Lanzan la exposición fotográfica El dolor que no ves para visibilizar el herpes zóster
El fotógrafo Eugenio Recuenco ha puesto en marcha, en el marco de la semana de concienciación sobre el herpes zóster que GSK, en colaboración con la Federación Internacional sobre el Envejecimiento (IFA), pone en marcha un año más del 27 de febrero al 5 de marzo, la exposición fotográfica El dolor que no ves para visibilizar el herpes zóster.
Para Recuenco, quien ha colaborado en la exposición ha sido una oportunidad «retadora» dar visibilidad a algo «tan humano, real y subjetivo» como es el dolor y por el efecto personal y emocional que ha vivido al haber pasado el herpes zóster en varias ocasiones.
«Muchas veces es un tabú y es difícil de explicarlo. De esta forma y a través de la fotografía normalizamos expresar las emociones y los sentimientos, trasmitir algo tan subjetivo como abrumador, y desencadenado por otra parte por algo tan frecuente y casi tan familiar como puede ser la enfermedad que coloquialmente llaman la culebrilla pero a la vez tan desconocida», ha dicho.
En esta línea el de familia del Servicio Madrileño de Salud (SERMAS), Miguel Ángel Acosta, ha recordado que una de cada tres personas mayores de 50 años va a presentar un episodio de herpes zóster a lo largo de su vida. Esta erupción, tal y como señala Acosta, puede aparecer en lugares especialmente complejos, como, por ejemplo, en el nervio trigémino, lo que puede afectar al ojo del paciente y afectarle la vista.
La complicación más frecuente del herpes zóster es la neuralgia postherpética. «El riesgo de padecerla aumenta drásticamente con la edad, siendo del 3-4 por ciento en adultos de 30 a 49 años, un 21 por ciento en adultos de 60 a 69 años, un 29 por ciento en los de 70 a 79 años y llegando al 34 por ciento en adultos mayores de 80 años», ha añadido la presidenta de la Sociedad Española del Dolor (SED), María Madariaga.
La neuralgia postherpética se caracteriza por un dolor que persiste más de 3 meses desde la resolución del sarpullido y puede durar meses o incluso años. «No tiene cura, pero sí disponemos de fármacos y técnicas para reducir su impacto, pero dura tanto como viva el paciente que lo sufra. A medida que aumenta la edad media de la población mundial, puede estimarse que la NPH sea una carga sanitaria cada vez de mayor calado», ha recalcado la doctora.
Asimismo, prosigue, Madariaga, para el paciente la presencia del dolor cambia su rol a anciano y dependiente. «El dolor puede hacerle perder la funcionalidad por la presencia de dolor crónico neuropático mal controlado o los efectos adversos de un tratamiento que genera consecuencias de tipo cognitivo, como olvidos, embotamiento mental o riesgo de caídas. Además, influye para su familia, ya que supone un cambio en los cuidados y atención que precisan, la introducción de cuidadores o la pérdida del rol de uno de los familiares para atender las nuevas necesidades que tiene el paciente», ha enfatizado.
Por todo ello y en palabras de Recuenco, lo particular de esta exposición para él es haber apostado por dar visibilidad a lo invisible, aportar su granito de arena, a dar a conocer algo tan subjetivo como es el dolor. «Esta exposición es clave para dar a conocer el herpes zóster desde otra perspectiva, poniendo al paciente en el centro. Esperamos que esta iniciativa ayude a concienciar sobre este virus haciendo visible el dolor que no se ve», ha zanjado el director médico de vacunas de GSK en España, Eduardo de Gomensoro.