Satse cree que la «clave» para mejorar la Atención Primaria pasa por potenciar las competencias de las enfermeras

El sindicato de Enfermería (Satse) ha asegurado que la «clave» para mejorar la atención sanitaria y cuidados en los centros de salud de España es impulsar un «mayor desarrollo de las competencias y funciones» de las enfermeras, implementando medidas como, por ejemplo, que cuenten con una cartera de servicios propia o que tengan una «mayor capacidad resolutiva».

La organización, que ha elaborado un documento con más de 50 medidas para mejorar la Atención Primaria en España, ha destacado la «urgente necesidad» de cambiar el actual modelo sanitario en el que el foco está puesto en la atención al agudo para que el centro del sistema sea la persona y donde la prevención, el fomento de la salud y la rehabilitación sean los «pilares fundamentales».

«Un cambio de modelo que muchos responsables públicos y dirigentes políticos defienden, tanto en público como en privado, pero que finalmente no se atreven a implementar porque resulta más fácil seguir mirando hacia otro lado y no desarrollar las medidas y actuaciones necesarias, tanto a corto, medio y largo plazo, para hacerlo posible», han apuntado desde la organización sindical.

Asimismo, el sindicato ha recalcado que las enfermeras son el «motor y garante de una mejor Atención Primaria en el futuro», porque son los profesionales sanitarios que, en base a su formación, cualificación y competencias, cuidan a una población que se encuentra cada vez más envejecida, y con mayores tasas de cronicidad y pluripatologías.

Por ello, Satse ha propuesto, entre otras medidas, un «mayor desarrollo» de las competencias de las enfermeras, impulsando figuras, como las enfermeras comunitarias de enlace, las enfermeras de cuidados paliativos, las enfermeras de epidemiología, o las referentes de centros sociosanitarios.

Todas ellas integradas en Atención Primaria, con presupuestos específicos y personal independiente del resto del equipo de Enfermería, agrega. De igual manera, según Satse, hay que apostar por la figura de la enfermera escolar en los centros educativos, e implementar que sea la enfermera la que atienda, en primer lugar, a las personas que piden ser atendidas en un centro de salud.

Otra medida es incrementar la capacidad resolutiva de estos profesionales, asumiendo patologías de baja complejidad con el apoyo de la prescripción enfermera y en base a circuitos y protocolos de actuación. «También resulta necesario promover la implantación estructural de la Consulta de Gestión de la demanda para prestar atención a las personas que acuden al centro de salud por alguna necesidad sanitaria pero no tienen cita agendada para ese día, todo ello con personal de enfermería adicional suficiente e independiente de la plantilla de profesionales ya existente en el centro», ha añadido el sindicato.

Otras medidas «muy beneficiosas» son crear una cartera de servicios propia de enfermeras y matronas, y establecer un cupo y tarjeta individual, teniendo en cuenta las características sociodemográficas de la población, en función de la morbilidad, el envejecimiento, las necesidades asistenciales, la educación para la salud o la prevención, así como las geográficas sobre todo en relación con la dispersión.

En lo que respecta al déficit estructural y crónico de enfermeras y matronas que conlleva un exceso de población asignada para estas profesionales, Satse ha propuesto una ratio de una enfermera por un máximo de 1.500 habitantes, y que se garantice la presencia de una matrona en cada Zona Básica de Salud.

De otro lado, la organización sindical considera que hay que mejorar la accesibilidad del usuario a la consulta de Enfermería, garantizando la consulta presencial y posibilitando la tele consulta en situaciones muy particulares y de «baja complejidad clínica».

También ha defendido el desarrollo de la figura de la enfermera gestora de casos en los lugares que no esté implantada para mejorar la comunicación con la Atención Especializada. Por último, la organización sindical ha propuesto posibilitar la implantación de un coordinador de Enfermería y un coordinador de Medicina, con el «mismo nivel jerárquico y capacidad de autonomía de decisión», distinguiendo sus funciones y garantizando una formación específica al acceder a esta «importante responsabilidad».