Sánchez recalca que los flujos migratorios se frenan en origen, cooperando con los países, y no con fronteras físicas
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha defendido este viernes que la mejor vía para hacer frente a la migración irregular no son las fronteras físicas sino la cooperación con los países de origen y tránsito como ha venido haciendo España con países como Marruecos.
«La seguridad se garantiza en origen, reduciendo los flujos migratorios irregulares en origen y eso significa generar narrativas positivas y colaboraciones positivas» con estos países, ha esgrimido Sánchez en rueda de prensa en Eslovenia junto al primer ministro de este país, Robert Golob, poniendo como ejemplo lo que ha venido haciendo España con países como Marruecos, Mauritania o Senegal.
«Reforzar las políticas de migración regular en detrimento de la irregular y generar espacios de cooperación con los países de origen y tránsito es la mejor manera de garantizar la seguridad de Europa», ha recalcado, posicionándose así frente algunos estados miembro que apuesta por la construcción de vallas y el refuerzo de las fronteras.
«Lo vemos por desgracia en el Mediterráneo, cómo una frontera física probablemente de las más importantes, no es suficiente para frenar el sufrimiento y los deseos de prosperidad de seres humanos que huyen de sus países de origen forzados por múltiples causas tanto desde el punto de vista político, la persecución, por los efectos del cambio climático o en búsqueda de oportunidades que su país les niega», ha añadido.
Así las cosas, ha vuelto a insistir en que la dimensión exterior de la migración no solo es prioritaria sino «fundamental si queremos realmente frenar los flujos irregulares» y ha reiterado la voluntad de España de contribuir a que se pueda cerrar el Pacto de Migración y Asilo europeo.
España apuesta por un «acuerdo inclusivo, que no divida a Europa entre los países de primera entrada y los que abogan por un mayor control de los movimientos secundarios», que sea «equilibrado entre responsabilidad y solidaridad» en la gestión de los flujos irregulares y que incluya la dimensión exterior, ha explicado.
En definitiva, ha dicho Sánchez, hay que hacer de «una política migratoria realista» puesto que no se puede «negar la evidencia de que los flujos migratorios son inherentes a la historia del ser humano y tenemos que ordenar esos flujos migratorios en base a cooperaciones positivas y no sancionadoras o meramente securitarias, que es una parte, probablemente la menos importante».
El primer ministro esloveno se ha mostrado de la misma opinión. «Las experiencias pasadas demuestran que construir vallas y muros no da resultados», ha resaltado Golob, sino que lo que hacen es fomentar el tráfico de personas y la criminalidad. «Estoy convencido de que el único camino es trabajar conjuntamente en Europa y tratar de repartir la carga», ha añadido.
RECONOCIMIENTO DE KOSOVO
En otro orden de cosas, preguntado sobre si España podría cambiar de postura respecto al no reconocimiento de Kosovo –de cuya independencia se cumplen hoy 15 años–, Sánchez ha sostenido que lo importante en estos momentos es apoyar el diálogo entre Prístina y Belgrado y «que se pueda lograr un acuerdo» y «no adelantar escenarios». España es uno de los cinco países de la UE que aún no han reconocido la independencia de la antigua provincia serbia.
Durante el encuentro mantenido, Sánchez y Golob también han tenido ocasión de repasar las relaciones bilaterales y ambos han acordado, a propuesta del primer ministro esloveno, la celebración de una cumbre en los próximos meses en la que seguir ahondando en la relación. «Tenemos todavía un terreno enorme de mejora en la cooperación, tanto económica, como de inversiones y comercial», ha afirmado el presidente del Gobierno.