Revilla se muestra «imparcial» en el traslado del cuartel a Polanco: «Tienen que decidir el Ministerio y los alcaldes»
Bolaños dice que hay «continuos contactos» entre el Ministerio del Interior y los ayuntamientos para tratar de llegar a un acuerdo
El presidente de Cantabria y secretario general del PRC, Miguel Ángel Revilla, ha dicho que es «imparcial» en torno al posible traslado de la Guardia Civil de Torrelavega a Polanco y que quienes tienen que tomar la decisión son el Ministerio del Interior y los alcaldes de ambos municipios.
De esta manera, ha evitado posicionarse sobre dónde prefiere que esté el cuartel y ha relegado la negociación al departamento de Fernándo Grande-Marlaska y a los alcaldes, Javier López Estrada (Torrelavega) y Rosa Díaz (Polanco), ambos del PRC, que «obviamente luchan para intentar que se instale en sus municipios».
Así ha respondido Revilla a preguntas de los periodistas este lunes por la polémica generada en torno al traslado durante la rueda de prensa que ha ofrecido tras reunirse en la sede del Gobierno con el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, que ha añadido que «le consta» que hay «continuos contactos» entre Interior y los dos ayuntamientos.
«Se trata de hablar y de llegar a un acuerdo». «Cuando una cosa se está dialogando para llegar a un acuerdo, es muy positivo», ha dicho.
Finalmente, Revilla ha apostillado que «lo positivo es que en Cantabria todo el mundo quiere tener a la Guardia Civil. Hay lugares donde no quieren; en Cantabria quisiéramos tener a la Guardia Civil en cada pueblo».
De hecho, la polémica surgió después de que el presidente cántabro anunciara –tras mantener una reunión con la alcaldesa, quien le pidió su apoyo para impulsar la obra– que había pedido al ministro del Interior que agilizara los trámites para que la construcción del nuevo cuartel y casa-vivienda de la Guardia Civil en Polanco pudiera comenzar en 2023.
Algo que no gustó al Ayuntamiento de Torrelavega, donde gobierna la coalición PRC-PSOE y ambos partidos se han opuesto, asegurando los regionalistas que no tenían conocimiento oficial del posible traslado.