Médicos advierten de que los test genéticos de enfermedades comprados en Internet repercuten en su ejercicio profesional
Los test genéticos de enfermedades que los pacientes compran en internet «repercuten en el ejercicio profesional de los médicos», según ha advertido el director del Centro Pfizer de Genómica e Investigación Oncológica (GENYO), José Antonio Lorente, en el marco del VIII Congreso Nacional de Ética y Deontología Médica, organizado por la Comisión Central de Deontología del Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos (CGCOM) y el Colegio de Médicos de Sevilla.
En su intervención en la mesa redonda Nuevos paradigmas en ética médica , el experto ha abordado la ética de la genética clínica y la preocupación que suscitan los test genéticos a los que tiene acceso la población en internet de fácil uso y a precios asequibles.
«Son test que las personan adquieren por internet sin control médico y cuyo resultados cada uno los interpreta de una manera. Los diagnósticos del tipo genético son predicciones basadas en la susceptibilidad en la mayor o menor probabilidad y riesgo de padecer o no una enfermedad. Desarrollarla o no depende de muchos factores como pueden ser los hábitos saludables o los estilos de vida», ha precisado Lorente.
Bajo este riesgo, se pueden tomar decisiones más o menos drásticas como ante la presencia del gen del cáncer de mama optar por la mastectomía preventiva.
El problema de los test comerciales directos al consumidor, cuyo uso ha aumentado exponencialmente en Europa en los últimos años llegando incluso a un crecimiento del 22 por ciento anual, es que tienen repercusión en el ejercicio profesional de los médicos, según el experto.
«Un paciente compra un test por internet que le dice que tiene un 1,8 por ciento de probabilidad de desarrollar en un futuro un cáncer de próstata, acude al médico y él le hace las pruebas pertinentes y a día de hoy da negativo, pero en tres años se le desarrolla. ¿El paciente puede recriminarle al médico no haber hecho nada para prevenirlo?», ha señalado.
Así, considera que estos test suscitan un conflicto entre la libertad individual y la Medicina participativa, y plantean la necesidad de si deben estar regulados bajo prescripción médica para poder ser interpretados por un profesional.
«Hay que tener en cuenta la repercusión e importancia que le dan los médicos a esto en las consultas, ya que estos test ofrecen datos e información de identidad y orígenes, riesgos para la salud y la importancia de los hábitos saludables que son valiosos para futuros diagnósticos», ha explicado.
Para el doctor Lorente, «está demostrado que el riesgo genético de enfermedades cardiacas se reduce con hábitos de vida saludables». «Hay que encajar estas pruebas en el ejercicio de la profesión y valorar esta información tan valiosa, pero con perspectiva», ha remachado.
COMPROMISO CON LA SOSTENIBILIDAD DEL SNS
Por otra parte, José Ramón Repullo, profesor del departamento de planificación y economía de la salud de la Escuela Nacional de Sanidad y del Instituto de Salud Carlos III, ha abogado por el profesionalismo médico «como parte de la solución y no parte del problema a la hora de hablar de la gestión de la sostenibilidad económica y su relación con la deontología y ética médica».
Para el experto, hay que actuar para mitigar y neutralizar todos los factores que ponen en peligro la continuidad y sostenibilidad externa e interna del sistema público de salud.
«Especialmente, a los factores que son modificables por nuestra conducta y acción profesional, es decir, la sostenibilidad interna», ha señalado Repullo.
En este sentido, ha defendido que «el compromiso ético y deontológico con la sostenibilidad reclama cambios en la cultura profesional, así como una fraternidad médica abierta y madura, no complaciente y responsable que permita la buena gobernanza profesional y colegial».
La responsabilidad que deben tener los médicos ante las amenazas que existen para la sostenibilidad, según Repullo, «pasan por cambiar la cultura profesional, incluso dentro de nuestras organizaciones y promover ante las autoridades el replanteamiento de los modelos de organización para buscar modelos más profesionales y más orientados a la gestión».
Así, «aconseja replantear los modelos burocráticos y jerárquicos de gestión de centros y servicios, para ensayar otros con mayor protagonismo y autonomía profesional basados en los principios del buen gobierno». «No podemos hacer frente a los enormes retos sanitarios y sociales sin un nuevo compromiso ético y deontológico», ha apostillado.
FAVORECER LA IGUALDAD DE GÉNERO EN LA RELACIÓN MÉDICO-PACIENTE
Finalmente, María Castellano, catedrática de Medicina Legal de la Universidad de Alcalá de Henares, ha hablado sobre la perspectiva de género en la sociedad, en la profesión médica y en la deontología y ética.»Lograr la igualdad de género es algo prioritario en la sociedad actual para adoptar el principio de equidad y justicia social», ha reivindicado.
Además, en su opinión, la igualdad de género debe constar en los principios éticos como constan en las normas legales. «El principio de equidad e igualdad de género en Medicina y la ética de equidad e igualdad en el ejercicio profesional pasa porque el profesional de Medicina sea hombre o mujer trate a cada paciente con respecto a sus circunstancias personales, familiares y sociales, atendiendo su problema de salud y coordinando la asistencia complementaria que necesita, así como favoreciendo en la relación médico-paciente desde la igualdad de género», ha añadido.
El profesional de la Medicina debe, a su juicio, «manifestar especial sensibilidad ante situaciones de violencia de sus pacientes y pondrá atención a los casos de violencia de género: identificándolo, tratando a la paciente y organizando la forma de garantizar su seguridad, haciendo visible judicialmente su situación, a través del parte de lesiones y de los apoyos necesarios para la mejor solución del problema».
Para todo ello es muy importante la formación profesional, según la experta: «Los médicos se tienen que formar antes y cuando ya están ejerciendo la Medicina en tratar por igual, sin discriminación de edad o de sexo, dedicando a los mismos recursos, y atendiendo a la persona que tienen delante en la igualdad de prestaciones».
Además, ve necesario «la formación de los profesionales en esta perspectiva para detectar la violencia género y actuar en su prevención». Desde el punto de vista de la deontología médica, la experta cree que «la participación del profesional médico es esencial en la detección de la violencia.
«Los médicos deben colaborar para que maltratadores y autores de violencia sean evaluados para que, cuando esté indicado científicamente, reciban un tratamiento que corrija sus comportamientos violentos y se esté atento a su comportamiento fundamentado desde el odio y rencor», ha finalizado.