Un estudio científico apuesta por aportes de arena a la playa de la Magdalena tras evaluar las repercusiones del dique
Una investigación de las universidades de Oviedo y Extremadura ha evaluado los efectos de la construcción del dique en la playa de la Magdalena en Santander y ha concluido que en un arenal semiurbano como éste se debe apostar por una gestión blanda , con aportes arenosos puntuales cuando sea necesario o trasladando el excedente desde Gamazo y la Fenómeno al resto de playas, de modo que ese sedimento no se pierda como sucede ahora.
El estudio acerca de las repercusiones que ha tenido la construcción del dique de la Magdalena en su entorno ha sido publicado en una de las mejores revistas del mundo en su especialidad, y el estudio preliminar presentado en un congreso «fue el que provocó la paralización de la obra, aunque la problemática ha aumentado en los años siguientes», ha indicado el profesor investigador del Departamento de Geología de la Universidad de Oviedo, Germán Flor Blanco.
El estudio, del que han informado los investigadores este sábado en un comunicado, apunta que, tras la construcción del dique en 2018, se ha producido un cambio del perfil de las playas, con un aumento de volumen de arena en el entorno del balneario donde se situó el dique y en la Fenómeno de 484 metros cúbicos, mientras que el resto del sistema se han perdido 23.434 metros cúbicos en menos de tres años, concretamente desde noviembre de 2018 hasta abril de 2021.
Los Bikinis ha quedado al margen de las restantes playas, aunque en el contacto con el dique perdió más de 109 metros cúbicos de arena.
Otros efectos causados desde la construcción del dique, según los investigadores, han sido la pérdida de material en la parte baja de la playa (intermareal), donde han quedado al descubierto restos de obra y abundante material de escombro, además del afloramiento del antiguo embarcadero de El Puentuco, «cuya estampa ya es fija entre la Magdalena y los Peligros», han indicado.
Además, los temporales afectan negativamente a las playas, no solamente con pérdidas importantes de volumen, sino que han provocado también la rotura de la rampa de acceso a la playa de los Peligros y el desprendimiento del acantilado de esta playa (8 de diciembre de 2020) por descalce del oleaje que, en un principio, solo se achacó a las lluvias, han señalado.
Como efecto positivo, han referido que se ha formado otra playa lineal en la zona de la Fenómeno , sobre el muelle de la explanada de San Martín, de donde puntualmente se sacaba arena para nutrir a las anteriores, y en la ensenada de Gamazo, donde antiguamente solo afloraban bajos rocosos.
Esto demuestra que la mayor parte del material perdido en la Magdalena y los Peligros se transporta hacia este sector trasero, apunta la investigación.
El trabajo completa el primer gran análisis de las principales morfologías y la evolución de este sistema centrado en los balances de ganancias y pérdidas de arena, «siendo un ejemplo claro de que, en una playa semiurbana como ésta, se debe apostar por una gestión blanda , con aportes arenosos puntuales cuando sea necesario o trasladando el excedente desde Gamazo y la Fenómeno al resto de playas, de modo que ese sedimento no se pierda», concluye.
Esta investigación ha sido publicada en la revista Remote Sensing una de las mejores del mundo en su especialidad.
ANTECEDENTES
Los científicos han presentado la evolución sufrida por la playa de la Magdalena durante las dos últimas décadas, para lo que han utilizado tecnología puntera en los ámbitos de la Cartografía, Geodesia y Fotogrametría.
En primer lugar y como antecedente, se han realizado restituciones fotogramétricas precisas sobre las fotografías aéreas disponibles desde 2005 hasta 2017 para comprobar los cambios en el perfil de las playas.
Posteriormente, una vez finalizado el dique a principios de verano de 2018, se iniciaron una serie de campañas mediante escáner láser terrestre, desde noviembre de 2018 hasta la última campaña en abril de 2021, para así poder calcular las variaciones tanto en el perfil como el volumen de arena ganado o perdido en cada zona tras la construcción de esta estructura.
En el periodo, desde 2010 a 2018, el balance final tiene una pérdida de arena de casi 3.095 metros cúbicos y «que sirvió de excusa para justificar la obra», han indicado.
En este periodo, la gestión consistió en el aporte puntual cada cierto tiempo de sedimentos por trasvase desde la playa de la Fenómeno después de fuertes temporales.
El proyecto de construcción de este dique y otro en el extremo de la playa de los Peligros, que no se llegó a realizar, pretendía no tener que verter más sedimento, considerando que el sistema sería estable a partir de ese momento.
AUTORES DE LA INVESTIGACIÓN
Los autores de la investigación son Germán Flor Rodríguez y Germán Flor Blanco (Universidad de Oviedo), Manuel Sánchez Fernández y José Juan de Sanjosé (Universidad de Extremadura), con importantes vínculos con la ciudad de Santander, que subrayan la importancia de realizar estudios multidisciplinares «que incorporen medidas reales de gran precisión y poseer un conocimiento amplio y profundo de la dinámica y la sedimentación de este tipo de ambientes».
El estudio se inscribe además en el proyecto vinculado al grupo de investigación internacional UNESCO IGCP 725 Forecasting Coastal Change y a los grupos de investigación GEOCANTABRICA (Universidad de Oviedo) y NEXUS (Universidad de Extremadura).
Estos investigadores llevan décadas trabajando en la costa cántabra, habiendo conseguido ampliar los conocimientos sobre estuarios (Tina Mayor, Tina Menor, San Vicente de la Barquera, Santander y Suances), dunas (Liencres, Somo-Loredo) y recesión de acantilados (Gerra, Erillo y Costa Quebrada).
Como demostración del importante conocimiento del sistema cántabro, los autores han publicado artículos sobre la evolución del estuario de Santander, el control de la recesión del sistema dunar de Somo-Loredo y el retroceso del acantilado de Gerra.