El incremento de los costes de la energía es considerado el principal freno a la transición ecológica
El incremento del coste de la energía que se podría producir por la extensión del uso de las renovables (eólica y solar mayoritariamente) es la principal preocupación de los europeos ante la transición ecológica de las economías, según revela Funcas en su estudio Energía y sociedad: perspectivas sobre la transición energética en tiempo de crisis .
Pese a que los consumidores europeos se han mostrado muy a favor de descarbonizar las industrias y evolucionar hacia un modelo productivo más sostenible, su disposición a asumir costes extra por una electricidad renovable ha sido escasa.
Tras la demanda de que los precios se mantengan estables, los consumidores han apuntado a la seguridad del suministro energético, el cuidado del medioambiente y el mantenimiento del nivel de vida como otros de sus requisitos para cambiar sus fuentes de consumo energético hacia otras más ecológicas.
Sin embargo, Eric Heymann, uno de los autores y economistas de este estudio, ha puesto de manifiesto que «no cabe imaginar una transición energética sin que, al menos durante un tiempo, se resienta la prosperidad» y ha señalado que la extensión del uso de las renovables provocará conflictos por el reparto de costes entre los países de la Unión Europea.
Además, Heymann ha advertido de que la transición energética está avanzando sin que las sociedades europeas hayan debatido «suficientemente» sus implicaciones técnicas y económicas, de forma que no se ha podido estimar cuál será el impacto real sobre el modo de vida de los ciudadanos.
Según el estudio de Funcas, la energía nuclear se ha postulado como la mejor alternativa para la transición ecológica en el actual escenario internacional de crisis energética, aunque esta fuente solo será socialmente aceptada en aquellos países que presenten una mayor transparencia y confianza en las instituciones.
En lo relativo a España, este estudio ha apuntado a la dependencia energética del exterior como uno de los principales retos de la economía nacional, pues más del 75% de la demanda final aún se abastecía de la energía procedente de otros países en 2020.
La industria manufacturera, el transporte y la generación de electricidad son los sectores de la economía española que afrontarán un mayor reto energético en los próximos años, según este estudio, que también recalca la importancia de que la reducción de la demanda de energía proceda de un incremento de la eficiencia y no de una «limitación forzosa del consumo».