La inversión pública fue la que más creció en 2022, un 5,5%, aunque esta solo representaba el 9% del total. Por su parte, la inversión privada, con un peso del 91%, registró un incremento interanual del 4,9%.
Con esto, la inversión pública efectuada en 2022 permitió, por primera vez desde 2012, cubrir la depreciación del capital y aumentar las infraestructuras públicas en un 0,2%.
Por otra parte, el esfuerzo inversor, que mide la inversión total como porcentaje del Producto Interior Bruto (PIB), se mantuvo en el 20% en 2022, una cifra similar a la del año anterior pero todavía alejada del 30% que se alcanzaba en 2006.