Cuatro cada diez personas que fallecen por suicidio en Cantabria tienen más de 65 años
UNATE y Fundación PEM urgen a diseñar y poner en marcha un plan de atención integral a personas mayores en el sistema de Atención Primaria
Cuatro de cada diez personas, el 41,7%, que fallecieron por suicidio en Cantabria en 2021 tenían 65 o más años. El dato, aportado por el Instituto Nacional de Estadística (INE) y del que se hace eco este lunes la Universidad Permanente UNATE y la Fundación Patronato Europeo de Mayores (PEM), supone un incremento de 16 puntos respecto a la proporción de personas mayores fallecidas por suicidio en Cantabria en 2019 y confirma el incremento «desproporcionado» de estos datos en 2020, cuando ya el 41,3% de todas las personas que se suicidaron eran mayores.
Si en España tres de cada 10 personas que mueren por suicidio tienen más de 65 años, en Cantabria esta proporción sube a cuatro de cada 10. En 2021, último año del que hay datos consolidados, 20 personas de 65 o más años se quitaron la vida, cuando el número total de suicidios fue de 48. Las cifras de 2018 y 2019, antes de la pandemia, son significativamente inferiores, con 6 y 9 personas de 65 o más años respectivamente.
En términos absolutos, en 2020 y 2021 se quitaron la vida algo más del doble de personas (20 y 19 personas) que en 2019 (9) y más del triple que en 2018 (6).
Otro dato relevante para UNATE y Fundación FEP es que, al igual que en las cifras generales para toda España, siempre son más hombres que mujeres los que se quitan la vida. En el caso de Cantabria, en 2021 murieron por suicidio 17 hombres de 65 o más años frente a tres mujeres en la misma franja de edad. Eso supone que el 85% de las personas que terminaron con su vida eran hombres.
Ante estos datos, UNATE y Fundación PEM han hecho un llamado urgente a las autoridades regionales para que tomen en cuenta esta información para diseñar e implementar un plan de atención integral a las personas mayores que permita generar en Atención Primaria un protocolo de detección temprana de situaciones de riesgo.
El coordinador operativo de ambas entidades, Francisco Gómez, ha recordado que, aunque buena parte del sistema de detección y atención en Cantabria está en el sistema hospitalario –como el Programa de Alta Resolución para el Manejo de la Conducta Suicida y Prevención del Suicidio (CARS)–, en el caso de las personas mayores su principal lugar de interacción con el sistema de salud es en la Atención Primaria y, en su opinión, «es ahí donde se deben activar protocolos ágiles y eficientes».
«La salud mental de las personas mayores no suele ser prioridad en nuestro sistema y, si como señalan los estudios al respecto, vivimos un momento delicado en cuanto a la salud mental de la población en general, los datos de suicido dejan claro que cuando hablamos de personas mayores deben encenderse las alarmas y hay que tomar la iniciativa ya», ha recalcado la coordinadora técnica de UNATE y Fundación PEM, Mónica Ramos.
Por ello, de forma paralela a las medidas de emergencia, a su juicio es igualmente urgente hacer un diagnóstico que permita conocer las causas de este aumento de los suicidios entre las personas mayores y de manera destacada en el caso de los hombres, por lo que» urge un abordaje con perspectiva de género que arroje luz sobre esta problemática social ante la que no podemos quedarnos impasibles», ha subrayado.