Las renovables crecen un 25% globalmente y la guerra en Ucrania impulsa la transición energética, según la AIE
«Rusia ha perdido la batalla energética», ha destacado el director ejecutivo de la Agencia Internacional de la Energía, Fatih Birol
Las energías renovables crecieron un 25% en 2022 en relación con el año anterior en todo el mundo, según ha señalado el director ejecutivo de la Agencia Internacional de la Energía (AIE), Fatih Birol, en función de los datos recabados por su organización, y también ha apuntado que la invasión rusa de Ucrania ha impulsado la transición energética a nivel global.
Birol ha participado este miércoles en una conferencia organizada por el Club Español de la Energía en el marco de la presentación de los datos del World Energy Outlook 2022 elaborado por la AIE, un acto al que han asistido los primeros espadas de las principales energéticas del país, como Endesa, Red Eléctrica, EDP o Naturgy, así como la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera.
En su discurso, el director de la AIE ha destacado que el crecimiento del 25% de las energías renovables en 2022 es el mayor incremento visto hasta el momento, y también ha resaltado que el año pasado la eficiencia energética aumentó «dos veces más rápido» que en la media de los niveles históricos previos.
También ha señalado que uno de los principales motivos de este impulso ha sido la guerra en Ucrania, que ha motivado que muchos países hayan implementado políticas energéticas e industriales dirigidas a garantizar la seguridad de suministro y el cuidado del medioambiente, entre otros elementos.
A juicio de Birol, uno de los movimientos más transformadores tendrá lugar en Estados Unidos debido a la ley para la reducción de la inflación (Inflation Reduction Act, IRA), una normativa con la que el país norteamericano espera reducir en un 30% sus emisiones contaminantes para 2030 en comparación con las de 1990.
Además, contempla ventajas fiscales y otras subvenciones de las que se beneficiarían aquellas empresas que, por ejemplo, localicen las cadenas de suministro de baterías para vehículos eléctricos en el continente americano.
SITUACIÓN EN EUROPA
En cuanto a Europa, el director de la AIE ha opinado que le hace falta un plan estratégico conjunto para su industria con el objetivo de competir con otras regiones como Norteamérica o Asia. Así, ha hecho hincapié en que el Viejo Continente debe plantearse cómo abordar la producción de baterías, electrolizadores o los vehículos eléctricos.
No obstante, ha destacado la capacidad de reacción de Europa ante el estallido de la crisis energética derivada de la invasión de Ucrania y ha resaltado la «solidaridad» de los países del bloque, así como sus políticas de ahorro de energía o su rapidez a la hora de lograr nuevos proveedores de gas natural. «El invierno lo tiene cubierto», ha aseverado.
Sin embargo, también ha advertido de que en 2022 China redujo por primera vez en los últimos cuarenta años su demanda de petróleo y de gas natural (-20% en este caso), circunstancia esta última que ha facilitado el aprovisionamiento por parte de Europa de esta materia prima.
RUSIA SALE PERDIENDO
«Rusia ha perdido la batalla energética», ha subrayado Birol. Sobre ello, ha argumentado que Europa era el principal cliente del petróleo y del gas natural ruso.
De hecho, el 75% de todo el gas natural que producía Rusia iba a parar al Viejo Continente, mismo destino que el 50% de su petróleo.
«Ha perdido a su mayor cliente para siempre y ahora está tratando de encontrar nuevos clientes, pero no es tan fácil. Su petróleo se encuentra con muchos problemas logis ticos para llegar a determinadas zonas (…) y para mantener su producción de gas y petróleo fluyendo tienen que implementar nuevas tecnologías, pero la mayoría de las compañías tecnológicas han abandonado Rusia», ha valorado Birol.
De hecho, la previsión del director de la AIE es que el rol estratégico de Rusia en el ámbito energético se reduzca en los próximos años.
En ese contexto, los cálculos de su organización también apuntan a que en 2023 se producirá otro gran incremento de las energías renovables a nivel global.