El 36% de los traumatismos de rodilla que se producen al esquiar son del ligamento cruzado anterior
La rotura del ligamento cruzado anterior (LCA) supone casi el 36 por ciento de los traumatismos en la rodilla durante la práctica del esquí, según ha informado el traumatólogo de Onelife Center, Manuel Pérez-España, tras explicar que el LCA tiene como misión dar estabilidad a la rodilla porque protege la hiperextensión de la misma, controla la rotación interna de la tibia y limita el desplazamiento anterior de la tibia.
La gran mayoría de roturas del ligamento cruzado anterior necesitan intervención quirúrgica, especialmente si son deportistas menores de 45 años o bien amateurs mayores de 45 dependiendo de su sensación de inestabilidad articular y de su demanda laboral o deportiva.
Por otra parte, un 27 por ciento de todas las lesiones sufridas en la práctica del snowboard son de muñeca y un elevado porcentaje de estas son fracturas. El motivo es que, al tener los pies bloqueados, se apoyan las manos para que el golpe sea menor ante una caída.
«Si no hay desplazamiento o bien se ha conseguido colocar correctamente, el paciente tendrá que llevar un yeso durante un mes. En caso contrario se tendrá que intervenir y colocar una placa metálica para una correcta función de la articulación», ha añadido el traumatólogo de Onelife Center.
En ambos casos, el paciente tendrá que someterse a un proceso de fisioterapia que será diferente, dependiendo de si se ha tenido que operar o no. «La diferencia estriba en el número de sesiones y el tiempo de recuperación total. Por otra parte, hay que destacar que es fundamental que, tras las sesiones de fisioterapia para reducir la inflamación y recuperar la movilidad, realicemos seguimiento de la lesión, que dura meses, para asegurarnos de que rodilla o muñeca recupere la funcionalidad anterior a la lesión y evitar que, al volver a la práctica deportiva, se produzca una nueva lesión en la zona afectada», ha recalcado el fisioterapeuta de Onelife Center y Licenciado en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte, Guillermo Molinero.
En el caso de un esguince de LCA, se realizarían 3-5 sesiones de fisioterapia (dependiendo de la gravedad del mismo) para reducir la inflamación y recuperar la movilidad durante el primer y segundo mes. Después, entre 5-8 sesiones de ejercicio terapéutico durante los 7-8 meses posteriores a la lesión para hacer un seguimiento continuado del paciente en el tiempo, a la vez que éste debe realizar también ejercicios en casa.
De hecho, múltiples estudios indican que son imprescindibles para prevenir una segunda lesión en la zona afectada por el esguince. Los ejercicios terapéuticos van enfocados a fortalecer cuádriceps, isquiotibiales, aductores, gemelos y el soleo. Además de mejorar la técnica de ejercicios como sentadilla, saltos, cambios de dirección y carrera.
La rehabilitación tras una intervención quirúrgica de LCA, explica el especialista de Onelife Center, es más larga, siendo necesarias más sesiones para reducir la inflamación y mejorar la movilidad de la rodilla. Una vez conseguido esto, las sesiones de ejercicio terapéutico son similares a las que se realizan en caso de esguince, además de ser necesario un entrenamiento específico para recuperar fuerza y resistencia la pierna durante 8-9 meses para evitar una nueva lesión de rodilla.
En caso de haber sufrido un golpe en muñeca y tener dolor al movimiento, pero no necesitar intervención quirúrgica, lo mejor es inmovilizar con muñequera al menos 1 semana y realizar 4-5 sesiones de tratamiento de fisioterapia para volver a reestablecer la movilidad y la fuerza de la muñeca.
«En caso de tratar una muñeca que ha sido operada operación, la rehabilitación es más costosa porque suelen sufrir mucha inflamación y rigidez, por lo que son necesarios 3-4 meses de tratamiento de movilidad y fuerza para restaurar su fuerza y capacidad de apoyo», ha apuntado Molinero.
Para mejorar la prevención de lesiones en la práctica de esquí y snowboard, el fisioterapeuta ha aconsejado entrenar durante todo el año; fortalecer específicamente glúteos, cuádriceps y abdomen 2-3 meses antes de la temporada de deportes de invierno; llevar protección en muñecas, columna y cabeza para limitar las lesiones por impacto; y realizar un calentamiento previo, como un circuito con ejercicios de pierna, brazos y abdomen.