Batet llama a no «bajar la guardia» en la defensa de los avances feministas porque los «prejuicios» siguen ahí
Rudi, a las más jóvenes: «El aspecto físico puede ser muy importante, pero es la formación lo que te da libertad e igualdad»
La presidenta del Congreso, Meritxell Batet, ha aprovechado el acto institucional por el 8 de marzo que ha organizado la Cámara para avisar de que, pese a los importantes avances logrados por las mujeres, no se puede «bajar la guardia» porque los «prejuicios» machistas siguen ahí.
«Si bajamos la guardia corremos el riesgo de perder las posiciones ganadas porque el carácter profundamente arraigado de los prejuicios ofrece una fuerte resistencia. La consolidación de todo lo ganado exige esfuerzo, voluntad y conciencia de que sólo podemos contar todos si también estamos todas», ha dicho, subrayando que además de igualdad en derechos y oportunidades, para poder «alcanzar la plena libertad», también se debe lograr la «igualdad en dignidad».
Batet ha lanzado este mensaje en presencia de la que fue primera presidenta del Congreso, Luisa Fernanda Rudi; la primera ministra de esta etapa democrática y primera Defensora del Pueblo, Soledad Becerril; la catedrática María Emilia Casas, primera mujer al frente del Tribunal Constitucional, y Enriqueta Chicano, actual presidenta del Tribunal de Cuentas.
«CUANDO LLEGA UNA, LLEGAMOS TODAS»
Todas ellas han intervenido en el acto dedicado a las pioneras de las instituciones democráticas y Batet ha ensalzado, además de sus respectivas trayectorias, el importante «valor simbólico» que tiene la llegada de mujeres a puestos de poder porque eso «rompe los marcados estereotipos que han lastrado las capacidades de las mujeres para ocupar espacio de liderazgos».
«Cuando una mujer llega, llegamos todas», ha enfatizado la diputada socialista, a la vez que ha alertado sobre las campañas que se emprenden contra mujeres con responsabilidades «no por lo que hacen, sino por lo que son». En este contexto, ha pedido ser implacables contra quienes recurren a «fórmulas del más rancio sexismo» para intentar expulsarlas o disuadirlas de su participación en la toma de decisiones.
En su intervención, Becerril ha recordado que cuando fue nombrada ministra de Cultura por Leopoldo Calvo Sotelo en 1981 –«la Edad de bronce», ha bromeado–, lo único que le interesaba a la prensa era su condición de mujer. Según ha relatado, tuvo que poner fin a las entrevistas en la que sólo le preguntaban por su género y por sus hijos y centrarse en las que se interesaban por su trabajo en Cultura.
También Rudi ha contado que al ser nombrada presidenta del Congreso en el año 2000 acudió a una entrevista en una revista femenina y se enfadaron con ella porque se negó a ponerse la ropa que le habían preparado.
DOS MENCIONES EN LA CONSTITUCIÓN
María Emilia Casas, primera y única presidenta del Tribunal Constitucional, ha defendido que la Constitución de 1978 contiene un «aparato sobre igualdad absolutamente potente» aunque sólo nombra «por su nombre» a la mujer en el artículo que la equipara al hombre en el matrimonio y en el que la relega en la sucesión a la Corona.
Casas se ha felicitado porque ahora cinco de los doce miembros del TC sean mujeres, pero ha recordado que la «travesía en el desierto» cuando ella llegó en 1998 «fue dura». Una de las cosas que le sucedió fue que alguien le propuso distinguir entre «acoso razonable e irracionable». Por eso ha subrayado la importancia de que haya mujeres en este órgano para dar perspectiva de género a su tarea.
Todas se han congratulado de los avances «ganados» por las mujeres en el ámbito político, aunque Becerril considera que «no todo son cosas buenas por la presencia de las mujeres» en ese mundo y mencionando expresamente lo sucedido con la ley del sólo sí es sí .
CONCILIACIÓN Y FORMACIÓN
«Sigue habiendo discriminación y mucho camino por recorrer», ha admitido Rudi, quien, no obstante, ha resaltado que las mujeres españolas en el marco de las instituciones, por ejemplo, han hecho ese camino «mucho más rápido» que las de otros países europeos.
La conciliación y la formación en nuevas tecnologías han sido dos de las asignaturas pendientes que se han mencionado. Al referirse a la conciliación, Casas ha señalado que es «mucho más dificultoso colocar al sujeto masculino en un ordenamiento femenino» que a la inversa y también ha alertado sobre la falta de cualificación en nuevas tecnologías en un país cada vez más envejecido y con una baja presencia de mujeres en las carreras tecnológicas.
Rudi ha incidido en este aspecto. «Una mujer formada es una mujer que puede trabajar y una mujer que puede trabajar es una mujer libre. El aspecto físico puede ser muy importante, pero no es eso lo que te da la libertad o la igualdad», ha aseverado, mostrando su preocupación por la «obsesión por la imagen» que dice observar entre las jóvenes.
MUJERES MAYORES QUE SIGUEN ROMPIENDO TECHOS
La presidenta del Tribunal de Cuentas, Enriqueta Chicano, la tercera mujer al frente de la institución, ha señalado como un logro ser la primera señora que llega a un cargo de este tipo habiendo «superado la edad máxima de jubilación». «Eso es un trozo enorme de cristal roto», se ha reivindicado, incidiendo en que las mujeres puedan llegar a todas partes y a todas las edades.
Para Chicano, «la legalidad es fundamental para avanzar», pero no basta. «Las mujeres estamos suficientemente empoderadas, pero la sociedad aún tiene que percibir que estamos preparadas para hacer todas las cosas», ha apuntado, llamando a seguir luchando por lograr la igualdad en todo el mundo. «En cuanto bajamos la guardia, nos tiembla el suelo», ha avisado.
Durante el acto, la pianista Alba Ventura y la violinista Lina Tur Bonet han interpretado piezas de Clara Schumann y Fanny Mendelssohn, que, además de esposa y hermana, respectivamente, de Robert Schumann y Felix Mendelssohn eran compositoras.