El exsecretario general de UGT Nicolás Redondo recibe el último adiós en el Cementerio Civil de La Almudena

Sánchez, Feijóo, Alfonso Guerra, Patxi López, Cándido Méndez y Martín Villa, entre los que han acudido a despedirle a la capilla ardiente

El exsecretario general de UGT Nicolás Redondo Urbieta, fallecido ayer a los 95 años, ha sido enterrado este jueves en el Cementerio Civil de La Almudena. El cortejo fúnebre partió sobre las 12.00 horas desde la sede de UGT en Madrid, donde ayer se instaló su capilla ardiente.

El secretario general de UGT, Pepe Álvarez, ha despedido al exsecretario general del sindicato Nicolás Redondo, y le ha recordado en su entierro como un hombre «coherente» que estuvo «con y para los trabajadores».

En su intervención en el Cementerio Civil de La Almudena, Álvarez ha repasado la trayectoria profesional, sindical y política de Redondo, desde sus torturas durante la dictadura a su trabajo por la unidad sindical.

«Nicolás nos deja una herencia que hoy ya forma parte del día a día del quehacer del sindicalismo en España. Él es el padre de la autonomía sindical, se puede hablar mucho de autonomía sindical, de independencia sindical, se puede declarar en todos los estatutos de todas las organizaciones… pero Nicolás Redondo hizo algo más: la practicó», ha subrayado el secretario general de UGT.

Álvarez ha abundado en la faceta sindical de Redondo, «el forjador» de una unidad sindical que se practica «casi en exclusiva» en España.

«Trajo éxitos tan importantes como la huelga general del 14 de diciembre de 1988, que cambió definitivamente el sistema de funcionamiento de nuestro país y que trajo importantísimos logros para los trabajadores», ha añadido.

También se ha referido a su labor como diputado del PSOE y, de nuevo, a su «coherencia» como político. «No dudó en votar no en el Congreso de los Diputados, en dejar el acta de diputado cuando creía que ese trabajo no era un trabajo que favoreciera los intereses de los trabajadores», ha dicho Álvarez, en referencia a la renuncia de Redondo en 1987 tras votar en contra de los Presupuestos Generales del Estado (PGE) para 1988.

A su capilla ardiente se acercaron el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez; el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, que iba acompañado del secretario de Política Municipal del PP, Pedro Rollán; el portavoz del Grupo Socialista en el Congreso, Patxi López; el exvicepresidente del Gobierno Alfonso Guerra, el secretario general de UGT, Pepe Álvarez, o el secretario general de CCOO, Unai Sordo, entre otros.

También ha acudido el vicepresidente madrileño, Enrique Ossorio y el exsecretario general de UGT, Cándido Méndez y Rodolfo Martín Villa, que fue vicepresidente del Gobierno con Leopoldo Calvo Sotelo y ocupó varios ministerios durante la Transición.

Entre las personalidades que visitaron la sede de también estuvieron los exsecretarios generales de CC.OO. Ignacio Fernández Toxo y Antonio Gutiérrez, el exdiputado de la Asamblea de Madrid por el PSOE Ángel Gabilondo o el padre Ángel, entre otros.

El secretario general de UGT, Pepe Álvarez, también asistió a la capilla ardiente para despedir a «una de las huellas fundamentales de la UGT y del sindicalismo de este país».

«Fue valiente. Siempre se atrevió a decir lo que pensaba y a luchar por aquellas cosas en las que creía. Ha sido coherente, de las pocas personas que su coherencia le ha llevado a tomar decisiones en los momentos claves de nuestro país», dijo Álvarez a los medios.

Durante la tarde del miércoles también se acercó hasta la capilla ardiente el secretario general de CC.OO., Unai Sordo, que elogió la labor de Redondo en «en la forja de la unidad sindical en España», y se refirió a la «mítica huelga del 14 de diciembre de 1988» contra el Gobierno de Felipe González.

«Ha sido un referente en el sindicalismo español de la segunda mitad del siglo XX y un hombre del que yo destacaría su enorme coherencia y su criterio propio», añadió.

CONDOLENCIAS DE POLÍTICOS Y EMPRESARIOS

La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, comentó en Twitter que Redondo dejaba «atrás una vida consagrada a la defensa de las personas trabajadoras, las libertades y la democracia».

Díaz se despidió en las redes de un «sindicalista extraordinario al que este país le estará siempre agradecido».

Por su parte, la portavoz del Gobierno y ministra de Política Territorial, Isabel Rodríguez, destacó el compromiso del sindicalista y su generación, que hicieron «todo lo posible» para que hoy en día hoy se puedan disfrutar derechos y libertades.

El PSOE también mandó todo su «afecto» a familiares y allegados por el fallecimiento de un «socialista y hombre que dedicó su vida a la lucha por los derechos de los trabajadores y de la ciudadanía».

En la misma línea, el candidato socialista a la presidencia de la Comunidad de Madrid, Juan Lobato, se refirió a Nicolás Redondo como un «referente de la defensa de los derechos y la dignidad de los trabajadores» del país.

También el exdiputado socialista por Madrid y abogado de UGT, Manuel de la Rocha, lamentó la muerte de quien fuera secretario general de UGT y «gran dirigente obrero, defensor de los derechos de los trabajadores y trabajadoras, referente del socialismo español».

Los empresarios españoles también manifestaron sus condolencias por la muerte del exsecretario general de UGT, una «persona clave en la Transición, la modernización de los sindicatos y el impulso al Diálogo Social», que contribuyó a construir «un país democrático, abierto y moderno».

El secretario general de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE), Antonio Garamendi, coincidió en que Redondo «ayudó a impulsar un Diálogo Social que es fundamental para la estabilidad y prosperidad» de España.

SECRETARIO GENERAL DE UGT ENTRE 1976 Y 1994

El histórico líder sindicalista de UGT, fallecido la pasada noche a los 95 años, fue secretario general del sindicato entre 1976 y 1994. Nacido en Baracaldo, Vizcaya, en 1927, fue un histórico sindicalista y político español.

Su padre, Nicolás Redondo Blanco, trabajador de los Altos Hornos, ya era militante del PSOE y de UGT en 1915, y tras la Guerra Civil lo condenaron a muerte, pero le conmutaron la pena por 30 años de cárcel, de los que cumplió seis en El Puerto de Santa María (Cádiz).

A los diez años, en 1937, fue evacuado junto con otros niños vascos en el buque La Habana y llevado a Burdeos (Francia), donde le recogió una familia minera de Herault de origen español, con la que convivió hasta 1940. Reclamado por su familia al término de la Guerra Civil Española, en 1940 regresó al país. En 1942, acudió a la Naval de Sestao en calidad de aprendiz de oficial ajustador.

Este obrero metalúrgico se afilió al PSOE y a UGT en 1945. Así arrancó una biografía sindical de larguísimo recorrido, que alcanzó la primera línea pública en 1976. Fue detenido y procesado por el régimen de Francisco Franco en numerosas ocasiones (hasta seis veces) debido a sus actividades políticas y sindicales. Fue desterrado a Las Hurdes en 1967.

El 18 de abril de 1976 fue elegido secretario general de la UGT en el 30 Congreso de la central sindical socialista. Dos años antes había renunciado a liderar el PSOE en el congreso de Suresnes. Fue elegido diputado del PSOE por Vizcaya en 1977, 1979, 1982 y 1986. En 1987 renunció a su escaño tras votar en contra de los Presupuestos Generales del Estado (PGE) para 1988. Convocó junto a CC.OO. la huelga general del 14 de diciembre de 1988 y dos huelgas generales más en junio de 1992 y enero de 1994.

El 10 de abril de 1994, cuando su hijo Nicolás Redondo Terreros lideraba el PSE-EE, en el 36 Congreso, dejó paso a Cándido Méndez como secretario general de la UGT y se retiró de toda actividad política y sindical.

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