Bolaños cree que el nuevo TC tiene por delante la tarea de recuperar la credibilidad dañada en las últimas fechas
El ministro de Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática, Félix Bolaños, ha afirmado este lunes que el Tribunal Constitucional tiene por delante la tarea de recuperar el prestigio y la credibilidad que a su juicio se ha visto «dañada» en las últimas fechas.
En declaraciones a los medios antes de asistir a la toma de posesión e los nuevos magistrados del TC, Bolaños celebraba además la normalidad institucional y democrática que supone la renovación del tribunal de garantías.
«El nuevo TC, los cuatro nuevos magistrados y los otros siete que ya lo eran, tienen una labor muy fundamental por delante, que es recuperar el prestigio y la credibilidad que se ha visto dañada en las últimas fechas», ha indicado el ministro.
Asimismo sostiene que lo positivo del día de hoy es que queda patente que la democracia funciona, que la Constitución se cumple y se renuevan las instituciones «con total normalidad y en tiempo y forma», ha añadido.
Asimismo, en la misma línea de lo que afirmó este domingo, ha insistido en que «no hay urgencia» en aprobar la proposición de ley para modificar las mayorías de elección de los magistrados del TC. Así, ha indicado que en esta proposición se establecía una fórmula «antibloqueo» pero como ya se ha producido la renovación, la fórmula que plantea la proposición de ley «aplicaría dentro de bastantes años», según ha afirmado. «Esa es la razón por la que no hay urgencia», ha añadido.
Además, ha vuelto a pedir al presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo que firme el acuerdo que el Gobierno y los populares tenían ya pactado, según ha reiterado Bolaños, para renovar el Consejo General del Poder Judicial que lleva más de cuatro años bloqueado. «Le pido a Feijóo un ejercicio de autoridad en la derecha y que firme lo pactado», ha remarcado.
«Eso está en manos en exclusiva de Feijóo, que después de pactarlo no tuvo la autoridad suficiente para afirmarlo. Es lo que queda, que se firme, para que la normalidad democratica sea absoluta2, ha terminado.