Regresan a España tras un mes de misión los militares españoles que han luchado contra el fuego en Chile

El contingente de 50 efectivos de la Unidad Militar de Emergencias (UME) desplegado en Chile desde hace un mes para apoyar la extinción de los incendios forestales ha regresado este martes a la base aérea de Torrejón de Ardoz (Madrid).

Los miembros de la UME viajaron hace un mes a Chile para colaborar en la lucha contra el fuego y este martes han regresado a España, donde han sido recibidos por la ministra de Defensa, Margarita Robles; el embajador de Chile en España, Javier Velasco Villegas; el jefe de la UME, teniente general Luis Manuel Martínez Meijide, y sus familiares.

Robles se ha dirigido a los militares como hérores y ha recordado que igual combaten los incendios como colaboraron en las tareas de rescate tras el terremoto de Turquía.

Por su parte, el embajador chileno ha reiterado su mensaje de gratitud ensalzando la unidad: «La UME es una de las herramientas más poderosas que España tiene en materia de cooperación y diplomacia», ha elogiado.

Chile ha sufrido una oleada de incendios forestales desde el pasado mes de diciembre que se intensificó en febrero provocando la pérdida de viviendas y fallecimiento de personas, llevando a las autoridades del país a solicitar la ayuda internacional.

Por parte de España, además de la UME, acudieron Brigadas de Refuerzo en Incendios Forestales (BRIF) y un equipo de evaluación y asesoramiento en incendios forestales (FAST) del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico.

El dispositivo de la UME, que partió de España el domingo 5 de febrero, ha constado de 43 militares de la unidad operativa y 7 de mando equipados con herramientas manuales, así como drones Mavic y Matrice 300 RTK equipados con cámaras térmicas para reconocimientos de las zonas afectadas por el fuego.

El objetivo principal de este despliegue ha sido ofrecer al gobierno chileno un apoyo especializado con capacidades tanto operativas como técnicas como el análisis y asesoramiento en materia de LCIF y el refuerzo de la estructura de Mando y Control con drones y con enlaces satélites.

La unidad ha intervenido en la Región del Biobío, la más afectada por el fuego y la misma en la que ya operó en 2017 por las mismas razones. Allí han trabajado en los incendios forestales de Las Toscas, Omerhuet, El Cortijo y Santa Ana, en función de las necesidades que tuviese la Corporación Nacional Forestal (CONAF), servicio dependiente del Ministerio de Agricultura de Chile.

Las tareas principales han sido de liquidación y consolidación del perímetro con herramienta manual, además de análisis de inteligencia. En varias ocasiones, los efectivos han tenido que combatir el fuego en interfaz urbano-forestal, debido a la proximidad de las llamas a las viviendas, así como proteger el Parque Nacional de Nonguén de las llamas.

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