Ferrovial rechaza que el traslado a Países Bajos obedezca a una menor estabilidad jurídica en España

Asegura que la transacción no requiere de autorización por el Gobierno y que el blindaje antiopas no está concebido para estos casos

Ferrovial ha afirmado que su traslado a Países Bajos no obedece a una menor estabilidad jurídica en España, sino a una mayor proyección en Estados Unidos, su principal mercado.

«La estabilidad jurídica española está a la altura de las mejores del mundo y de todos los países europeos», ha enfatizado, en declaraciones a TVE recogidas por Europa Press, el director saliente de comunicación de la multinacional, Francisco Polo.

También ha aclarado que el traslado de sede tampoco responde a un interés personal tributario de ninguno de los miembros del consejo de administración, incluido su presidente, Rafael del Pino.

En su primera comunicación al mercado para anunciar la operación, la empresa señalaba que Países Bajos contaba con un «marco jurídico estable», justificando su traslado a ese país, algo que fue interpretado como que buscaba una mayor estabilidad en ese país y aprovechado por la oposición al Gobierno para atacar sus políticas fiscales.

Sin embargo, Polo ha entonado el «mea culpa», señalando que no se explicaron con claridad todas las razones, reiterando su apuesta por España, donde mantendrá el empleo y su actividad y asegurando que Ferrovial siempre ha trabajado con todos los gobiernos de cualquier color, como ya hace en el resto de países donde opera: demócratas, republicanos, laboristas, conservadores…

El representante de la empresa ha defendido que Ferrovial tiene «un enorme respeto al Gobierno de España» y que cualquier español tendría que sentir «orgullo» de que una de sus empresas tenga éxito fuera del país.

En cualquier caso, Polo ha asegurado que esta transacción no requiere de ninguna autorización por parte del Gobierno, porque todo transcurre dentro del espacio común europeo, y que el blindaje antiopas no está concebido para estos casos, en el que solo se va a producir una fusión entre una empresa española y una neerlandesa.

«Esta operación forma parte del desarrollo natural de la empresa; queremos competir en igualdad de condiciones frente a otros grandes constructores internacionales con los proyectos de infraestructuras más grandes del mundo. Para que la empresa siga creciendo es necesario que empiece a cotizar en Estados Unidos, con una acción con mayor liquidez, y para estar en un escaparate que atraiga el interés de los inversores norteamericanos, al mismo tiempo que mejoramos las condiciones de financiación», ha explicado Polo.

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