Transparencia Internacional denuncia un «estancamiento» de la lucha contra la corrupción a nivel mundial

Recalca que «la paz mundial se está deteriorando y la corrupción es causa y resultado de ello»

Transparencia Internacional ha apuntado este martes a «un estancamiento de los esfuerzos anticorrupción a nivel mundial» y ha dicho que la incapacidad de los países a la hora de «abordar sus problemas de corrupción» está acentuando la «nueva ola de incertidumbre» internacional a causa de la pandemia de coronavirus, la crisis climática y el aumento de las amenazas de seguridad.

El Índice de Percepción de la Corrupción (IPC) de este año revela que 124 países han mantenido unos niveles estancados respecto al año anterior, mientras que 31 han empeorado y sólo 24 han mejorado, al tiempo que ha subrayado que «la paz mundial se está deteriorando y la corrupción es causa y resultado de ello». «La corrupción y el conflicto se alimentan y amenazan una paz duradera», ha explicado.

Así, ha argumentado que «el conflicto crea un terreno fértil para la corrupción, con inestabilidad política, aumento de la presión sobre los recursos y una debilitación de los organismos de supervisión, lo que genera oportunidades para crímenes como el soborno y la malversación», al tiempo que ha reseñado que «de forma poco sorprendente, la mayoría de los países en la parte baja del IPC experimentan o han experimentado hace poco un conflicto armado».

La organización ha hecho hincapié en que «incluso en sociedades pacíficas, la corrupción y la impunidad pueden derivar en violencia al azuzar las tensiones sociales», mientras que «desviar recursos necesarios para las agencias de seguridad deja a los estados incapaces de proteger al público y proteger el Estado de Derecho». «Por ello, es más probable que países con mayores niveles de corrupción muestren niveles más altos de crimen organizado y más amenazas de seguridad», ha agregado.

«En este contexto complejo, combatir la corrupción, promover la transparencia y fortalecer las instituciones es crucial para evitar más conflictos y mantener la paz», ha manifestado Transparencia Internacional, que ha incidido en que más de dos tercios de los países (el 68 por ciento), han obtenido menos de 50 puntos, mientras que la media global sigue sin cambios en 43 sobre 100.

La lista está encabezada por Dinamarca, que sustituye en el puesto a Finlandia. Por detrás figuran Finlandia, Nueva Zelanda, Noruega, Singapur, Suecia, Suiza, Países Bajos e Irlanda, de los que todos bajan puestos, a excepción de este último. España cae un puesto, hasta el 60. En el lado opuesto, la lista la cierra Somalia. Por encima figuran Siria, Sudán del Sur, Venezuela, Yemen, Libia, Corea del Norte, Haití, Guinea Ecuatorial y Burundi. En estos casos, Somalia, Haití y Burundi han empeorado respecto al año anterior, mientras que Sudán del Sur y Corea del Norte han mejorado.

Transparencia Internacional ha apuntado que «los acontecimientos en 2022 han mostrado de nuevo que los países en los que se perciben bajos niveles de corrupción en el sector público son muy vulnerables a la influencia indebida de intereses privados, tanto nacionales como internacionales» y ha puesto como ejemplo la caída de países como Australia, Austria, Canadá, Luxemburgo y Reino Unido.

CONSECUENCIAS «CATASTRÓFICAS» DE LA INACCIÓN

De esta forma, ha indicado que la invasión rusa de Ucrania demostró que «la inacción ante la corrupción transnacional puede tener consecuencias catastróficas». «No sólo economías avanzadas han ayudado a perpetuar la corrupción en otros lugares, sino que han permitido la consolidación de cleptocracias que amenazan la paz y la seguridad global», ha manifestado.

«El barullo que siguió para aplicar sanciones desatadas contra cleptócratas rusos es un perfecto estudio de caso de los problemas en la parte superior del IPC», ha dicho, antes de explicar que «si bien algunos gobiernos parecen haber despertado por fin ante el problema que han ayudado a crear, poner fin a la complicidad de estos países en la corrupción transfronteriza que se origina en Rusia y otros lugares requiere esfuerzos concertados y a largo plazo».

Así, ha dicho que «en muchos de los países con una clasificación alta, el secreto financiero ha estado en el centro del modelo de negocio para atraer la inversión extranjera», una práctica que «es también uno de los principales obstáculos para combatir la corrupción global y que evita que hasta las agencias con más voluntad puedan investigar las riquezas sospechosas».

«Crear e incorporar entidades legales anónimas ha sido extremadamente fácil en Hong Kong, cuya decisión de no sancionar a élites rusas vinculadas al Kremlin provoca que sea uno de los centros financieros clave para observar. Sin embargo, no son sólo cleptócratas rusos los que abusan de este sistema», ha señalado, al tiempo que ha reiterado que los avances de los últimos años en algunas economía avanzadas han sido «lentos y desiguales».

La ONG ha recordado que la Unión Europea, que acoge a muchos de los países en los puestos superiores del IPC, pidió en 2018 a sus estados miembro que abrieran al público sus registros, si bien la decisión fue anulada por los tribunales a finales de 2022, lo que llevó a algunos países a cerrar «inmediatamente» el acceso a estos registros, lo que dificulta el seguimiento de los fondos ilícitos en el bloque.

Igualmente, ha resaltado que «la mayoría de los grandes esquemas de corrupción no serían posibles si cleptócratas y otros actores sin escrúpulos no pudieran obtener los servicios de profesionales del sector financieros en países que aparecen en los países con mejor clasificación». «Esto sigue siendo un problema incluso en jurisdicciones que ahora están actuando contra el secreto corporativo», ha dicho.

«Incluso en países en los que las profesiones clave están bajo obligaciones contra el blanqueo, la aplicación sigue siendo desigual, especialmente en el sector inmobiliario», ha manifestado. «Comparado con otros, los bancos están en general mejor regulados, si bien figuran de forma prominente en casi la totalidad de los grandes casos revelados sobre blanqueo», ha lamentado.

«Desde hace demasiado tiempo, los gobiernos han considerado a los bancos como demasiado grandes como para fallar. Incluso cuando su papel en corrupción a gran escala y blanqueo fue evidente, como en Dinamarca y Alemania, fueron pasados por alto. Los escándalos han afectado también a la confianza pública en la industria, con los bancos siendo nombrados como tercera institución más corrupta en el Barómetro sobre Corrupción Global de Transparencia Internacional-UE 2021», ha indicado.

COMBATIR LA IMPUNIDAD

Por otra parte, ha sostenido que «otro motivo por el que la corrupción transnacional florece es la impunidad que disfrutan sus responsables y sus cómplices», si bien ha reconocido que «muchos países en la parte alta de la lista parecen haber visto finalmente la necesidad de analizar al menos parte del dinero sucio oculto en sus economías», como ha pasado en el caso de las acciones contra oligarcas ruswos.

«Los cleptócratas y criminales extranjeros no son los únicos culpables en los esquemas de corrupción transfronteriza que deben asumir consecuencias por sus acciones», ha subrayado la ONG, que ha puntualizado que «países en la parte alta de la lista del IPC tienen un historial variado a la hora de actuar contra sus propias compañías cuando sobornan a funcionarios en el extranjero».

Transparencia Internacional ha recalcado que «si hubiera alguna duda antes, las consecuencias de la invasión rusa de Ucrania han mostrado cómo de profundamente cómplices son países supuestamente limpios a la hora de permitir la corrupción y la cleptocracia globalizada». «Recibieron durante décadas bienes ilícitos de las élites políticas rusas y permitieron a cleptócratas expandir su riqueza, poder y ambiciones geopolíticas», ha argüido. «Si bien se registraron algunos progresos en 2022, claramente no son suficientes», ha zanjado.

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