Un estudio advierte de que tener sobrepeso en la infancia es un factor de riesgo para coágulos sanguíneos como adulto

El sobrepeso en la infancia y en los primeros años de la edad adulta son factores discretos de riesgo de coágulos sanguíneos en etapas posteriores de la vida, según un estudio de la Universidad de Gotemburgo (Suecia).

La investigación, publicada en la revista científica Journal of Internal Medicine , se basa en el historial de índice de masa corporal (IMC) temprano de más de 37.000 hombres y en información sobre sus trombos, si los hubo, en la edad adulta.

La asociación entre obesidad y coágulos sanguíneos ya está establecida. Sin embargo, hasta la fecha no estaba clara la influencia que ejerce un IMC elevado en la infancia y la pubertad. El objetivo del estudio era aclarar la relación entre el IMC en los primeros años de vida y los trombos posteriores.

Los trombos suelen aparecer en las piernas, a menudo en un vaso sanguíneo de la pantorrilla. Los síntomas habituales son hinchazón, dolor y enrojecimiento. Tratados a tiempo, los coágulos rara vez son peligrosos. Sin embargo, si uno se desprende, es transportado a los pulmones por el torrente sanguíneo y se adhiere a la pared del vaso, la «embolia pulmonar» resultante puede poner en peligro la vida del paciente.

El estudio abarca a 37.672 hombres de Suecia nacidos entre 1945 y 1961. Se basa en información sobre la altura, el peso y el IMC de los registros de los hombres, en primer lugar de los servicios de salud escolares (a la edad de 8 años) y, en segundo lugar, de los exámenes médicos al alistarse en las Fuerzas Armadas suecas (a la edad de 20 años), junto con datos de registro sobre cualquier coágulo sanguíneo hasta la edad media de 62 años.

De los resultados, se desprende que el IMC a los 8 y a los 20 años, independientemente uno del otro, puede estar relacionado con los coágulos sanguíneos venosos, que pueden producirse, por ejemplo, en la pierna (trombosis venosa profunda, TVP) o en el pulmón (embolia pulmonar).

En la edad adulta, se observó que dos grupos presentaban un riesgo significativamente mayor de trombos venosos. El primero era el de los individuos que habían tenido sobrepeso tanto en la infancia como en la juventud, mientras que el segundo estaba compuesto por aquellos cuyo peso en la infancia era normal y que empezaron a tener sobrepeso sólo al principio de la edad adulta.

Además, se observó que el sobrepeso tanto en la infancia como en la edad adulta temprana aumentaba el riesgo de trombos arteriales, es decir, coágulos resultantes de la constricción de los vasos sanguíneos con depósitos de grasa e inflamación.

Sin embargo, dado que en el estudio hubo pocos casos de coágulos arteriales, se necesitan más estudios para confirmar estos hallazgos. Todas las comparaciones del estudio se hicieron con el grupo de control, cuyo peso era normal tanto a los 8 como a los 20 años.

«Nuestro estudio demuestra que tanto el sobrepeso en la infancia como el sobrepeso en la edad adulta temprana aumentan el riesgo de coágulos venosos más adelante. Este último, el sobrepeso cuando los hombres eran adultos jóvenes, resultó ser un factor más influyente que el sobrepeso cuando eran niños», ha detallado la primera autora del estudio, Lina Lilja.

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